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Zinemaldia 2013. Despedida y cierre
Carlos Fernández, 30/09/2013
Después de un año de espera y tras nueve días disfrutando y viviendo cine las 24 horas, ha llegado el momento de despedir la 61 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

La encargada de echar el cierre a esta edición fue El Extraordinario viaje de T.S. Spivet, del director francés Jean-Pierre Jeunet, quien utiliza todo su imaginario visual para adaptar la novela de Reif Larsen en la que un niño de 12 años de edad deja en secreto el rancho de su familia en Montana, donde vive con su padre vaquero y su madre científica, para viajar por todo el país a bordo de un tren de mercancías con el objetivo de recibir un premio en el Instituto Smithsonian.
Zinemaldia ha elegido para cerrar el festival una película de corte familiar que contienen ese estilo aventurero de cintas como Cuenta Conmigo, donde los protagonistas realizan un viaje que les cambiará la vida y les ayudará a superar temores, o redimirse de la sensación de culpa que acarrean por un hecho del pasado. Jeunet rueda en 3D para aprovechar la profundidad de campo de los grandes espacios abiertos y paisajes que pueblan la película. Una cinta que, si bien visualmente sí que contiene elementos muy característicos del director francés, opta por una opción más clásica y menos alocada al desarrollar la historia. Sin ser una gran película, cumple su cometido: entretiene, hace que durante su duración olvides todos los problemas y te sumerjas en la aventura que cuentan en la pantalla.
En los últimos 3 años el festival ha optado por filmes de corte más ligero o cómico para cerrar el certamen, y realmente se agradece, pues tras nueve días de carreras, agobios, prisas y poco sueño, es relajante sentarte en tu butaca, ver la película y dejarte llevar. El público recibió con aplausos la cinta, unos aplausos que sirven para poner punto y final ha esta edición del Zinemaldia.
[size=6]Un festival de 'dobles'[/size]

El 61 Festival de San Sebastián ha tenido, quizás por casualidad, un claro elemento recurrente en su programación y/o en los participantes de las películas que se presentaban, la dualidad.
Desde que se empezaron a anunciar las películas que se proyectarían en el certamen ya vimos que el 2 sería un número recurrente en esta edición. Colin Firth (Condenados y Un Largo Viaje), Denis Villeneuve (Enemy y Prisioneros) y Oliver Stone (Alejandro Magno: Final Cut y The Untold History of the United States) presentaban cada uno dos proyectos. Pero además, la dualidad ha sido uno de los temas recurrentes en alguna de las películas que hemos podido ver durante el Zinemaldia.
En La Mirada del Amor, Annette Bening se enamora de un hombre muy parecido físicamente a su marido, interpretados ambos por Ed Harris, reviviendo así los momentos que ya había vivido con su difunto esposo, aunque su entorno no vea con buenos ojos esta relación. Con buenas interpretaciones, la película discurre por lugares comunes, centrándose en la trama amorosa y perdiendo la oportunidad de desarrollar la complicada relación entre la protagonista, sus familiares y amigos por seguir adelante con su amorío.
Aunque para relaciones complicadas la que establece Jake Gyllenhaal en Enemy con una persona totalmente idéntica a él. La película del canadiense Denis Villeneuve ha sido una de las sensaciones de esta edición, provocando reacciones muy polarizadas debido a un universo muy cercano al cine de David Cronenberg y David Lynch, que obliga al espectador a estar muy atento durante la proyección para no perder detalle y a realizar un profundo análisis tras la misma para dar significado a todos los elementos y metáforas que se esconden a lo largo de su metraje.
Dos son también los niños de la japonesa De tal Padre, tal Hijo, que son intercambiados de familia al nacer y que provocarán que estas tengan que llegar a una terrible decisión. Hirokazu Koreeda vuelve a demostrar su sensibilidad a la hora de diseccionar las relaciones familiares y mostrar dos (otra vez) visiones de la sociedad japonesa. La película al final ha sido galardonada con el premio del público y aparece a la cabeza de la mayoría de tablas de críticos y periodistas que hay por la red.
Dos hermanas gemelas, interpretadas por Olimpia Melinte, son parte muy importante de Caníbal, la película española más esperada de cara a la temporada de premios y que al final ha acabado recibiendo un premio menor de consolación. Aunque todo hace indicar que el trabajo de Antonio de la Torre y Manuel Martín Cuenca recibirá más reconocimientos a lo largo de los próximos meses.
Y dos son los astronautas que se quedan vagando por el espacio en Gravity, la maravilla visual y sensorial de Alfonso Cuarón que ha desatado pasiones en Donostia y que recupera esa sensación de ver una película que no puede ser vista de otra forma que no sea en pantalla gigante.
[size=6]Alegrías, polémicas y decepciones[/size]

Como todos los años, dentro de las 200 películas que se proyectan en el festival hay cabida para todo tipo de cintas, desde las decepciones más absolutas hasta las sorpresas más agradables. Aquí van los tres filmes que más han dado que hablar durante el certamen.
- La Vida de Adele: Ganadora de la Palma de Oro en Cannes este mismo año, llegaba al festival tras ser galardonada con el premio FIPRESCI. A diferencia de otros años, la película no se incluyó en ninguna sección del Zinemaldia y fue proyectada en una sola sesión a las 23:30 de la noche, lo que provocó muchos problemas, de los que ya hablamos en su día. Con largas escenas de sexo explícito y con unas actuaciones soberbias, el filme no tuvo la unanimidad en la crítica que sí recibió tras su paso por Cannes. No son pocos los que se sintieron decepcionados, sobre todo por la gran cantidad de escenas de circunloquios que hay en la cinta y que no hacen más que ralentizar la trama, sin avanzar ni hacer desarrollar a los personajes. Las conversaciones tras la proyección y durante todo el certamen sobre la cinta servían para confirmar que, si bien a la mayoría les parecía una buena película, no era ni de lejos la maravilla que nos prometían.
- Fruitvale Station: También podría engrosar la lista de decepciones, pero esta cinta basada en la historia real del asesinato de Oscar Grant III, un residente de 22 años de la zona de Bay Area, en San Francisco, antes de ser asesinado por un policía el día de Año Nuevo de 2009, es sin lugar a dudas el filme que más polémica ha levantado en el festival. Después de su buena recepción en Sundance y tras la compra por parte de los hermanos Weinstein para su distribución, le han salido detractores de debajo de las piedras criticando la visión idealizada que se hace del protagonista y pintándolo como un santo. Críticas dirigidas a los Weinstein, cuando estos no han cambiado nada de la película tras adquirirla en Sundance. Lo que está claro es que hay mucho cinéfilo enfadado con las técnicas de los hermanísimos para acceder a los premios, y en este caso parece que se han cargado las tintas en exceso ante una buena película, bien dirigida e interpretada, que denuncia un hecho en concreto y entretiene.
- Gravity: La hemos nombrado antes, pero es necesario que se destaque como la película del festival. En un evento que se realiza para amar y disfrutar del séptimo arte en estado puro, Gravity es la película espectáculo que necesita el mundo del cine. Muchos le sacarán fallos o criticarán parte de su trama, pero lo que no pueden negar es el innegable talento de Alfonso Cuarón para construir esta montaña rusa en la cual una vez se entra es imposible bajarse, con un ritmo endiablado y, sobre todo, imposible de disfrutar plenamente si no es en 3D y en la pantalla más grande posible. Para la proyección en Zinemaldia se emplearon dos proyectores para aumentar la claridad de la película, y así a la hora de ponerte las gafas tener el color real con el que está concebida. Un sonido espectacular y una maravillosa banda sonora pusieron la guinda para que la proyección de la cinta pase a la memoria de los asistentes como una de las mejores que se han podido disfrutar en Donostia.
[size=6]Despedida y a por la 62[/size]

Y así, el festival fue pasando entre buenas y menos buenas películas, entre aplausos y algunos silbidos, bostezos matutinos y ojeras que demostraban la falta de sueño. Se han echado de menos más estrellas para dar glamour a un festival al que Hugh Jackman llegó demasiado tarde, mostró su mejor sonrisa, pero se fue demasiado pronto como para dejar poso. Además, se han echado en falta gran parte de los nombres importantes de nuestro cine, en un año que, a falta de estrellas internacionales, podrían haber aprovechado para apoyar Zinemaldia con su visita.
Y aunque no solo de estrellas vive el cinéfilo y la Sección Oficial no ha estado a la altura de otros años, no podemos negar que ha sido otro festival que hemos disfrutado como enanos. Hemos descubierto películas que quizás nunca más podremos volver a ver, hemos compartido momentos con actores, actrices y directores, hemos hecho nuevos amigos, y hemos discutido y aplaudido los premios del jurado, que se enfrentaban a la dura papeleta de que no hubiese una película sobre la que existiese un consenso general para llevarse el premio, y que al final han recibido menos pataleo del que se esperaba. Aunque, como siempre, cada uno teníamos nuestros favoritos y nos hubiese gustado que ganasen otros.
Podéis repasar todas las crónicas del festival en los siguientes enlaces:
- Zinemaldia 2013. Día 1. Narcos y Miyazaki para inaugurar
- Zinemaldia 2013. Día 2. 'Enemy' revoluciona la sección oficial
- Zinemaldia 2013. Día 3. Películas a medio gas
- Zinemaldia 2013. Día 4. Caníbales y astronautas
- Zinemaldia 2013. Día 5. Risas en la Sección Oficial
- Zinemaldia 2013. Día 6. Sigue la sequía en la Sección Oficial
- Zinemaldia 2013. Día 8. Hugh Jackman anima el festival
Han pasado 10 días desde que empecé a escribir mis impresiones y experiencias, tanto dentro de una sala de cine como fuera, en este Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Pocas cosas quedan ya por añadir. Ya en casa, habiendo descansado y mientras todavía sigo dándole vueltas a algunas películas que se quedan rondando en la cabeza, voy pensando en la vuelta a la rutina, al día a día, el trabajo y los atascos. Y me paro a pensar y recuerdo con cariño los momentos pasados en esta última semana y, a pesar de las prisas, los agobios, los artículos que no terminan de escribirse, las estrellas que no acaban de llegar, las pocas horas de sueño, las legañas en las sesiones de la mañana, las huelgas, la saturación de películas, los debates e incluso las discusiones, el hecho de que termine el festival siempre provoca una tristeza indescriptible.
Pero bueno, el año que viene el Zinemaldia volverá, y mientras llega recordaremos los buenos momentos, la gente que hemos conocido, las películas que hemos disfrutado, las que hemos odiado. Y seguiremos mejorando para que CINeol siga creciendo y podamos estar en la 62 edición, un año al que le pediremos que pueda volver al nivel de calidad mostrado en la Sección Oficial de las dos anteriores ediciones.
Esperemos volver a finales de septiembre de 2014 a Donostia y haceros llegar un año más la emoción y sensaciones del festival a vuestra casa, pero hasta entonces, y como siempre, nos vemos en el cine.

La encargada de echar el cierre a esta edición fue El Extraordinario viaje de T.S. Spivet, del director francés Jean-Pierre Jeunet, quien utiliza todo su imaginario visual para adaptar la novela de Reif Larsen en la que un niño de 12 años de edad deja en secreto el rancho de su familia en Montana, donde vive con su padre vaquero y su madre científica, para viajar por todo el país a bordo de un tren de mercancías con el objetivo de recibir un premio en el Instituto Smithsonian.
Zinemaldia ha elegido para cerrar el festival una película de corte familiar que contienen ese estilo aventurero de cintas como Cuenta Conmigo, donde los protagonistas realizan un viaje que les cambiará la vida y les ayudará a superar temores, o redimirse de la sensación de culpa que acarrean por un hecho del pasado. Jeunet rueda en 3D para aprovechar la profundidad de campo de los grandes espacios abiertos y paisajes que pueblan la película. Una cinta que, si bien visualmente sí que contiene elementos muy característicos del director francés, opta por una opción más clásica y menos alocada al desarrollar la historia. Sin ser una gran película, cumple su cometido: entretiene, hace que durante su duración olvides todos los problemas y te sumerjas en la aventura que cuentan en la pantalla.
En los últimos 3 años el festival ha optado por filmes de corte más ligero o cómico para cerrar el certamen, y realmente se agradece, pues tras nueve días de carreras, agobios, prisas y poco sueño, es relajante sentarte en tu butaca, ver la película y dejarte llevar. El público recibió con aplausos la cinta, unos aplausos que sirven para poner punto y final ha esta edición del Zinemaldia.
[size=6]Un festival de 'dobles'[/size]

El 61 Festival de San Sebastián ha tenido, quizás por casualidad, un claro elemento recurrente en su programación y/o en los participantes de las películas que se presentaban, la dualidad.
Desde que se empezaron a anunciar las películas que se proyectarían en el certamen ya vimos que el 2 sería un número recurrente en esta edición. Colin Firth (Condenados y Un Largo Viaje), Denis Villeneuve (Enemy y Prisioneros) y Oliver Stone (Alejandro Magno: Final Cut y The Untold History of the United States) presentaban cada uno dos proyectos. Pero además, la dualidad ha sido uno de los temas recurrentes en alguna de las películas que hemos podido ver durante el Zinemaldia.
En La Mirada del Amor, Annette Bening se enamora de un hombre muy parecido físicamente a su marido, interpretados ambos por Ed Harris, reviviendo así los momentos que ya había vivido con su difunto esposo, aunque su entorno no vea con buenos ojos esta relación. Con buenas interpretaciones, la película discurre por lugares comunes, centrándose en la trama amorosa y perdiendo la oportunidad de desarrollar la complicada relación entre la protagonista, sus familiares y amigos por seguir adelante con su amorío.
Aunque para relaciones complicadas la que establece Jake Gyllenhaal en Enemy con una persona totalmente idéntica a él. La película del canadiense Denis Villeneuve ha sido una de las sensaciones de esta edición, provocando reacciones muy polarizadas debido a un universo muy cercano al cine de David Cronenberg y David Lynch, que obliga al espectador a estar muy atento durante la proyección para no perder detalle y a realizar un profundo análisis tras la misma para dar significado a todos los elementos y metáforas que se esconden a lo largo de su metraje.
Dos son también los niños de la japonesa De tal Padre, tal Hijo, que son intercambiados de familia al nacer y que provocarán que estas tengan que llegar a una terrible decisión. Hirokazu Koreeda vuelve a demostrar su sensibilidad a la hora de diseccionar las relaciones familiares y mostrar dos (otra vez) visiones de la sociedad japonesa. La película al final ha sido galardonada con el premio del público y aparece a la cabeza de la mayoría de tablas de críticos y periodistas que hay por la red.
Dos hermanas gemelas, interpretadas por Olimpia Melinte, son parte muy importante de Caníbal, la película española más esperada de cara a la temporada de premios y que al final ha acabado recibiendo un premio menor de consolación. Aunque todo hace indicar que el trabajo de Antonio de la Torre y Manuel Martín Cuenca recibirá más reconocimientos a lo largo de los próximos meses.
Y dos son los astronautas que se quedan vagando por el espacio en Gravity, la maravilla visual y sensorial de Alfonso Cuarón que ha desatado pasiones en Donostia y que recupera esa sensación de ver una película que no puede ser vista de otra forma que no sea en pantalla gigante.
[size=6]Alegrías, polémicas y decepciones[/size]

Como todos los años, dentro de las 200 películas que se proyectan en el festival hay cabida para todo tipo de cintas, desde las decepciones más absolutas hasta las sorpresas más agradables. Aquí van los tres filmes que más han dado que hablar durante el certamen.
- La Vida de Adele: Ganadora de la Palma de Oro en Cannes este mismo año, llegaba al festival tras ser galardonada con el premio FIPRESCI. A diferencia de otros años, la película no se incluyó en ninguna sección del Zinemaldia y fue proyectada en una sola sesión a las 23:30 de la noche, lo que provocó muchos problemas, de los que ya hablamos en su día. Con largas escenas de sexo explícito y con unas actuaciones soberbias, el filme no tuvo la unanimidad en la crítica que sí recibió tras su paso por Cannes. No son pocos los que se sintieron decepcionados, sobre todo por la gran cantidad de escenas de circunloquios que hay en la cinta y que no hacen más que ralentizar la trama, sin avanzar ni hacer desarrollar a los personajes. Las conversaciones tras la proyección y durante todo el certamen sobre la cinta servían para confirmar que, si bien a la mayoría les parecía una buena película, no era ni de lejos la maravilla que nos prometían.
- Fruitvale Station: También podría engrosar la lista de decepciones, pero esta cinta basada en la historia real del asesinato de Oscar Grant III, un residente de 22 años de la zona de Bay Area, en San Francisco, antes de ser asesinado por un policía el día de Año Nuevo de 2009, es sin lugar a dudas el filme que más polémica ha levantado en el festival. Después de su buena recepción en Sundance y tras la compra por parte de los hermanos Weinstein para su distribución, le han salido detractores de debajo de las piedras criticando la visión idealizada que se hace del protagonista y pintándolo como un santo. Críticas dirigidas a los Weinstein, cuando estos no han cambiado nada de la película tras adquirirla en Sundance. Lo que está claro es que hay mucho cinéfilo enfadado con las técnicas de los hermanísimos para acceder a los premios, y en este caso parece que se han cargado las tintas en exceso ante una buena película, bien dirigida e interpretada, que denuncia un hecho en concreto y entretiene.
- Gravity: La hemos nombrado antes, pero es necesario que se destaque como la película del festival. En un evento que se realiza para amar y disfrutar del séptimo arte en estado puro, Gravity es la película espectáculo que necesita el mundo del cine. Muchos le sacarán fallos o criticarán parte de su trama, pero lo que no pueden negar es el innegable talento de Alfonso Cuarón para construir esta montaña rusa en la cual una vez se entra es imposible bajarse, con un ritmo endiablado y, sobre todo, imposible de disfrutar plenamente si no es en 3D y en la pantalla más grande posible. Para la proyección en Zinemaldia se emplearon dos proyectores para aumentar la claridad de la película, y así a la hora de ponerte las gafas tener el color real con el que está concebida. Un sonido espectacular y una maravillosa banda sonora pusieron la guinda para que la proyección de la cinta pase a la memoria de los asistentes como una de las mejores que se han podido disfrutar en Donostia.
[size=6]Despedida y a por la 62[/size]

Y así, el festival fue pasando entre buenas y menos buenas películas, entre aplausos y algunos silbidos, bostezos matutinos y ojeras que demostraban la falta de sueño. Se han echado de menos más estrellas para dar glamour a un festival al que Hugh Jackman llegó demasiado tarde, mostró su mejor sonrisa, pero se fue demasiado pronto como para dejar poso. Además, se han echado en falta gran parte de los nombres importantes de nuestro cine, en un año que, a falta de estrellas internacionales, podrían haber aprovechado para apoyar Zinemaldia con su visita.
Y aunque no solo de estrellas vive el cinéfilo y la Sección Oficial no ha estado a la altura de otros años, no podemos negar que ha sido otro festival que hemos disfrutado como enanos. Hemos descubierto películas que quizás nunca más podremos volver a ver, hemos compartido momentos con actores, actrices y directores, hemos hecho nuevos amigos, y hemos discutido y aplaudido los premios del jurado, que se enfrentaban a la dura papeleta de que no hubiese una película sobre la que existiese un consenso general para llevarse el premio, y que al final han recibido menos pataleo del que se esperaba. Aunque, como siempre, cada uno teníamos nuestros favoritos y nos hubiese gustado que ganasen otros.
Podéis repasar todas las crónicas del festival en los siguientes enlaces:
- Zinemaldia 2013. Día 1. Narcos y Miyazaki para inaugurar
- Zinemaldia 2013. Día 2. 'Enemy' revoluciona la sección oficial
- Zinemaldia 2013. Día 3. Películas a medio gas
- Zinemaldia 2013. Día 4. Caníbales y astronautas
- Zinemaldia 2013. Día 5. Risas en la Sección Oficial
- Zinemaldia 2013. Día 6. Sigue la sequía en la Sección Oficial
- Zinemaldia 2013. Día 8. Hugh Jackman anima el festival
Han pasado 10 días desde que empecé a escribir mis impresiones y experiencias, tanto dentro de una sala de cine como fuera, en este Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Pocas cosas quedan ya por añadir. Ya en casa, habiendo descansado y mientras todavía sigo dándole vueltas a algunas películas que se quedan rondando en la cabeza, voy pensando en la vuelta a la rutina, al día a día, el trabajo y los atascos. Y me paro a pensar y recuerdo con cariño los momentos pasados en esta última semana y, a pesar de las prisas, los agobios, los artículos que no terminan de escribirse, las estrellas que no acaban de llegar, las pocas horas de sueño, las legañas en las sesiones de la mañana, las huelgas, la saturación de películas, los debates e incluso las discusiones, el hecho de que termine el festival siempre provoca una tristeza indescriptible.
Pero bueno, el año que viene el Zinemaldia volverá, y mientras llega recordaremos los buenos momentos, la gente que hemos conocido, las películas que hemos disfrutado, las que hemos odiado. Y seguiremos mejorando para que CINeol siga creciendo y podamos estar en la 62 edición, un año al que le pediremos que pueda volver al nivel de calidad mostrado en la Sección Oficial de las dos anteriores ediciones.
Esperemos volver a finales de septiembre de 2014 a Donostia y haceros llegar un año más la emoción y sensaciones del festival a vuestra casa, pero hasta entonces, y como siempre, nos vemos en el cine.