Marcello Mastroianni

Marcello Mastroianni nació el año 1924 en Fontana Liri, aunque su família pronto se trasladó a Turín y luego a Roma.
Es el actor italiano por antonomasia. Mastroianni se convierte, sin duda alguna, en el artista más famoso a nivel internacional durante las tres décadas posteriores a la guerra y, a diferencia de otros actores de su generación, alcanza poco a poco la popularidad.
Se inició en el mundo del trabajando como figurantecinematográfico entre 1938 y 1943. En 1945 empezó a trabajar para la sede italiana de Eagle Lion Films, en Roma. A la par también se unió al club de drama del Centro universitario teatral, dónde fue descubierto por el director Luchino Visconti. El afamado director le dio la alternativa con I miserablie. Luego volverían a trabajar otra vez con "La Bella campesina" y en la adaptación que Visconti hizo de la obra de Fyodor Dostoyevsky, "Las noches blancas", otorgándole el papel protagonista principal.
En el cine, acierta el papel del jovenzuelo simpático y extrovertido de "Tres enamoradas (Le ragazze di Piazza di Spagna)" (1952) de Luciano Emmer. Luego, al lado de Sophia Loren, vuelve a ofrecer una interpretación inolvidable en " La ladrona, su padre y el taxista (Peccato che sia una canaglia)" (1954), comedia divertida y elegante, dirigida por Alessandro Blasetti. En " Rufufu (II soliti ignoti)" (1958) de Mario Monicelli confirma su maestría para la comedia y la farsa, pero su carrera despega con "La dolce vita" (1960), dónde establece su génesis particular como latin lover, su papel por antonomasía, en una extraordinaria película que a la par también marca el inicio de un larga y afortunada colaboración artística con Federico Fellini. Mastroianni pasó a convertirse en el alter ego del director riminés y máscara que expresa perfectamente "las veleidades de una sociedad en fase de transformación". Con Fellini, Mastroianni también convencerá en el espléndido "Fellini ocho y medio (Otto 1/2)" (1963), quizás el mayor éxito de Fellini. Entretanto Marcello Mastroianni también trabajó con otros de los más reconocidos directores italianos, con Michelangelo Antonioni en la peícula "La noche" (1961), en la que interpetaba a un novelista hastiado. Mientras, Mastroianni, poliédrico como pocos, vuelve a lo grotesco para "Divorcio a la italiana (Divorzio all'italiana)" (1962) de Pietro Germi, en la che inventa los rasgos de ese barón Cefalù que le hará famoso en todo el mundo.
Posteriormente, rueda con los más importantes directores italianos: Marco Ferreri ("Break-up", 1965; "La cagna", 1972; "La grande abbuffata", 1973; "Non toccare la donna bianca", 1974; "Historia de Piera (Storia di Piera)", 1983), Ettore Scola ("Una jornada particular (Una giornata particolare)", 1977; "La terraza (La terrazza)", 1980; "Il mondo nuovo", 1982) los hermanos Taviani ("Allonsanfan", 1974), Marco Bellocchio ("Enrico IV", 1984), y de nuevo Monicelli ("Le due vite di Mattia Pascal", 1985).

La extensa carrera cinematográfica de Mastroianni también ha trascendido fronteras, trabajando con grandes directores extranjeros con los cuales Mastroianni, genial y melancólico, jovial y sencillo, rodará magníficas películas: "Il volo" (1986) de Thodoros Anghelopoulos, el estupendo "Oci ciornie " (1987) de Nikita Michalkov, John Boorman, "Pret-à-porter" (1994) de Robert Altman, y el profético "Viaggio all'inizio del mondo" (1996) de Manoel de Oliveira. Por último, su testamento cinematográfico: "Mi ricordo, sì io mi ricordo" (1997), una larga confesión, rodada por su última compañera, Anna Maria Tatò, que, con sus imágenes intensas y conmovedoras, puede considerarse una preciosa despedida de esa gran figura, familiar y extraordinaria al mismo tiempo, del cine italiano.