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Estrenos de la semana (4 de octubre de 2013)
José Hernández, 03/10/2013
He aquí una de las semanas más incongruentes de lo que llevamos publicando este artículo. Una decena de películas llegan a las salas, y entre ellas destaca sobremanera un filme aclamado en los festivales de Toronto y San Sebastián, del que toda la crítica y el público ha dicho que es un espectáculo que debe verse en una sala de cine gigantesca, en 3D y con el mejor sonido posible: la pura definición de Cine, con mayúsculas. Pero en el lado contrario, tenemos un puñado de películas que deberían haber viajado directamente a un videoclub, si todavía existiesen este tipo de negocios. Películas baratas, ramplonas, sin calidad, que le dan mala fama al Séptimo Arte, y de las que hay que huir especialmente en salas comerciales. Entre medias, algunos títulos salvan un poco la brecha: éxitos de crítica de certámenes prestigiosos, películas comerciales con estrellas de Hollywood y adaptaciones de cómic con la mira puesta en reventar taquillas familiares. Los estrenos de esta semana son:
Gloria
Gravity
La Herida
McConkey
Mi Primera Boda
Los Muertos del Hambre
Peligrosamente Infiltrada
Un Pez Fuera del Mar
Runner Runner
Zipi y Zape y el Club de la Canica
No olvidéis votar y comentar las películas que vayáis viendo en su ficha para compartir con los demás cineolianos vuestras impresiones.

Empecemos con la ponzoña. UN PEZ FUERA DEL MAR es una especie de plagio barato de Buscando a Nemo venido desde Malasia, donde al parecer la industria de la animación por ordenador vive de comprar de segunda mano los ordenadores y programas que empleaban en Hollywood en 1995. Su argumento sigue a un grupo de tiburones de aspecto inofensivo, que es una peli para niños con padres sin criterio, que persiguen a unos humanos que les han robado los huevos (entiéndase por ello los embriones de pez, no otra cosa), hasta el punto de que se enfrentan a ellos en tierra firme. Nadie en su sano juicio debería gastarse dinero en una cinta diseñada para aprovechar el desconocimiento de padres incautos que ven una carátula vistosa y se creen que es algo medianamente trabajado.
Recomendada para: Los que hayan visto todas las películas animadas de la cartelera de cine y DVD, así como los clásicos, pero sus críos todavía tengan mono.
Que huyan de ella: Los que tengan hijos normales y no quieran perjudicarles.
Más o menos al nivel de la película malaya está LOS MUERTOS DEL HAMBRE, la nueva prueba de que en la industria del cine no existe la justicia, porque les siguen dando dinero a Aaron Seltzer y Jason Friedberg para que rueden sus engendros. En esta ocasión, los creadores de películas de encefalograma negativo como Casi 300, Epic Movie o Híncame el Diente intentan parodiar de forma inconexa éxitos de taquilla como Avatar, Los Vengadores, Los Mercenarios y, sobre todo, Los Juegos del Hambre. El problema es que no estamos ante un Aterriza Como Puedas, ni siquiera ante un Scary Movie, sino ante un agujero negro de mierda. Los chistes de estas pelis son: aparece un personaje famoso (no necesariamente del mundo del cine, también del postureo), dice o hace algo que lo identifique y se da un golpe o se lo cargan; referencia sexual; y aparición de alguna cosa que esté de moda este mes. El ingenio, la picardía, la creatividad y todas esas cosas que hacen reír brillan por su ausencia. Por Dios, dejad de darles dinero a ver si se van a trabajar a un mina o algo.
Recomendada para: Los que estén en coma cerebral.
Que huyan de ella: Los que todavía conserven algo de amor propio.
El otro estreno patillero de la semana es PELIGROSAMENTE INFILTRADA, que sin embargo es el más curioso por motivos completamente ajenos a su ínfima calidad. Y es que después de ver a Miley Cyrus, otrora chica Disney inocente y pavica, gorjeando con su lengua en ristre por los escenarios y haciendo movimientos pretendidamente sexuales y algo ortopédicos, como si quisiese ser una nueva Lady GaGa transgresora y cerda, pero quedándose en una Lindsay Lohan con anfetaminas (valga la redundancia), que se estrene una de las películas que rodó hace siglos cuando todavía era una chica ‘decente’ de puertas afuera resulta paradójico y hasta gracioso. La cinta en sí es una especie de plagio (otra vez) de Miss Agente Especial, con Miley haciendo de detective garrula que tiene que infiltrarse en un instituto haciéndose pasar por pija de la muerte para resolver un caso. Obviamente, la gracia es escasa y la moñería abundante y anacrónica, tanto que en Estados Unidos fue directa a DVD. Aquí, por razones que nadie alcanza a entender, se estrena en salas.
Recomendada para: Las fans de Miley y los que quieran experimentar una disonancia cognitiva.
Que huyan de ella: Los que prefieran experimentar con algo que no les fría las neuronas.

Cambiamos totalmente de tercio con el inevitable documental de la semana, honor que este viernes le corresponde a MCCONKEY. El filme cuenta la vida y trágica muerte de Shane McConkey, un esquiador profesional especializado en deportes extremos, que llegó más allá de lo que nadie se atrevió a llegar, combinando el salto base con el freeride y otras disciplinas tan peligrosas como espectaculares. Lo hace a través de testimonios de amigos, colegas y familiares, así como de los vídeos que él o sus compañeros grababan de sus hazañas, muchos de los cuales son ya antiguos, por lo que no llega a las cotas de espectacularidad visual de los documentales recientes grabados con cámaras de alta definición. Pese a ello, su paso por festivales ha dejado un reguero de elogios no ya hacia lo deportivo y visual, sino hacia lo cercano y emotivo de su retrato de este hombre que lo arriesgaba todo para vivir siempre al máximo. También es cierto que está financiado por Red Bull, por lo que podéis esperar un cierto grado de publicidad sobre los deportes extremos que suele financiar la marca de bebidas semitóxicas.
Recomendada para: Los que quieran probar un trago de cómo es vivir al límite.
Que huyan de ella: Los que tengan miedo de montarse en escaleras mecánicas.
Con dos años de retraso, como ocurría con la peli malasia y la peli Mileysia, se estrena la comedia argentina MI PRIMERA BODA, de Ariel Winograd. Protagonizada por Natalia Oreiro, Daniel Hendler e Imanol Arias, cuenta la historia de una pareja a punto de casarse en una ceremonia por todo lo alto. Sin embargo, el novio comete un desliz que podría poner en peligro todo el tinglado, por lo que intenta a toda costa ocultar su error, aunque con los resultados opuestos a lo que pretendía: poco a poco, el caos se va apoderando de la boda y la posibilidad de contraer matrimonio se va tornando cada vez más exigua. La cinta ha tenido un éxito razonable de taquilla en su país de origen, así como unas críticas aceptables. En general ha gustado a casi todo el mundo, aunque hay pocos que sea fervientes defensores del filme. El consenso es un ‘para pasar el rato’, lo cual le hace a uno plantearse por qué se estrenan en España cintas adecuadas e inofensivas como esta, cuando quedan tantas obras geniales sin distribución (¿alguna vez llegará aquí Mary and Max?).
Recomendada para: Los que deseen pasar un rato entretenido y sin complicaciones.
Que huyan de ella: Los que esta semana solo tengan tiempo para una película.

De Sudamérica también llega el drama GLORIA, aunque en este caso su origen es chileno. Y aquí ya entramos en palabras mayores, porque no solo se trata del filme que representará a este país en la categoría de mejor película de habla no inglesa en los Oscar (y es uno de los más potentes, según los expertos), sino que arrasó en el Festival de Berlín con tres galardones (entre ellos el de mejor actriz para Paulina García) y se proyectó también en el Festival de San Sebastián 2012, donde tampoco se fue de vacío. La película de Sebastián Lelio se centra en Gloria, una mujer de 58 años que ve cómo se acerca la tercera edad. El problema es que ella no está preparada para dejar de lado su espíritu libre y juvenil, ni a aceptar de buen grado las nuevas complicaciones que surgen en su vida tras separarse de su marido. Y así, Gloria seguirá buscando el amor en otras personas que quizá estén tan poco preparadas como ella para afrontar la vida que nos maltrata. La prensa ha sido unánime al destacar la emoción, honestidad, ternura y triste diversión que posee el filme, en especial la actuación de su protagonista femenina, que alguno ha llegado a comparar con Meryl Streep. El director ya ha confesado que ha recibido ofertas para un remake de Hollywood, pero sus credenciales aconsejan no esperar a que un Shawn Levy cualquiera la destroce, y ver la original.
Recomendada para: Los que se consideren jóvenes pese a peinar canas.
Que huyan de ella: Los que se consideren mayores pese a afeitarse cada cinco días.
Otro éxito festivalero, este más reciente, es el de LA HERIDA, de Fernando Franco. La película acaba de ganar dos de los premios más importantes en el último Festival de San Sebastián (mejor actriz para Marian Álvarez y premio especial del jurado), pero además se granjeó el apoyo incondicional de un numeroso sector de la crítica. Cierto es que otros críticos, en un número menor pero también considerable, la vieron como una cinta del montón que solo destacaba por su protagonista, pero dado que entre ellos está el infame Carlos Boyero, sería recomendable hacer más caso al otro bando. La cinta se centra en una conductora de ambulancia que padece un trastorno límite de personalidad no diagnosticado, lo que le hace comportarse de forma agresiva y torpe con los demás y sentirse cada vez más sola y atormentada. Sin apoyo de nadie ni medicación, y sin control sobre sí misma, comienza a caer en una espiral autodestructiva que la aleja cada vez más de la felicidad que añora. Es una propuesta árida, dura, áspera, perturbadora, sin concesiones al público de salas comerciales, pero con suficiente contenido emocional e intelectual para que los más exigentes, los que sepan degustar caramelos amargos y chocolates negros, puedan considerarla una de las películas del año. Sobre todo, en medio del flojo panorama del cine español de este 2013.
Recomendada para: Los que crean que el cine español necesita un Haneke.
Que huyan de ella: Los que conciban el drama como un género bonito que ha dado ‘joyas’ como Cadena de Favores o Siete Almas.

La que no parece que lo esté petando es RUNNER RUNNER. El thriller de Brad Furman (que sorprendió a muchos con la más que correcta El Inocente, donde Matthew McConaughey ya empezaba a mostrar ese cambio brutal que ha dado estos últimos años) contaba a priori con buenos elementos para ser al menos un entretenimiento sólido de esos que ponen a todas horas en la tele y te acabas enganchando sin remedio. Para empezar, contaba con un reparto correcto, con Ben Affleck y Justin Timberlake para actuar y Gemma Arterton para mostrar palmito. Luego la trama tenía potencial para un thriller tenso e interesante: un joven comienza a trabajar para una casa de apuestas online situada en Costa Rica, y que es solo la tapadera para un negocio sucio donde los límites se encuentran solo en la ambición desmedida y la falta de moral. Trama de best seller, pero muy cinematográfica. El resultado, sin embargo, parece que deja mucho que desear: la crítica la está cosiendo a balazos, los pases previos muestran que el público no es mucho más benevolente, y se espera que sea un relativo fracaso en taquilla por lo mismo que lo fue Paranoia hace un mes: la trama puede servir para un episodio de una serie, los actores no enganchan, no hay nada espectacular y la crítica dice que es mejor olvidarla. ¿Qué motivo hay entonces para verla?
Recomendada para: Los que apoyan a Ben Affleck como el próximo Batman.
Que huyan de ella: Los que creen que los tres protagonistas juntos tienen el carisma y la expresividad de un pato de porcelana de los chinos.
Y como ya viene siendo la norma en este inicio de temporada, tenemos otra película española dispuesta a conquistar la taquilla, esta vez dirigida al público infantil, juvenil y familiar. ZIPI Y ZAPE Y EL CLUB DE LA CANICA es una nueva adaptación del cómic de José Escobar sobre un travieso dúo de gemelos que llevan el caos allá por donde van, para desesperación de sus padres, los Zapatilla. Unos personajes que tienen ya 65 años de edad y cuyo momento de mayor popularidad la vivieron en el seno de la difunta Editorial Bruguera, con la que tantos españoles hemos crecido. De hecho, cuando todavía estaban de moda ya fueron adaptados al cine, en la nefasta pero fiel al cómic Las Aventuras de Zipi y Zape, cuyo sitio en la historia está al lado de la adaptación de El Capitán América de Albert Pyun y productos similares. En esta ocasión, Óskar Santos se desmarca completamente del cómic en argumento e intenciones hasta el punto de que casi no conserva nada de él más que el nombre de los protagonistas y su carácter revoltoso. El argumento lleva a Zipi y Zape a un reformatorio, donde acaban por sus numerosas travesuras. El colegio está regentado por el malvado Falconetti (Javier Gutiérrez), que lleva en centro educativo como si fuese una cárcel donde jugar está prohibido. Por supuesto, los gemelos no están dispuestos a tolerarlo, por lo que fundan su propio club (de la Canica) como resistencia. Y en estas que se toparán con un secreto del reformatorio que les llevará a una aventura sorprendente. Su tono, estética y argumento son una mezcla confesa de Los Goonies y Harry Potter (especialmente la quinta entrega), esencialmente persiguiendo ese punto de nostalgia ochentera que tanto se lleva hoy en día. Una copia nada disimulada que, sin embargo, parece que funciona bastante bien y divierte a su público objetivo, según anuncia la crítica. Para lo cual, eso sí, es imprescindible olvidarse de prejuicios como que no se parece ni de lejos al cómic de Escobar.
Recomendada para: Los que quieran mostrarles a sus hijos cómo se hacían las películas de aventuras cuando ellos eran jóvenes.
Que huyan de ella: Los que solo sepan valorar una adaptación por su fidelidad a la obra original.

Y así llegamos a la que no solo es el estreno de la semana, sino uno de los estrenos más esperados del año: GRAVITY, de Alfonso Cuarón. Desde que hace siete años impactó a la cinefilia con Hijos de los Hombres, el mexicano había estado ausente de la gran pantalla, gestando este título coescrito con su hijo Jonás en el que dos astronautas quedan a la deriva en el vacío infinito del espacio cuando una lluvia de meteoritos destruye la estación espacial en la que estaban. Una película de la que se empezó a hablar hace ya varios años, primero por los que habían leído el guion y se asombraban del reto técnico que suponía llevarlo al celuloide; más tarde por los que informaron de que James Cameron estaba ayudando a Cuarón en el desarrollo de la tecnología de CGI en 3D necesaria para formalizar este arriesgado pero potencialmente espectacular proyecto; y por último, por todos los cambios de reparto que hubo en su largo periplo hacia el set de rodaje: Angelina Jolie, Natalie Portman y Robert Downey Jr. estuvieron asociados al filme en varios puntos de su gestación; Blake Lively, Marion Cotillard, Rebecca Hall, Olivia Wilde, Scarlett Johansson y muchas otras se rumorearon para el papel femenino; y al final se concretaron Sandra Bullock y George Clooney en los dos únicos roles del filme.
El resultado es una película aclamada de forma unánime por la crítica y por el público que ha tenido la suerte de verla en los festivales donde se ha mostrado (el último, en San Sebastián, donde Carlos Fernández ya habló largo y tendido de que estamos ante una obra maestra). Los comentarios más repetidos son los que atañen a su calidad técnica: es una película imprescindible de ver en la pantalla más grande posible, con el mejor sonido posible, y en 3D de todas todas. Pero también sobre su puesta en escena, en la que Cuarón emplea largos planos secuencia que van alternando el punto de vista de la cámara, introduciéndose de vez en cuando en el casco de los astronautas para obtener una perspectiva subjetiva de su pánico, su confusión, su ansiedad por alcanzar un punto de anclaje, su miedo a quedar varado por toda la eternidad en el espacio. Y por último, también alaban todos el trabajo de la Bullock, que carga ella sola con casi toda la cinta y se desenvuelve a un nivel impensable para sus detractores, de Oscar. Porque, ojo al dato, esta es una de las grandes favoritas de este año para alzarse con la dorada estatuilla. Su nominación al menos a ocho premios ya está prácticamente garantizada, y a casa no se va a ir de vacío. Quién sabe si logrará convertirse en la primera película en salir de la Tierra para lograr este reconocimiento, pero mientras tanto, una cosa queda clara: ya es Historia del Cine.
Recomendada para: Los que amen el cine.
Que huyan de ella: Los cretinos que suelen fastidiar al resto del público en una sala de cine.
Gloria
Gravity
La Herida
McConkey
Mi Primera Boda
Los Muertos del Hambre
Peligrosamente Infiltrada
Un Pez Fuera del Mar
Runner Runner
Zipi y Zape y el Club de la Canica
No olvidéis votar y comentar las películas que vayáis viendo en su ficha para compartir con los demás cineolianos vuestras impresiones.

Empecemos con la ponzoña. UN PEZ FUERA DEL MAR es una especie de plagio barato de Buscando a Nemo venido desde Malasia, donde al parecer la industria de la animación por ordenador vive de comprar de segunda mano los ordenadores y programas que empleaban en Hollywood en 1995. Su argumento sigue a un grupo de tiburones de aspecto inofensivo, que es una peli para niños con padres sin criterio, que persiguen a unos humanos que les han robado los huevos (entiéndase por ello los embriones de pez, no otra cosa), hasta el punto de que se enfrentan a ellos en tierra firme. Nadie en su sano juicio debería gastarse dinero en una cinta diseñada para aprovechar el desconocimiento de padres incautos que ven una carátula vistosa y se creen que es algo medianamente trabajado.
Recomendada para: Los que hayan visto todas las películas animadas de la cartelera de cine y DVD, así como los clásicos, pero sus críos todavía tengan mono.
Que huyan de ella: Los que tengan hijos normales y no quieran perjudicarles.
Más o menos al nivel de la película malaya está LOS MUERTOS DEL HAMBRE, la nueva prueba de que en la industria del cine no existe la justicia, porque les siguen dando dinero a Aaron Seltzer y Jason Friedberg para que rueden sus engendros. En esta ocasión, los creadores de películas de encefalograma negativo como Casi 300, Epic Movie o Híncame el Diente intentan parodiar de forma inconexa éxitos de taquilla como Avatar, Los Vengadores, Los Mercenarios y, sobre todo, Los Juegos del Hambre. El problema es que no estamos ante un Aterriza Como Puedas, ni siquiera ante un Scary Movie, sino ante un agujero negro de mierda. Los chistes de estas pelis son: aparece un personaje famoso (no necesariamente del mundo del cine, también del postureo), dice o hace algo que lo identifique y se da un golpe o se lo cargan; referencia sexual; y aparición de alguna cosa que esté de moda este mes. El ingenio, la picardía, la creatividad y todas esas cosas que hacen reír brillan por su ausencia. Por Dios, dejad de darles dinero a ver si se van a trabajar a un mina o algo.
Recomendada para: Los que estén en coma cerebral.
Que huyan de ella: Los que todavía conserven algo de amor propio.
El otro estreno patillero de la semana es PELIGROSAMENTE INFILTRADA, que sin embargo es el más curioso por motivos completamente ajenos a su ínfima calidad. Y es que después de ver a Miley Cyrus, otrora chica Disney inocente y pavica, gorjeando con su lengua en ristre por los escenarios y haciendo movimientos pretendidamente sexuales y algo ortopédicos, como si quisiese ser una nueva Lady GaGa transgresora y cerda, pero quedándose en una Lindsay Lohan con anfetaminas (valga la redundancia), que se estrene una de las películas que rodó hace siglos cuando todavía era una chica ‘decente’ de puertas afuera resulta paradójico y hasta gracioso. La cinta en sí es una especie de plagio (otra vez) de Miss Agente Especial, con Miley haciendo de detective garrula que tiene que infiltrarse en un instituto haciéndose pasar por pija de la muerte para resolver un caso. Obviamente, la gracia es escasa y la moñería abundante y anacrónica, tanto que en Estados Unidos fue directa a DVD. Aquí, por razones que nadie alcanza a entender, se estrena en salas.
Recomendada para: Las fans de Miley y los que quieran experimentar una disonancia cognitiva.
Que huyan de ella: Los que prefieran experimentar con algo que no les fría las neuronas.

Cambiamos totalmente de tercio con el inevitable documental de la semana, honor que este viernes le corresponde a MCCONKEY. El filme cuenta la vida y trágica muerte de Shane McConkey, un esquiador profesional especializado en deportes extremos, que llegó más allá de lo que nadie se atrevió a llegar, combinando el salto base con el freeride y otras disciplinas tan peligrosas como espectaculares. Lo hace a través de testimonios de amigos, colegas y familiares, así como de los vídeos que él o sus compañeros grababan de sus hazañas, muchos de los cuales son ya antiguos, por lo que no llega a las cotas de espectacularidad visual de los documentales recientes grabados con cámaras de alta definición. Pese a ello, su paso por festivales ha dejado un reguero de elogios no ya hacia lo deportivo y visual, sino hacia lo cercano y emotivo de su retrato de este hombre que lo arriesgaba todo para vivir siempre al máximo. También es cierto que está financiado por Red Bull, por lo que podéis esperar un cierto grado de publicidad sobre los deportes extremos que suele financiar la marca de bebidas semitóxicas.
Recomendada para: Los que quieran probar un trago de cómo es vivir al límite.
Que huyan de ella: Los que tengan miedo de montarse en escaleras mecánicas.
Con dos años de retraso, como ocurría con la peli malasia y la peli Mileysia, se estrena la comedia argentina MI PRIMERA BODA, de Ariel Winograd. Protagonizada por Natalia Oreiro, Daniel Hendler e Imanol Arias, cuenta la historia de una pareja a punto de casarse en una ceremonia por todo lo alto. Sin embargo, el novio comete un desliz que podría poner en peligro todo el tinglado, por lo que intenta a toda costa ocultar su error, aunque con los resultados opuestos a lo que pretendía: poco a poco, el caos se va apoderando de la boda y la posibilidad de contraer matrimonio se va tornando cada vez más exigua. La cinta ha tenido un éxito razonable de taquilla en su país de origen, así como unas críticas aceptables. En general ha gustado a casi todo el mundo, aunque hay pocos que sea fervientes defensores del filme. El consenso es un ‘para pasar el rato’, lo cual le hace a uno plantearse por qué se estrenan en España cintas adecuadas e inofensivas como esta, cuando quedan tantas obras geniales sin distribución (¿alguna vez llegará aquí Mary and Max?).
Recomendada para: Los que deseen pasar un rato entretenido y sin complicaciones.
Que huyan de ella: Los que esta semana solo tengan tiempo para una película.

De Sudamérica también llega el drama GLORIA, aunque en este caso su origen es chileno. Y aquí ya entramos en palabras mayores, porque no solo se trata del filme que representará a este país en la categoría de mejor película de habla no inglesa en los Oscar (y es uno de los más potentes, según los expertos), sino que arrasó en el Festival de Berlín con tres galardones (entre ellos el de mejor actriz para Paulina García) y se proyectó también en el Festival de San Sebastián 2012, donde tampoco se fue de vacío. La película de Sebastián Lelio se centra en Gloria, una mujer de 58 años que ve cómo se acerca la tercera edad. El problema es que ella no está preparada para dejar de lado su espíritu libre y juvenil, ni a aceptar de buen grado las nuevas complicaciones que surgen en su vida tras separarse de su marido. Y así, Gloria seguirá buscando el amor en otras personas que quizá estén tan poco preparadas como ella para afrontar la vida que nos maltrata. La prensa ha sido unánime al destacar la emoción, honestidad, ternura y triste diversión que posee el filme, en especial la actuación de su protagonista femenina, que alguno ha llegado a comparar con Meryl Streep. El director ya ha confesado que ha recibido ofertas para un remake de Hollywood, pero sus credenciales aconsejan no esperar a que un Shawn Levy cualquiera la destroce, y ver la original.
Recomendada para: Los que se consideren jóvenes pese a peinar canas.
Que huyan de ella: Los que se consideren mayores pese a afeitarse cada cinco días.
Otro éxito festivalero, este más reciente, es el de LA HERIDA, de Fernando Franco. La película acaba de ganar dos de los premios más importantes en el último Festival de San Sebastián (mejor actriz para Marian Álvarez y premio especial del jurado), pero además se granjeó el apoyo incondicional de un numeroso sector de la crítica. Cierto es que otros críticos, en un número menor pero también considerable, la vieron como una cinta del montón que solo destacaba por su protagonista, pero dado que entre ellos está el infame Carlos Boyero, sería recomendable hacer más caso al otro bando. La cinta se centra en una conductora de ambulancia que padece un trastorno límite de personalidad no diagnosticado, lo que le hace comportarse de forma agresiva y torpe con los demás y sentirse cada vez más sola y atormentada. Sin apoyo de nadie ni medicación, y sin control sobre sí misma, comienza a caer en una espiral autodestructiva que la aleja cada vez más de la felicidad que añora. Es una propuesta árida, dura, áspera, perturbadora, sin concesiones al público de salas comerciales, pero con suficiente contenido emocional e intelectual para que los más exigentes, los que sepan degustar caramelos amargos y chocolates negros, puedan considerarla una de las películas del año. Sobre todo, en medio del flojo panorama del cine español de este 2013.
Recomendada para: Los que crean que el cine español necesita un Haneke.
Que huyan de ella: Los que conciban el drama como un género bonito que ha dado ‘joyas’ como Cadena de Favores o Siete Almas.

La que no parece que lo esté petando es RUNNER RUNNER. El thriller de Brad Furman (que sorprendió a muchos con la más que correcta El Inocente, donde Matthew McConaughey ya empezaba a mostrar ese cambio brutal que ha dado estos últimos años) contaba a priori con buenos elementos para ser al menos un entretenimiento sólido de esos que ponen a todas horas en la tele y te acabas enganchando sin remedio. Para empezar, contaba con un reparto correcto, con Ben Affleck y Justin Timberlake para actuar y Gemma Arterton para mostrar palmito. Luego la trama tenía potencial para un thriller tenso e interesante: un joven comienza a trabajar para una casa de apuestas online situada en Costa Rica, y que es solo la tapadera para un negocio sucio donde los límites se encuentran solo en la ambición desmedida y la falta de moral. Trama de best seller, pero muy cinematográfica. El resultado, sin embargo, parece que deja mucho que desear: la crítica la está cosiendo a balazos, los pases previos muestran que el público no es mucho más benevolente, y se espera que sea un relativo fracaso en taquilla por lo mismo que lo fue Paranoia hace un mes: la trama puede servir para un episodio de una serie, los actores no enganchan, no hay nada espectacular y la crítica dice que es mejor olvidarla. ¿Qué motivo hay entonces para verla?
Recomendada para: Los que apoyan a Ben Affleck como el próximo Batman.
Que huyan de ella: Los que creen que los tres protagonistas juntos tienen el carisma y la expresividad de un pato de porcelana de los chinos.
Y como ya viene siendo la norma en este inicio de temporada, tenemos otra película española dispuesta a conquistar la taquilla, esta vez dirigida al público infantil, juvenil y familiar. ZIPI Y ZAPE Y EL CLUB DE LA CANICA es una nueva adaptación del cómic de José Escobar sobre un travieso dúo de gemelos que llevan el caos allá por donde van, para desesperación de sus padres, los Zapatilla. Unos personajes que tienen ya 65 años de edad y cuyo momento de mayor popularidad la vivieron en el seno de la difunta Editorial Bruguera, con la que tantos españoles hemos crecido. De hecho, cuando todavía estaban de moda ya fueron adaptados al cine, en la nefasta pero fiel al cómic Las Aventuras de Zipi y Zape, cuyo sitio en la historia está al lado de la adaptación de El Capitán América de Albert Pyun y productos similares. En esta ocasión, Óskar Santos se desmarca completamente del cómic en argumento e intenciones hasta el punto de que casi no conserva nada de él más que el nombre de los protagonistas y su carácter revoltoso. El argumento lleva a Zipi y Zape a un reformatorio, donde acaban por sus numerosas travesuras. El colegio está regentado por el malvado Falconetti (Javier Gutiérrez), que lleva en centro educativo como si fuese una cárcel donde jugar está prohibido. Por supuesto, los gemelos no están dispuestos a tolerarlo, por lo que fundan su propio club (de la Canica) como resistencia. Y en estas que se toparán con un secreto del reformatorio que les llevará a una aventura sorprendente. Su tono, estética y argumento son una mezcla confesa de Los Goonies y Harry Potter (especialmente la quinta entrega), esencialmente persiguiendo ese punto de nostalgia ochentera que tanto se lleva hoy en día. Una copia nada disimulada que, sin embargo, parece que funciona bastante bien y divierte a su público objetivo, según anuncia la crítica. Para lo cual, eso sí, es imprescindible olvidarse de prejuicios como que no se parece ni de lejos al cómic de Escobar.
Recomendada para: Los que quieran mostrarles a sus hijos cómo se hacían las películas de aventuras cuando ellos eran jóvenes.
Que huyan de ella: Los que solo sepan valorar una adaptación por su fidelidad a la obra original.

Y así llegamos a la que no solo es el estreno de la semana, sino uno de los estrenos más esperados del año: GRAVITY, de Alfonso Cuarón. Desde que hace siete años impactó a la cinefilia con Hijos de los Hombres, el mexicano había estado ausente de la gran pantalla, gestando este título coescrito con su hijo Jonás en el que dos astronautas quedan a la deriva en el vacío infinito del espacio cuando una lluvia de meteoritos destruye la estación espacial en la que estaban. Una película de la que se empezó a hablar hace ya varios años, primero por los que habían leído el guion y se asombraban del reto técnico que suponía llevarlo al celuloide; más tarde por los que informaron de que James Cameron estaba ayudando a Cuarón en el desarrollo de la tecnología de CGI en 3D necesaria para formalizar este arriesgado pero potencialmente espectacular proyecto; y por último, por todos los cambios de reparto que hubo en su largo periplo hacia el set de rodaje: Angelina Jolie, Natalie Portman y Robert Downey Jr. estuvieron asociados al filme en varios puntos de su gestación; Blake Lively, Marion Cotillard, Rebecca Hall, Olivia Wilde, Scarlett Johansson y muchas otras se rumorearon para el papel femenino; y al final se concretaron Sandra Bullock y George Clooney en los dos únicos roles del filme.
El resultado es una película aclamada de forma unánime por la crítica y por el público que ha tenido la suerte de verla en los festivales donde se ha mostrado (el último, en San Sebastián, donde Carlos Fernández ya habló largo y tendido de que estamos ante una obra maestra). Los comentarios más repetidos son los que atañen a su calidad técnica: es una película imprescindible de ver en la pantalla más grande posible, con el mejor sonido posible, y en 3D de todas todas. Pero también sobre su puesta en escena, en la que Cuarón emplea largos planos secuencia que van alternando el punto de vista de la cámara, introduciéndose de vez en cuando en el casco de los astronautas para obtener una perspectiva subjetiva de su pánico, su confusión, su ansiedad por alcanzar un punto de anclaje, su miedo a quedar varado por toda la eternidad en el espacio. Y por último, también alaban todos el trabajo de la Bullock, que carga ella sola con casi toda la cinta y se desenvuelve a un nivel impensable para sus detractores, de Oscar. Porque, ojo al dato, esta es una de las grandes favoritas de este año para alzarse con la dorada estatuilla. Su nominación al menos a ocho premios ya está prácticamente garantizada, y a casa no se va a ir de vacío. Quién sabe si logrará convertirse en la primera película en salir de la Tierra para lograr este reconocimiento, pero mientras tanto, una cosa queda clara: ya es Historia del Cine.
Recomendada para: Los que amen el cine.
Que huyan de ella: Los cretinos que suelen fastidiar al resto del público en una sala de cine.