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Especial Oscars 2013: Mejor Banda Sonora
Alberto Frutos, 02/02/2013

Pese a hablar de los Oscars del año 2013, si observamos la lista de ilustres candidatos, uno tiene la sensación de que este análisis se podría adjudicar a muchas de las ediciones de la última década. Salvando la honrosa primera vez de Mychael Danna, los otros compositores nominados no son lo que se dice novatos en esto de pisar el Kodak Theater. John Williams (en pie), Thomas Newman, Dario Marianelli y Alexandre Desplat, pasado, presente y futuro, han sido los seleccionados para ser cabezas visibles de un año donde el nivel de bandas sonoras ha sido realmente notable. Quedándose fueras maravillas (y favoritas) como Bestias del Sur Salvaje o El Caballero Oscuro. La Leyenda Renace, sorprende no encontrar ninguna música para película de animación en una categoría dada a ello. Clasicismo, exotismo, patriotismo y poca, o ninguna, experimentación ni riesgo en una lista de nominados que apuestan, en todos los casos, por una elegancia en la composición y la búsqueda de la emoción sin grandes fuegos de artificios. Otra categoría donde trasladar la batalla Lincoln vs Argo sin olvidar, ni muchísimo menos, a Pi y Richard Parker.
NOTA: Pinchando en cada cartel podéis oír las respectivas bandas sonoras de cada nominada.

Dario Marianelli es el nominado con la trayectoria más corta. Sin embargo, desde que se estrenara en 1994 con una desconocida cinta irlandesa llamada Ailsa, ha optado dos veces a la estatuilla, que ganó en 2007 por su excepcional trabajo para Expiación. De nuevo con la ayuda del director Joe Wright, llega al Kodak Theater de manera, eso sí, bastante sorprendente. Ignorada a lo largo de la carrera de premios, su labor en Anna Karenina, otra gran propuesta que no ha alcanzado el éxito esperado, se ve recompensada con una nominación que suena a testimonial. Desbancando a una de las grandes favoritas, la espectacular partitura de Bestias del Sur Salvaje, la obra de Marianelli apuesta por la contundencia y el romanticismo, alejándose de la combinación de comercialidad y experimentación que había marcado sus últimos años, y respetando al máximo la potente visión que Wright ha aportado a la obra de Leo Tolstoy. Con una fuerte influencia de la música clásica, el compositor italiano ofrece un auténtico tour de force mezclando vals, nanas, cancan, burlesque, cabaret y exaltado lirismo en una banda sonora que tiene casi de todo. Y la Academia, rendida a sus pies.
A FAVOR: Marianelli ha firmado su obra más clásica y del gusto de la Academia, que ya ha mostrado debilidad por el compositor italiano. La película ha conseguido cuatro nominaciones, así que no hay que descartar una sorpresa de última hora.
EN CONTRA: Ha estado casi desaparecido durante la temporada de premios, y la cinta no opta a premios mayores. Frente a la historia (Williams) y el presente (Newman y Desplat), no parece que la Academia termine apostando por un compositor que, además, ya ha sido premiado hace poco.
Finalista: Globo de Oro, BAFTA, Satellite.

En 27 años, casi un centenar de bandas sonoras compuestas para la gran pantalla. No es mala media para Alexandre Desplat, con toda seguridad uno de los grandes compositores actuales, que ha alcanzado una madurez y plenitud indiscutible con sus trabajos para, entre otras, El Curioso Caso de Benjamin Button, El Árbol de la Vida, El Discurso del Rey o Tan Fuerte, Tan Cerca. La obra del parisino se puede valorar desde muchos puntos de vista, pero su punto fuerte es sin duda su versatilidad. Sus partituras tienen personalidad propia, pero se adaptan por completo a cada película, sin eclipsarla, meciéndola, acompañándola sin asfixiarla. En estos Oscar, Desplat ha conseguida su quinta nominación con Argo, aunque bien podría haber sido por sus espléndidas aportaciones a Moonrise Kingdom, De Óxido y Hueso o El Origen de los Guardianes, un cuarteto inalcanzable para la mayoría de sus compañeros de generación. Su música para el filme de Ben Affleck muestra a un compositor en permanente estado de gracia, capaz de combinar melodías que recuerdan a un thriller clásico, pero con apuntes étnicos. Estos últimos, especialmente los elementos árabes que últimamente tienden a sonar reiterativos y tópicos, cumplen su función de manera perfecta, aportando matices trepidantes donde otros solo encuentran bostezos. Sin embargo, donde realmente destaca Desplat es en sus temas más emotivos, casi épicos, también más tradicionales pero repletos de una fuerza emocional que no se puede dejar pasar por alto. Su tema central, absolutamente maravilloso, refuerza el carácter emotivo de una película que, no lo olvidemos, llega a la noche de los Oscar como favorita por su capacidad para conectar con todo tipo de públicos. Desplat, uno de los culpables.
A FAVOR: No haber ganado en ninguna ocasión el Oscar siendo uno de los compositores más respetados y admirados por la crítica. Esas cuatro nominaciones en los últimos seis años se pueden entender como bagaje suficiente para rendir cuentas por parte de la Academia. Argo llega con muchas opciones de salir triunfadora del Dolby Theatre, por lo que si los académicos deciden rendirse ante ella, este parece uno de sus premios más claros.
EN CONTRA: Una temporada de premios en la que, salvo los Satellite, ha sido ninguneada. John Williams y su Lincoln. Que la Academia se arrodille ante la película de Spielberg y, puestos a homenajear, decidan ponerse en pie ante Williams y su leyenda. La certeza de que tendrá más nominaciones.
Ganador: Satellite.
Finalista: Globo de Oro, Critics’ Choice, BAFTA, Chicago, San Diego, Denver, Georgia.

Mucho se habla del combate a vida o muerte entre Lincoln y Argo, y esta categoría no es una excepción. Tan embelesados andamos en armar filas en uno de los bandos que, en ocasiones, se nos olvidan las terceras opciones, esas que a la chita callando terminan imponiéndose. La Vida de Pi cuenta con once nominaciones y esta parece una de las más factibles de terminar con final feliz. Mychael Danna, compositor en activo desde 1978 y responsable de joyas como las bandas sonoras de Pequeña Miss Sunshine y 500 Días Juntos, consigue doblete con su trabajo para el filme de Ang Lee, sumando a esta la nominación a Mejor Canción Original con la maravillosa Pi’s Lullaby. En conjunto nos encontramos ante una partitura cuyo mayor triunfo es no caer en las trampas que se le presentaban, jugando siempre en el límite. Al igual que la película, la composición del canadiense mantiene el equilibrio entre lo hermoso y lo convencional, lo comercial y lo espiritual. Podríamos estar hablando de una banda sonora de acompañamiento para la lectura de un libro de autoayuda, o peor, una tarde de música chill out. Sin embargo, Danna se las arregla para regalar un trabajo completísimo, repleto de influencias hindúes (como no podía ser de otro modo), pero también referencias a la chanson francesa y las músicas ambientales más cautivadoras, jugando con todos los elementos para dar forma a un conjunto contundente y emocionante, hipnótico en sus mejores momentos. Para una película tan visual como la de Lee se requería una música a la altura. No era sencillo. Mychael Danna lo ha conseguido.
A FAVOR: Parece imposible que, con sus once nominaciones, La Vida de Pi se vaya de vacío la noche del 24 de febrero, y la categoría de Banda Sonora es una de sus grandes posibilidades para pescar algo. Las composiciones exóticas siempre han sido una de las debilidades de la Academia, y en este caso estamos ante una de las más ‘aptas para todos los públicos’ de los últimos años.
EN CONTRA: A lo largo de los años, la Academia no ha tenido en demasiada consideración la obra de Mychael Danna, así que puede parecer excesivo que, entre tanto gran nombre, decidan premiarle por su primera nominación. Que la noche sea exclusiva de Affleck y Spielberg, y el resto se dediquen a observar y aplaudir con resignación.
Ganador: Globo de Oro, Las Vegas.
Finalista: Critics' Choice, BAFTA, San Diego, Houston, Phoenix, Indiana, Georgia.

Si hablábamos con Desplat de datos, no vamos a ser menos con John Williams. Cinco décadas de bandas sonoras atemporales, tan clásicas o más que las películas a las que acompañaban, y 47 nominaciones a los Oscar. Repitamos, por si acaso: 47 nominaciones a los Oscar en total, contando las de Mejor Canción. Parece rara la ceremonia en la que entre los cinco nominados no emerja la figura, la leyenda, del compositor neoyorquino. Williams, del cual no citaremos sus trabajos más destacados porque necesitaríamos un análisis exclusivo para ello, ‘solamente’ ha sido galardonado en cinco ocasiones (El Violinista en el Tejado, Tiburón, La Guerra de las Galaxias, E.T. y La Lista de Schindler), por lo que este año llega al Dolby Theatre como uno de los grandes favoritos para conseguir la estatuilla. Trabajando de nuevo para su inseparable Spielberg (imposible imaginarse la filmografía del Rey Midas de Hollywood sin su música), Lincoln nos muestra a un compositor que se convierte en un alter ego de la figura del decimosexto presidente de los Estados Unidos. Melancólico, reposado y sobrio, la música de Williams, alejada de la espectacularidad que mostró en sus dos trabajos del pasado año (Las Aventuras de Tintín y War Horse), vuelve a resultar un logro en todos los aspectos: contundencia y calidez, emoción y elegancia. Exceptuando algunos compases de virtuosismo patriótico, la delicadeza es la seña de identidad de una banda sonora con un gran protagonista, el piano, guía de los mejores momentos de una película repleta de ellos. Su tema central, potente y, cómo no, con capacidad suficiente para instalarse sin problemas en la cabeza del espectador, confirma lo que no deja de sorprender por mucho que pasen los años: el eterno estado de forma de una leyenda viva de la Historia del Cine.
A FAVOR: Cinco Oscars parecen pocos para la aportación al séptimo arte de alguien como John Williams. La oportunidad de rendir tributo a un músico admirado por todos, Academia, crítica y público. Además, la película es una de las grandes favoritas en las categorías más importantes, lo que le puede dar un empujón extra.
EN CONTRA: Si los académicos deciden ningunear a la película de Spielberg al estilo El Color Púrpura, Williams puede ser una de las víctimas. Que se considere que su obra no necesite otro premio y, por ello, se opte por otorgar el galardón a un compositor que todavía no se haya estrenado en los Oscar.
Ganador: Critics’ Choice, Dallas.
Finalista: Globo de Oro, BAFTA, Satellite, Washington, Houston, Phoenix, Denver, Georgia.

Terminemos el análisis con (más) datos. Diez nominaciones, cero Oscar. La carrera de Thomas Newman está repleta de grandes momentos, tanto en la gran pantalla como en la pequeña. En sus trabajos para series como A Dos Metros Bajo Tierra o para Pixar (Buscando a Nemo y WALL•E) encontramos la cara más notable de un compositor que alcanza sus cimas en su fructífera relación profesional con el director británico Sam Mendes. Su música para American Beauty, Camino a la Perdición o Revolutionary Road sirve para comprender a la perfección el estatus de compositor imprescindible que ha alcanzado en los últimos años. De nuevo de la mano de Mendes, Newman se enfrentaba al que, probablemente, haya sido el reto más difícil de su carrera: poner música a una nueva entrega de la saga del agente 007, Bond, James Bond. A la vista de los resultados, nuevo éxito para apuntar en su cuenta. Respetando la inmensa labor que decenas de compositores han realizado a lo largo de la franquicia, el compositor californiano comulga con la propuesta más oscura y dramática, ‘nolanizada’ que dirían algunos, y presenta una composición que se centra más en la atmósfera que en el espectáculo, terminando, eso sí, homenajeando al referente básico, con guiños a los seguidores más fieles, rendida ante la figura icónica del personaje. Una obra madura con capacidad para convencer a la parroquia ‘bondiana’, pero también a los no iniciados.
A FAVOR: Diez nominaciones y ningún premio parece un bagaje injusto para un compositor como Newman. La película ha entusiasmado a casi todo el mundo, e incluso se llegó a hablar de una posible nominación a Mejor Película, logrando finalmente cinco candidaturas (casi tantas como todas las que ha logrado la saga a lo largo de toda su historia – solo 9 candidaturas y dos premios). Que los académicos decidan hacer doblete con la categoría de Mejor Canción, donde Adele parece una de las favoritas.
EN CONTRA: Sus contrincantes, salvo Marinelli, son los favoritos. Parece una batalla que, como mucho, aceptaría un tercer contrincante, en cuyo caso el más indicado parece ser Danna. James Bond NUNCA ha recogido un Oscar musical; de hecho, no parece ser una serie que los académicos respeten mucho.
Ganador: Phoenix, Indiana.
Finalista: BAFTA, Satellite, Houston.