Todos caen

Los forenses se sorprenden al recibir una serie de cartas sin matasellos. Al abrirlas, encuentran piezas de puzzle hechas de plástico transparente que, unidas, muestran a una mujer en el punto de mira de un rifle. Jesse encuentra una dirección en la esquina de una de las piezas y el equipo se desplaza hasta allí, pero ya es demasiado tarde. Janice Potter yace en su cocina muerta de un tiro en la cabeza. En su monedero encuentran numerosos cheques a nombre de Janice Garber. El marido de la víctima afirma que la mujer no trabajaba, con lo que le sorprende el tema de los cheques. Jesse y Walter, por su parte, encuentran el arma homicida. Se trata de un rifle controlado por Internet. Delko acompaña a Horatio a interrogar a Melissa Walls, una investigadora que había contratado a Janice para que administrase pequeñas descargas eléctricas a los estudiantes que respondiesen mal a las preguntas como parte de un experimento.