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Estrenos de la semana (13 de diciembre de 2013)
José Hernández, 13/12/2013
No les pasa nada a sus monitores. Lo que están viendo es una semana en la que no hay dos millones de estrenos, pese a acercarse las fechas navideñas. Y eso que, durante los últimos dos meses, íbamos a una media de 12 películas cada siete días. Pero se ve que, en parte por la resaca del largo puente (que siempre hace que la taquilla sufra, porque la gente ya se ha gastado su presupuesto cinéfilo), en parte por la presencia de uno de los blockbusters del año, en parte porque ya hemos alcanzado el punto de saturación del sistema, este viernes las distribuidoras han decidido tomarse un pequeño descanso. Pequeño, porque aun así contamos con la quinta aventura de la Tierra Media, con la gran favorita para arrasar en los próximos premios Oscar, con una de animación para críos, con un éxito de festivales y con un biopic de perfil mediático, aunque calidad por los suelos, entre otras películas. Los estrenos de esta semana son:
12 Años de Esclavitud
Diana
Free Birds (Vaya Pavos)
Guadalquivir
El Hobbit: La Desolación de Smaug
Lore
La Scomparsa di Patò
No olvidéis votar y comentar las películas que vayáis viendo en su ficha para compartir con los demás cineolianos vuestras impresiones.

La benjamina del grupo (se estrena en una única sala) es la italiana LA SCOMPARSA DI PATÒ, una mezcla de comedia y drama en torno a una extraña desaparición. El 21 de marzo de 1890, en la plaza del pueblo de Vigàta, se representa 'La pasión de Cristo'. El contable Antonio Patò, director de la sede local del Banco de Trinacria, interpreta el papel de Judas. Tal y como dice el guion, Judas-Patò, cae por la escotilla del escenario… pero al finalizar el espectáculo, Patò no aparece. ¿Ha desaparecido? ¿Se ha volatilizado? ¿Se esconde? Dos hombres del pueblo se encargarán de investigar este misterio. La cinta adapta una novela muy conocida en Italia, pero allí no ha sido ni un éxito de taquilla ni de crítica o premios. Su presencia en España es un Expediente X.
Recomendada para: Los amantes del cine italiano.
Que huyan de ella: Los que quieran jugar sobre seguro.
El inevitable documental de la semana es GUADALQUIVIR, que seguramente esté nominado al Goya por su alto perfil: está producido por RTVE con abundancia de medios (rodada en 4K y empleando técnicas como los timelapses, la filmación en alta velocidad o el cineflex para los planos aéreos) y cuenta como narradora y autora del tema principal con Estrella Morente. La cadena estatal ha acompañado este recorrido por la fauna, flora y medio ambiente de este caudaloso río con un documental web interactivo en el que se pueden visitar distintas zonas del cauce fluvial a través de vídeos panorámicos rodados en 360 grados y acompañados por fragmentos de la narración de la cantante flamenca. La película promete, cuando menos, ser un espectáculo visual y sonoro.
Recomendada para: Los que deseen conocer esta zona de Andalucía sin sufrir el calor ni los mosquitos.
Que huyan de ella: Los que tengan por costumbre ir en fin de semana a un coto de caza privado.
La más premiada (por el momento: quizá en marzo ya no sea así) de las películas de la semana es el drama bélico LORE, coproducción entre Alemania, Reino Unido y Australia que representó a este último país en la categoría de habla no inglesa de los pasados Oscar, aunque no llegó a ser nominada. Dirigida por Cate Shortland (Somersault), centra su historia en la hija de un general de las SS que, tras la caída del régimen nazi, decide cruzar 900 km de Alemania junto a sus hermanos para huir de las repercusiones que el fin de la Segunda Guerra Mundial pueda traer a sus padres y, por extensión, a ellos. El filme acumula una veintena de premios internacionales y muchas más nominaciones, entre ellos el premio Pilar Miró en la Seminci 2012 y el premio del público en el Festival de Locarno. Una mirada “preciosa y dolorosa a la vez”, como la definió Alberto Frutos en su cobertura del certamen vallisoletano, sobre los pecados de los padres con los que se ven obligados a vivir los hijos, y el peso que pueden tener para decidir su futuro.
Recomendada para: Los que quieran explorar un ángulo desconocido del terror nazi.
Que huyan de ella: Los que no soporten bien el tono reposado y contemplativo como rasgo de estilo.

Pasamos al cine de multisalas con la cinta de animación FREE BIRDS (VAYA PAVOS), producto típicamente yanqui en el que dos pavos deciden cambiar el aciago destino que les espera a todos los de su especie, ya que uno de ellos (el que el presidente elija) servirá de cena para el Día de Acción de Gracias en el banquete de la Casa Blanca y oh yeah parece que estoy eshcribiendo eshto y mashcandou tobacco a la ves. La cuestión es que esta es una fiesta que a nosotros nos importa una mierda (por ahora, ¿verdad, Halloween?), pero que a los niños les da igual, porque ellos lo que buscan es colorines y gracietas sencillas, de las que este filme dispone en cantidad. Los pavos en cuestión viajarán en el tiempo para intentar cambiar la historia y que los pavos no sean plato tradicional, pero no les será fácil, porque son pavos, que por definición son aves estúpidas. Aunque han viajado en el tiempo y entienden las paradojas temporales y hacen planes elaborados y… Bueno, dejémoslo que es una batalla perdida y los críos, que son su público objetivo, no tienen capacidad todavía para fijarse en esas cosas. La cuestión es que la cinta producida por los hermanos Weinstein no ha funcionado especialmente bien en Estados Unidos y las críticas han sido atroces, así que ni en su propia tierra han sido capaces de tragársela. Sirva eso de advertencia.
Recomendada para: Los que tengan niños o lesh gushten muchou lous yanquis, yiiiiiha!
Que huyan de ella: Los que no celebren Acción de Gracias.
Pero si mala es la anterior película, lo de DIANA puede alcanzar niveles épicos. Al menos si hay que creer a la crítica especializada, especialmente a la británica (pero ni la americana ni la española la ha salvado, ojo). Dirigida por el alemán Oliver Hirschbiegel, otrora prometedor autor de El Hundimiento y El Experimento, este biopic se centra en los últimos días y los últimos amores de la princesa Diana de Gales (una Naomi Watts que es de lo poco que salvan los que están dispuestos a salvar algo, que no son muchos). Material para competir por los premios de final de temporada, a priori. Hasta siendo una película mediocre tirando a mala, como La Dama de Hierro, los que entregan premios se la pueden tragar con patatas con tal de que la figura retratada sea conocida y respetada. Eso en la teoría. En la práctica, la crítica la ha definido con frases como “grotesca caricatura” (The Ebert Club), “hagiografía cursi” (Sensacine), “aburrida y sin fuste” (ReelViews), “grandilocuentemente estúpida” (Cinema ad hoc), “vergonzosa para la actriz y para el espectador” (Film.com), “la ridiculización de un icono” (Los Extras), “un telefilme, pero de la mierda que se hacía antes de que existiese la HBO” (Philadelphia Inquirer), “una obra redundante de sensacionalismo estridente” (The Daily Telegraph), “un posible plan del MI5 para ensuciar la imagen de Diana y hacer que parezca plástica y absurda a través de diálogos delirantes y estirados” (The Guardian) y la peor, “muy parecida a las últimas películas de Katherine Heigl” (Arizona Republic). Con estas credenciales, no es de extrañar que haya sido también uno de los fracasos en taquilla más sonados de la temporada. Paradójicamente, también le da más oportunidad de triunfar ahora en nuestro país, por el tema del morbo.
Recomendada para: Los que quieran ver con sus propios ojos si la catástrofe llega a Hiroshima o se queda en terremoto de pueblo.
Que huyan de ella: Los amantes de Diana de Gales que quieran ver una película a la altura de su mito.

En el lado completamente opuesto se encuentra 12 AÑOS DE ESCLAVITUD, drama histórico dirigido por Steve McQueen (el autor de Hunger y Shame, no el fallecido protagonista de La Gran Evasión) que es desde hace meses el principal favorito para llevarse el Oscar a mejor película. Desde que se proyectó en el Festival de Toronto, la crítica se ha enamorado de forma unánime con esta obra madura, seca y difícil, clásica en su estilo pero profunda y emotiva en su retrato humano, que sigue la historia real de Solomon Northup, un hombre negro libre en Estados Unidos en el siglo XIX, que fue secuestrado y convertido en esclavo durante más de una década, hasta que consiguió regresar a su hogar. Una pesadilla en la que pasó por las manos de varios amos, a cual más cruel, y que ya ha sido definida como la película definitiva sobre este periodo negro en la historia americana. Curiosamente, ha tenido que ser un realizador británico el que la haga, demostrando una vez más que el verdadero Hollywood se nutre de talento europeo para lograr sus mejores obras, como atestiguan genios del cine clásico como Ernst Lubitsch, Billy Wilder, Fritz Lang, Alfred Hitchcock, William Wyler, Charles Vidor, Jacques Tourneur, James Whale y un largo etcétera.
Para los que no estén todavía convencidos de su calidad, pese a la cantidad de premios que está ganando y va a ganar, pese a las indiscutibles credenciales de su director, pese a lo que cuentan de la potencia de su historia y los valores cinematográficos que posee, pese a tener casi un 9 de nota en IMDb, un 97 en Metacritic y un 96% de críticas entusiastas en Rotten Tomatoes; para esas personas descreídas, queda el increíble reparto que ha reunido McQueen: Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender, Benedict Cumberbatch, Lupita Nyong'o, Brad Pitt, Paul Dano, Paul Giamatti, Sarah Paulson, Michael Kenneth Williams, Garret Dillahunt, Quvenzhané Wallis, Dwight Henry, Scoot McNairy, Taran Killam y Alfre Woodard, ahí es nada. ¿Todavía nada? Pues hágaselo usted mirar, porque no es normal ni sano. Y menos frecuentando una página web de cine, porque se le supone un amor por el séptimo arte que no estamos notando.
Recomendada para: Todos los cinéfilos.
Que huyan de ella: Los que no crean tener estómago para aguantar las escenas más duras, como la de los latigazos.

Y por último, el estreno revienta-taquillas de la semana, el que tu primo el que va tres veces al año al cine conoce e incluso quiere ver, cosa rara en él, es EL HOBBIT: LA DESOLACIÓN DE SMAUG. Bueno, quizá eso sea mucho decir. Esa frase se podía aplicar a la saga de El Señor de los Anillos, pero más de una década después, esta nueva trilogía ha demostrado que no tiene el mismo enganche con el público ni con la crítica. Demasiado tiempo ha transcurrido y demasiadas cosas han pasado en el cine en ese tiempo como para no ver este regreso a la Tierra Media como algo gastado, tanto más si cabe por tratarse de la adaptación de un libro menor en comparación con la obra magna de J.R.R. Tolkien. Menor en cuanto a calidad, aspiraciones y, sobre todo, tamaño: el libro de El Hobbit tiene las modestas doscientas-y-poco páginas que cualquier cuento juvenil, que viene a ser la mitad que cualquiera de los tres libros que componen El Señor de los Anillos. Que para el señor Peter Jackson ambas obras duren lo mismo en celuloide, por mucho que añada apéndices y notas al pie, sigue siendo todavía hoy motivo de discusión cinéfila entre los partidarios y los detractores. Y mejor no entremos en el experimento de los 48 FPS, del que en el mejor de los casos nadie se acuerda…
El filme retoma la historia donde se quedó, con la comunidad de enanos y Bilbo Bolsón dirigiéndose hacia Erebor para vencer al dragón Smaug y recuperar su hogar y el gran tesoro que allí les aguarda. Pero antes deberán atravesar el bosque negro, donde habitan los elfos silvanos, comandados por el rey Thranduil, cuya relación con Thorin no es amistosa. Por el camino se toparán con otras criaturas que intentarán ayudarles u obstaculizar su misión, y Bilbo se dará cuenta de la gran utilidad del anillo. Por su parte, Gandalf intentará desentrañar el enigma del Nigromante y descubrirá que el enemigo de la Tierra Media ha regresado… Aunque esta película sigue sin alcanzar la aclamación popular y crítica que logró la anterior trilogía, lo cierto es que las sensaciones que está dejando son bastante mejores que la primera entrega. Se destaca sobre todo un pulso más firme y seguro tras la cámara, unos personajes mejor desarrollados, una historia que alcanza al fin su punto interesante (mientras que la anterior pecada de ser un alargado prólogo), un tono más lúdico y aventurero y, sobre todo, al dragón Smaug y la presencia vocal de Benedict Cumberbatch. Por supuesto, también es repetitiva, está llena de paja, es mucho más larga de lo que debería y todo está ya bastante visto y superado, pero si uno sigue con mono de la Tierra Media o le apetece una cinta de acción y efectos especiales con algo de personalidad, es una opción más que respetable.
Recomendada para: Los fans de Tolkien y los que se quedaron contentos con la primera parte.
Que huyan de ella: Los que odiaron El Señor de los Anillos.
12 Años de Esclavitud
Diana
Free Birds (Vaya Pavos)
Guadalquivir
El Hobbit: La Desolación de Smaug
Lore
La Scomparsa di Patò
No olvidéis votar y comentar las películas que vayáis viendo en su ficha para compartir con los demás cineolianos vuestras impresiones.

La benjamina del grupo (se estrena en una única sala) es la italiana LA SCOMPARSA DI PATÒ, una mezcla de comedia y drama en torno a una extraña desaparición. El 21 de marzo de 1890, en la plaza del pueblo de Vigàta, se representa 'La pasión de Cristo'. El contable Antonio Patò, director de la sede local del Banco de Trinacria, interpreta el papel de Judas. Tal y como dice el guion, Judas-Patò, cae por la escotilla del escenario… pero al finalizar el espectáculo, Patò no aparece. ¿Ha desaparecido? ¿Se ha volatilizado? ¿Se esconde? Dos hombres del pueblo se encargarán de investigar este misterio. La cinta adapta una novela muy conocida en Italia, pero allí no ha sido ni un éxito de taquilla ni de crítica o premios. Su presencia en España es un Expediente X.
Recomendada para: Los amantes del cine italiano.
Que huyan de ella: Los que quieran jugar sobre seguro.
El inevitable documental de la semana es GUADALQUIVIR, que seguramente esté nominado al Goya por su alto perfil: está producido por RTVE con abundancia de medios (rodada en 4K y empleando técnicas como los timelapses, la filmación en alta velocidad o el cineflex para los planos aéreos) y cuenta como narradora y autora del tema principal con Estrella Morente. La cadena estatal ha acompañado este recorrido por la fauna, flora y medio ambiente de este caudaloso río con un documental web interactivo en el que se pueden visitar distintas zonas del cauce fluvial a través de vídeos panorámicos rodados en 360 grados y acompañados por fragmentos de la narración de la cantante flamenca. La película promete, cuando menos, ser un espectáculo visual y sonoro.
Recomendada para: Los que deseen conocer esta zona de Andalucía sin sufrir el calor ni los mosquitos.
Que huyan de ella: Los que tengan por costumbre ir en fin de semana a un coto de caza privado.
La más premiada (por el momento: quizá en marzo ya no sea así) de las películas de la semana es el drama bélico LORE, coproducción entre Alemania, Reino Unido y Australia que representó a este último país en la categoría de habla no inglesa de los pasados Oscar, aunque no llegó a ser nominada. Dirigida por Cate Shortland (Somersault), centra su historia en la hija de un general de las SS que, tras la caída del régimen nazi, decide cruzar 900 km de Alemania junto a sus hermanos para huir de las repercusiones que el fin de la Segunda Guerra Mundial pueda traer a sus padres y, por extensión, a ellos. El filme acumula una veintena de premios internacionales y muchas más nominaciones, entre ellos el premio Pilar Miró en la Seminci 2012 y el premio del público en el Festival de Locarno. Una mirada “preciosa y dolorosa a la vez”, como la definió Alberto Frutos en su cobertura del certamen vallisoletano, sobre los pecados de los padres con los que se ven obligados a vivir los hijos, y el peso que pueden tener para decidir su futuro.
Recomendada para: Los que quieran explorar un ángulo desconocido del terror nazi.
Que huyan de ella: Los que no soporten bien el tono reposado y contemplativo como rasgo de estilo.

Pasamos al cine de multisalas con la cinta de animación FREE BIRDS (VAYA PAVOS), producto típicamente yanqui en el que dos pavos deciden cambiar el aciago destino que les espera a todos los de su especie, ya que uno de ellos (el que el presidente elija) servirá de cena para el Día de Acción de Gracias en el banquete de la Casa Blanca y oh yeah parece que estoy eshcribiendo eshto y mashcandou tobacco a la ves. La cuestión es que esta es una fiesta que a nosotros nos importa una mierda (por ahora, ¿verdad, Halloween?), pero que a los niños les da igual, porque ellos lo que buscan es colorines y gracietas sencillas, de las que este filme dispone en cantidad. Los pavos en cuestión viajarán en el tiempo para intentar cambiar la historia y que los pavos no sean plato tradicional, pero no les será fácil, porque son pavos, que por definición son aves estúpidas. Aunque han viajado en el tiempo y entienden las paradojas temporales y hacen planes elaborados y… Bueno, dejémoslo que es una batalla perdida y los críos, que son su público objetivo, no tienen capacidad todavía para fijarse en esas cosas. La cuestión es que la cinta producida por los hermanos Weinstein no ha funcionado especialmente bien en Estados Unidos y las críticas han sido atroces, así que ni en su propia tierra han sido capaces de tragársela. Sirva eso de advertencia.
Recomendada para: Los que tengan niños o lesh gushten muchou lous yanquis, yiiiiiha!
Que huyan de ella: Los que no celebren Acción de Gracias.
Pero si mala es la anterior película, lo de DIANA puede alcanzar niveles épicos. Al menos si hay que creer a la crítica especializada, especialmente a la británica (pero ni la americana ni la española la ha salvado, ojo). Dirigida por el alemán Oliver Hirschbiegel, otrora prometedor autor de El Hundimiento y El Experimento, este biopic se centra en los últimos días y los últimos amores de la princesa Diana de Gales (una Naomi Watts que es de lo poco que salvan los que están dispuestos a salvar algo, que no son muchos). Material para competir por los premios de final de temporada, a priori. Hasta siendo una película mediocre tirando a mala, como La Dama de Hierro, los que entregan premios se la pueden tragar con patatas con tal de que la figura retratada sea conocida y respetada. Eso en la teoría. En la práctica, la crítica la ha definido con frases como “grotesca caricatura” (The Ebert Club), “hagiografía cursi” (Sensacine), “aburrida y sin fuste” (ReelViews), “grandilocuentemente estúpida” (Cinema ad hoc), “vergonzosa para la actriz y para el espectador” (Film.com), “la ridiculización de un icono” (Los Extras), “un telefilme, pero de la mierda que se hacía antes de que existiese la HBO” (Philadelphia Inquirer), “una obra redundante de sensacionalismo estridente” (The Daily Telegraph), “un posible plan del MI5 para ensuciar la imagen de Diana y hacer que parezca plástica y absurda a través de diálogos delirantes y estirados” (The Guardian) y la peor, “muy parecida a las últimas películas de Katherine Heigl” (Arizona Republic). Con estas credenciales, no es de extrañar que haya sido también uno de los fracasos en taquilla más sonados de la temporada. Paradójicamente, también le da más oportunidad de triunfar ahora en nuestro país, por el tema del morbo.
Recomendada para: Los que quieran ver con sus propios ojos si la catástrofe llega a Hiroshima o se queda en terremoto de pueblo.
Que huyan de ella: Los amantes de Diana de Gales que quieran ver una película a la altura de su mito.

En el lado completamente opuesto se encuentra 12 AÑOS DE ESCLAVITUD, drama histórico dirigido por Steve McQueen (el autor de Hunger y Shame, no el fallecido protagonista de La Gran Evasión) que es desde hace meses el principal favorito para llevarse el Oscar a mejor película. Desde que se proyectó en el Festival de Toronto, la crítica se ha enamorado de forma unánime con esta obra madura, seca y difícil, clásica en su estilo pero profunda y emotiva en su retrato humano, que sigue la historia real de Solomon Northup, un hombre negro libre en Estados Unidos en el siglo XIX, que fue secuestrado y convertido en esclavo durante más de una década, hasta que consiguió regresar a su hogar. Una pesadilla en la que pasó por las manos de varios amos, a cual más cruel, y que ya ha sido definida como la película definitiva sobre este periodo negro en la historia americana. Curiosamente, ha tenido que ser un realizador británico el que la haga, demostrando una vez más que el verdadero Hollywood se nutre de talento europeo para lograr sus mejores obras, como atestiguan genios del cine clásico como Ernst Lubitsch, Billy Wilder, Fritz Lang, Alfred Hitchcock, William Wyler, Charles Vidor, Jacques Tourneur, James Whale y un largo etcétera.
Para los que no estén todavía convencidos de su calidad, pese a la cantidad de premios que está ganando y va a ganar, pese a las indiscutibles credenciales de su director, pese a lo que cuentan de la potencia de su historia y los valores cinematográficos que posee, pese a tener casi un 9 de nota en IMDb, un 97 en Metacritic y un 96% de críticas entusiastas en Rotten Tomatoes; para esas personas descreídas, queda el increíble reparto que ha reunido McQueen: Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender, Benedict Cumberbatch, Lupita Nyong'o, Brad Pitt, Paul Dano, Paul Giamatti, Sarah Paulson, Michael Kenneth Williams, Garret Dillahunt, Quvenzhané Wallis, Dwight Henry, Scoot McNairy, Taran Killam y Alfre Woodard, ahí es nada. ¿Todavía nada? Pues hágaselo usted mirar, porque no es normal ni sano. Y menos frecuentando una página web de cine, porque se le supone un amor por el séptimo arte que no estamos notando.
Recomendada para: Todos los cinéfilos.
Que huyan de ella: Los que no crean tener estómago para aguantar las escenas más duras, como la de los latigazos.

Y por último, el estreno revienta-taquillas de la semana, el que tu primo el que va tres veces al año al cine conoce e incluso quiere ver, cosa rara en él, es EL HOBBIT: LA DESOLACIÓN DE SMAUG. Bueno, quizá eso sea mucho decir. Esa frase se podía aplicar a la saga de El Señor de los Anillos, pero más de una década después, esta nueva trilogía ha demostrado que no tiene el mismo enganche con el público ni con la crítica. Demasiado tiempo ha transcurrido y demasiadas cosas han pasado en el cine en ese tiempo como para no ver este regreso a la Tierra Media como algo gastado, tanto más si cabe por tratarse de la adaptación de un libro menor en comparación con la obra magna de J.R.R. Tolkien. Menor en cuanto a calidad, aspiraciones y, sobre todo, tamaño: el libro de El Hobbit tiene las modestas doscientas-y-poco páginas que cualquier cuento juvenil, que viene a ser la mitad que cualquiera de los tres libros que componen El Señor de los Anillos. Que para el señor Peter Jackson ambas obras duren lo mismo en celuloide, por mucho que añada apéndices y notas al pie, sigue siendo todavía hoy motivo de discusión cinéfila entre los partidarios y los detractores. Y mejor no entremos en el experimento de los 48 FPS, del que en el mejor de los casos nadie se acuerda…
El filme retoma la historia donde se quedó, con la comunidad de enanos y Bilbo Bolsón dirigiéndose hacia Erebor para vencer al dragón Smaug y recuperar su hogar y el gran tesoro que allí les aguarda. Pero antes deberán atravesar el bosque negro, donde habitan los elfos silvanos, comandados por el rey Thranduil, cuya relación con Thorin no es amistosa. Por el camino se toparán con otras criaturas que intentarán ayudarles u obstaculizar su misión, y Bilbo se dará cuenta de la gran utilidad del anillo. Por su parte, Gandalf intentará desentrañar el enigma del Nigromante y descubrirá que el enemigo de la Tierra Media ha regresado… Aunque esta película sigue sin alcanzar la aclamación popular y crítica que logró la anterior trilogía, lo cierto es que las sensaciones que está dejando son bastante mejores que la primera entrega. Se destaca sobre todo un pulso más firme y seguro tras la cámara, unos personajes mejor desarrollados, una historia que alcanza al fin su punto interesante (mientras que la anterior pecada de ser un alargado prólogo), un tono más lúdico y aventurero y, sobre todo, al dragón Smaug y la presencia vocal de Benedict Cumberbatch. Por supuesto, también es repetitiva, está llena de paja, es mucho más larga de lo que debería y todo está ya bastante visto y superado, pero si uno sigue con mono de la Tierra Media o le apetece una cinta de acción y efectos especiales con algo de personalidad, es una opción más que respetable.
Recomendada para: Los fans de Tolkien y los que se quedaron contentos con la primera parte.
Que huyan de ella: Los que odiaron El Señor de los Anillos.