De cómo hay cadenas que son imposibles de romper

La ambición desmedida de don Alejandro pondrá a prueba el compromiso de Mateo con los habitantes del pueblo. Bajo el pretexto de favorecer la prosperidad en San Martín e incentivar el empleo en el pueblo, don Alejandro presenta su faraónico proyecto urbanístico y logra convencer a la mayoría de los vecinos. Sin embargo, Adriana y Mateo saben que una obra de tal envergadura acabaría para siempre con el San Martín que ellos conocen. Su única oportunidad de hacerse oír pasa por demostrar que Alejandro está implicado en un caso de corrupción urbanística. El proyecto, además, tendrá importantes consecuencias para varios habitantes del pueblo. Alfredo y Elena, que esperan un bebé, piensan en vender la casa e irse a vivir a San Frutos, mientras que Carol es despedida por manifestar su oposición al plan urbanístico. Mientras tanto, la locutora más carismática de la localidad sigue trabajando por la zona, pero Pedro descubre que Carol mintió a la familia sobre la retirada de la oferta laboral de Onda Cero.