El actor británico Christopher Lee falleció este pasado domingo a los 93 años de edad, debido a complicaciones respiratorias tras sufrir un infarto. Su familia decidió esperar unos días para dar a conocer la noticia de su fallecimiento para poder despedirse de él de forma íntima.

Actor fetiche de Terence Fisher, de todos los papeles por los que será recordado en sus más de 200 interpretaciones en la gran pantalla, destaca sobre todo uno: el Conde Drácula de las películas de la Hammer, en los años 50 y 60. Su revisión del vampiro lo convirtió en un personaje animal y perverso, mucho más violento que sus antecesores, con sus característicos ojos rojos como seña de identidad. Pero, más allá de este rol que le encasilló durante mucho tiempo, también lo podemos recordar como el mago Saruman de la saga de El Señor de los Anillos, como el Conde Dooku de las precuelas de Star Wars, como el malvado Scaramanga que hacía la vida imposible a James Bond en El Hombre de la Pistola de Oro, como el Conde (otra vez) de Rochefort en Los Tres Mosqueteros o como el Fu Manchú de la saga de los 60-70. Y eso sin contar sus colaboraciones con Tim Burton, Billy Wilder o Mario Bava, entre muchos otros.

Descanse en paz, maestro.