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Especial Oscars 2012: Lo que el Oscar ignoró

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LO QUE EL OSCAR IGNORÓ


Una de las cosas más entretenidas y al mismo tiempo exasperantes que tiene seguir los Oscar es destripar las películas que podrían haber sido nominadas pero no lo fueron. Al fin y al cabo, con solo diez puestos como máximo para llenar, es de sentido común esperar que se queden fuera muchas cintas. A veces es por culpa de una insuficiente campaña de publicidad que las ha sumido en el olvido. Otras veces parecían de Oscar sobre el papel, pero a la hora de la verdad decepcionaron o fueron bodrios. También las hay que eran demasiado raras para la Academia, o que no consiguieron salir del gueto indie para atrapar a un público más amplio. Y hay algunas que no fueron nominadas simplemente porque no había espacio, y a buen seguro se quedaron a las puertas de la candidatura.

Tampoco podemos decir realmente esa frase tan socorrida de “es que a la Academia no le gusta”, como si fuese una entidad monolítica, porque no lo es. Aunque la mayoría sean mayores de 50 años, blancos y hombres, los miembros de la Academia incluyen tanto a Ernest Borgnine como a Scarlett Johansson, tanto a Martin Scorsese como a Andy Tennant, tanto a Mickey Rooney como a Russell Brand, tanto a Vin Diesel como a Charles Ferguson, tanto a Alejandro Amenábar como a Claudia Llosa, tanto a Hayao Miyazaki como a Jet Li. Es decir, hay de todo. Hay viejos y jóvenes, hay gente con gustos muy alternativos y otros muy tradicionales, hay progresistas y conservadores, hay frikis, sesudos y comercialoides, hay extranjeros y estadounidenses… Con las nuevas reglas de los Oscar, estos pequeños grupúsculos pueden conseguir incluso que ciertas películas que no son muy ‘de Oscar’ estén nominadas pese a no contar con un apoyo mayoritario dentro de la organización. Ahí está Malick para atestiguarlo. En lo que han fallado las cintas presentes en esta selección es en despertar la pasión necesaria dentro de los sectores concretos de la Academia a los que tenían que conquistar. O eso, o que no eran lo suficientemente buenas. O que no las han visto los suficientes votantes como para que sus votos importen. En cualquiera de esos casos, en algún punto de su carrera pudieron haber sido nominadas o fueron consideradas para algún premio.





LAS ASPIRANTES


Todos los años hay unas pocas cintas que se quedan fuera de las nominadas por los pelos, a juzgar por las críticas y premios acumulados. A veces no hay un motivo concreto que las haya apartado de la terna, otras veces sí que se puede identificar la falta de la pasión necesaria para conseguir ese extra de votos. En cualquier caso, es muy posible que los siguientes puestos del recuento fuesen ocupados por estas películas.

LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES
Expectativas: Después de conseguir al fin que la Academia se fijase en sus películas, David Fincher parecía imparable. Su vuelta al género que le dio la fama, el thriller, se esperaba con ansia, y el adaptar una novela muy leída y bien criticada de Stieg Larsson, cuya primera versión en cines ya había recolectado algunos premios, tenía pinta de seguir la senda iniciada, aunque no fuese favorito para ganar. Algunos dudaban de que fuese buena o de que aportase algo a la original, otros de que fuese el tipo de filme que atrae a la Academia, en vista de que hasta ahora habían ignorado los acercamientos de Fincher al género, por muy revolucionarios que fuesen. Pero no eran muy numerosos: predominaba la sensación de que la Academia seguiría medio enamorada de Fincher.
Realidad: Cuando se estrenó, la crítica la respaldó con cierta unanimidad, aunque no con el entusiasmo que otros filmes del realizador. No parecía que fuese a jugar un papel muy serio en los Oscar hasta que llegaron los premios de la industria y el filme consiguió por sorpresa nominaciones de los principales sindicatos: PGA, DGA, WGA, ACE… Unido a su bastante buena taquilla y a su cálida recepción entre el público (ocupa un lugar en el top250 de IMDb), todo esto la parecía convertir en una sólida candidata al gran premio, mucho más segura que otras que finalmente entraron en la terna. Pero se ve que lo mismo que le ocurrió a la crítica, la falta de pasión, le sucedió a la Academia. Al fin y al cabo, hasta sus defensores más acérrimos es raro que la pongan como la mejor película del año. O a lo mejor es que ese tono oscuro, decadente y sucio de los thrillers de Fincher le repugna a los votantes más de lo que les atrae.



LA BODA DE MI MEJOR AMIGA
Expectativas: Ninguna en absoluto. Parecía otra comedia más del clan Apatow, pero esta vez con un aire femenino. Ni siquiera cuando se estrenó, con críticas buenas pero tampoco fuera de este mundo, pero con un enorme éxito de taquilla, se la consideró como una película que fuese a competir por el Oscar.
Realidad: La cuestión es que llegaron los premios de la temporada y comenzaron a lloverle nominaciones y galardones inesperados. Globo de Oro, PGA, SAG, WGA, ACE, menciones del AFI y de varios grupos de críticos, potente en categorías actorales y de guion… Hasta el último momento no pudimos estar seguros de si la Academia iba a responder a su propuesta. Al final se quedó en un término medio entre el éxito de la temporada de premios y ser ignorada por completo, como les suele pasar a las comedias.

LOS IDUS DE MARZO
Expectativas: La adaptación de una aclamada obra de teatro de contenido político, cuando se acercan las elecciones en EE UU, y realizada por el mismo equipo que hizo Buenas Noches, y Buena Suerte (entre los cuales, claro, está George Clooney), y además con un reparto de ensueño. Está claro que era una de las favoritas incluso a la victoria. ¿Qué podía fallar?
Realidad: El error fue estrenarla en el Festival de Venecia, porque ya se sabe que la crítica europea responde bastante mal a la política tratada al estilo americano. Al recibirla con un sonoro "meh", le dieron carta blanca a todos los críticos estadounidenses que no estuvieran plenamente convencidos o a los que tuvieran ideas políticas contrarias a expresar su desagrado sin temor a quedar ‘mal’. El resultado fue que la cinta tuvo críticas buenas, pero no entusiastas, y junto a su tempranero estreno hicieron que se la olvidase para cuando empezaron a entregar los premios. Su gran presencia en los Globos de Oro y en el PGA fue suficiente para reavivar algo la conversación en torno del filme, pero no como para ser nominada. Seguramente en otras circunstancias sí lo habría sido, y con facilidad.

EL TOPO
Expectativas: El regreso de Tomas Alfredson a la dirección tras Déjame Entrar, pero esta vez con un material mucho más cercano a los gustos académicos (una intriga de espionaje de la pluma de John Le Carré), rodada en Gran Bretaña con un reparto estelar de figuras de la escena inglesa, prometía ser una de las películas del año y posiblemente la que atrajese el voto del numeroso colectivo británico de la Academia.
Realidad: En parte cumplió las expectativas, porque la película fue un enorme éxito de crítica y público (al menos en el Reino Unido, en este segundo apartado), y los ingleses le dieron todo su apoyo en cuanto a galardones se refiere. Pero en los BAFTA. Para los Oscar se ve que tenían otros intereses y se dedicaron a apoyar a Stephen Daldry o a The Artist. También es cierto que la película resultó ser tan gélida emocionalmente que los corazones ñoños se quedaban fríos, y tan compleja que los cerebros agarrotados por la edad se perdían en laberintos de propia creación. Mala cosa para que te voten.

Menciones especiales: Mi Semana con Marilyn, Beginners (Principiantes), Margin Call, Nader y Simin, una Separación, A Better Life.







LAS DECEPCIONES


Cuando uno revisa los estrenos del año, hay unas cuantas películas que destacan sobre las demás como ‘carne de Oscar’. Lo tienen todo para triunfar: nombres importantes, argumentos de calado, estudios potentes que las apoyan… Y luego se estrenan y fracasan estrepitosamente. En el mejor de los casos, son cintas que provocan división de opiniones. En el peor, bodrios infumables que no se sabe cómo han podido hacerse. En medio, un mar de mediocridad que les impide llegar a pelear por la más importante estatuilla de la noche. Excepto si eres Stephen Daldry, claro.

J. EDGAR
Expectativas: Ganar el Oscar. Todo en esta cinta gritaba a los cuatro vientos: ¡FAVORITA! Desde Clint Eastwood hasta Dustin Lance Black, pasando por Leonardo DiCaprio y Naomi Watts en el reparto junto al emergente Armie Hammer, todo estaba lleno de nominaciones y estatuillas. ¿Y la historia? El primer biopic de importancia de una de las figuras clave en la política, la sociedad, los medios de comunicación y la lucha contra el crimen del siglo XX en Estados Unidos. ¿Cómo podría NO estar nominada a 10 premios como mínimo?
Realidad: Mediante una serie de malas decisiones en cadena, así es como uno pasa de favorito a ser el chiste del año. El guion, la dirección, la iluminación, el maquillaje, la escasez de personajes, la superficialidad de los eventos retratados, los flashbacks, las caricaturas… Todo fue un cúmulo de factores que salieron mal para entregar un producto mediocre que fue destrozado por la crítica (aquí en España, en cambio, se sigue la regla de que todo lo que toca Clint es una obra maestra, sin discusión). De hecho, conforme pasaban las semanas la película iba siendo más y más atacada, como si costase un tiempo asimilar la idea de lo mal que les había salido. Como resultado, la cinta todavía tuvo gas y cierta aceptación en algunos círculos como para conseguir alguna nominación suelta, pero eso fue antes de que se extendiese completamente la idea de que se podía odiar la película, de que no hacía falta el compromiso de premiarla. Era otra Amelia, no otro Aviador.



ALBERT NOBBS
Expectativas: El travestismo no es algo especialmente de Oscar, pero si tenemos una película que lo usa sin connotaciones sexuales, la cosa cambia. Hasta Shakespeare lo hizo. Hacer una película de época sobre una mujer sufridora que se hace pasar por hombre, que la protagonice Glenn Close y que esté basada en una exitosa obra de teatro tendría que ser una de las historias del año y una segura nominada en bastantes categorías.
Realidad: Aunque si haces una cinta tremendamente aburrida y superficial, sin mucho fuste por ningún lado, y la estrenas en festivales, te expones al escarnio público. A la película le cayeron críticas que oscilaban entre indiferencia y hostilidad desde el primer pase en el que se mostró, y la cosa no mejoró cuando más gente la pudo ver. No solo eso, sino que muchos de ellos ni siquiera salvaban la actuación de Glenn Close. Hasta tal punto fue su caída, que la actriz estuvo ausente durante casi toda la temporada, aunque fue rescatada in extremis en las nominaciones, seguramente más por pedigrí y por piloto automático que porque hubiese admiradores de su película, los cuales todavía tienen que aparecer.

LA DAMA DE HIERRO
Expectativas: Los biopics de figuras históricas son un clásico en las nominaciones al Oscar. Hacer uno sobre Margaret Thatcher protagonizado por la mismísima Dama del Oscar, la señora Meryl Streep, parecía una receta infalible. Material jugoso había a palazos. Las dudas surgían de la directora, la nefasta Phyllida Lloyd, que no se sabía si estaría a la altura de un tema tan complejo y necesitado de mano firme tras la cámara. Pero había que tenerla en el punto de mira, sin duda.
Realidad: Phyllida, ¿qué vamos a hacer contigo? Estaba claro que el proyecto le quedaba grande, pero el guion vago y deslavazado que le dieron tampoco le ayudó en nada. Siempre iba a haber cierta polémica sobre el filme, porque es un personaje que despierta odios y pasiones y no se puede contentar a todo el mundo. Pero hasta los ‘tories’, por mucho que simpatizasen con el retrato de la ex primera ministra británica, la veían como nada del otro mundo. Por parte de los contrarios, por supuesto, la destrozaron, mientras que los neutrales… también lo hicieron. La única que se salvó, y no indemne, fue Meryl Streep. Seguramente si la película fuese mínimamente buena se llevaría el Oscar de calle. Con una mediocridad (siendo generosos) a su alrededor, lo tiene crudo.

LARRY CROWNE, NUNCA ES TARDE
Expectativas: En los años 90, un emparejamiento entre Tom Hanks y Julia Roberts no solo habría llevado a número de taquilla de nueve cifras, sino quizás incluso a premios de la Academia, dependiendo de cómo fuese el proyecto. Hasta siendo una comedia, sobre todo con diez nominadas. El proyecto en sí parecía estar cercano a los tiempos difíciles que vivimos, y adaptado al público blanco, maduro y de clase media-alta que vota en los Oscar, así que solo tenía que ser una película buena para entrar en la conversación. Y el que tuvo retuvo, ¿no?
Realidad: No. Que no, hombre, que no. No, no, no, no, no, no. NO. En absoluto. Nonononononono. En definitiva, no. Ni Oscar ni ná. En qué momento unos alienígenas malvados abdujeron y remplazaron a dos actores de talento, inteligentes y con buen ojo para sus proyectos, por dos drones dispuestos a sabotear el Séptimo Arte, eso no queda claro. Pero la ciencia lo sigue estudiando para explicar cómo pudo salir una castaña de semejante calibre.

Menciones especiales: One Day (Siempre el Mismo Día), Anonymous, The Rum Diary, Machine Gun Preacher, The Lady, Miral, Detrás de las Paredes, La Legión del Águila, Perros de Paja, Red State, Texas Killing Fields.







LOS BICHOS RAROS


Las películas raras, difíciles o fuera de lo convencional suelen tenerlo muy difícil para ser nominadas al Oscar. Con la ampliación de candidatos hemos visto alguna, como El Árbol de la Vida o Un Tipo Serio, hacerse con una nominación. Pero no suele haber muchas más, porque el colectivo de académicos que votan por ellas no es tan grande. Por eso, las películas que son muy personales y complicadas de tragar, como estas, están destinadas a quedarse fuera de los Oscar, aunque consigan otros premios (gracias a Dios, no todos tienen los mismos criterios).

DRIVE
Expectativas: Lo cierto es que pocas. A primera vista parecía un sencillo thriller de acción cuya máxima curiosidad era ver cómo se desenvolvía en su primer proyecto americano el director danés Nicolas Winding Refn, pero parecía más orientada a la taquilla que a los premios. Más o menos como Daniel Espinosa con El Invitado. La otra versión era que resultase un producto de serie B minoritario en lugar de un blockbuster. Pero en ninguno de los dos casos se esperaban Oscars para ella.
Realidad: Cuando se estrenó en Cannes (cosa que ya era un tanto rara para un filme de acción), se convirtió automáticamente en una película a seguir para futuros premios. No solo fue galardonada en el festival galo, sino que las críticas fueron unánimemente positivas, e incluso muy entusiastas. Desde entonces hasta el día en que se anunciaron las nominaciones, el filme atrajo posiblemente al mayor número de fans del año, con permiso de The Artist, por lo que su ausencia fue la que más indignó al cinéfilo medio. Pero seamos sinceros: la Academia nunca iba a responder como nosotros a una película que por un lado es muy violenta y por otro muy contemplativa, que tiene persecuciones y reventones de cabezas pero también poesía y momentos oníricos y muy pocos diálogos. Juntaba en un mismo envase un montón de cosas que los académicos no aprecian: cine de acción, cine de autor poco convencional, homenaje al cine de videoclub de los años 80, mucha importancia de la atmósfera sobre el argumento… Hay un altísimo porcentaje de espectadores comunes que la despreciaron intensamente a su paso por los cines, y eso es seguramente lo que ocurrió con casi todos los votantes de la Academia. Y los que no, estaban muy ocupados votando a Malick.



SHAME
Expectativas: Después de irrumpir con fuerza en el mundo del cine con su ópera prima, Hunger, había mucha expectación por ver si Steve McQueen conseguía mantener el nivel con su segundo filme. El hecho de repetir con Michael Fassbender y añadir a Carey Mulligan ya era una garantía, aunque lo de tratar la adicción al sexo podía tener resultados fallidos con mucha facilidad. Sin embargo, no había razón sólida para pensar que no iba a ser un peliculón y quizás abrirle la puerta de Hollywood al director o a sus actores.
Realidad: El resultado fue el previsto. Es un peliculón con dos actuaciones increíbles al frente y la misma personalidad fuerte tras la cámara, además tratando el tema de forma descorazonadora y desasosegante. Y ese es el problema. Porque si ya el tema iba a echar atrás a muchos vejetes de la Academia, su tratamiento frío y desnudo (y esto va también en un sentido literal, porque Fassbender enseña varias veces su miembro) terminó de alienar a los votantes. Es posible que muchos incluso se negasen a verla dado su contenido, y de entre los que la sí que la vieron, muchos sentirían rechazo o bien al estilo de McQueen (muy alejado de los cánones del Oscar), o bien a tanta sexualidad descarnada. Cosa paradójica, porque los viejos de ahora son los que estaban reinventando el cine de Hollywood en los 60 y 70.

YOUNG ADULT
Expectativas: Teniendo en cuenta la exitosa trayectoria con el Oscar de Jason Reitman, así como su última colaboración con la guionista Diablo Cody (Juno, que le dio a él una nominación y a ella una estatuilla), todo apuntaba a que este año iban a competir también por el oro. Con diez potenciales nominadas, su característica mirada sensible y humana, pero cargada de cierto sarcasmo, definía lo mejor que el género de la dramedia puede dar y la acercaba a los gustos de los académicos, al ser una realización muy apegada a la sensibilidad americana. Con un reparto estelar, cualquier tema que escogiesen iba a tener potencial de acaparar varias nominaciones. A no ser que Cody fuese flor de un día.
Realidad: Cody no fue flor de un día, pero la película se alejó del molde de Juno y Up in the Air hacia el lado que menos podía gustar a los académicos: el cinismo desatado. Una cinta pesimista, llena de personajes odiosos que no aprenden las lecciones de la vida, que coge los tópicos de la comedia romántica y los subvierte, convirtiéndolos en un retrato de la podredumbre moral y los problemas psicológicos que esconden los arquetipos de Hollywood, estaba llamado a provocar tanta admiración como rechazo entre crítica, público y académicos. Sobre todo entre estos, más tradicionales, que les gustan sus historias con redenciones y finales felices y lecciones aprendidas. Es decir, que la mayor fortaleza del filme es precisamente lo que lo ha alejado de los premios.

WE NEED TO TALK ABOUT KEVIN
Expectativas: El argumento de una familia que debe lidiar con los crímenes de su hijo puede ser material para un telefilme lacrimógeno, para un dramón estilo Hollywood con Grandes Interpretaciones® o para una cinta indie con potencia expresiva. En el segundo caso estamos hablando de segura nominada al Oscar, y más si al frente hay un reparto perfecto y una directora con mucha personalidad y una carrera alabada por la crítica. Y si detrás hay un libro muy bien considerado, es obvio que estamos ante un caballo ganador.
Realidad: Excepto que Lynne Ramsay es una directora con mucha personalidad y eligió hacer la versión más radical y personal de la tercera vía, logrando una pieza muy desasosegante y atmosférica que tiene más puntos en común con La Semilla del Diablo y El Hijo del Mal que con una cinta al estilo Un Cruce en el Destino. Con unos personajes de moral cuestionable y un tono de cine de género retorcido y autoral, en Cannes estuvieron encantados con ella. En la Academia no, porque no era su palo.

Menciones especiales: Melancolía, Meek's Cutoff, La Piel que Habito, Redención, Copia Certificada, Weekend, El Castor.







LOS POPULISTAS


El caso contrario al anterior también ocurre. Cuando una película rompe la taquilla, o al menos está diseñada de cara al público más que a los premios, la Academia la rehúye muchas veces sin remordimientos. Aunque se pueda incluir entre las cintas con mejores críticas del año y los espectadores le hayan dado su visto bueno, si no cumple con lo que se espera de una película ‘de Oscar’, no se la trata con seriedad de cara a estos premios. Así, hay géneros que están claramente menospreciados: comedia, acción, fantasía, ciencia ficción, cine familiar… Aunque haya alguna que logre sobreponerse a los prejuicios, lo normal es que acaben ignoradas como estas.

HARRY POTTER Y LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE, SEGUNDA PARTE
Expectativas: La saga más taquillera de la historia del cine llegaba a su fin. Diez años de películas del niño mago en donde la calidad se había mantenido sorprendentemente alta tenían en 2011 su épico colofón, y muchos pensaban que la Academia finalmente le daría su reconocimiento, aunque solo fuese por premiar (o nominar) al conjunto de la serie a través del último filme. Como hicieron con El Señor de los Anillos, vamos, aunque con menos esperanzas de que resonara con los votantes en vista de su trayectoria hasta el momento.
Realidad: Por mucho que batiese récords de taquilla y que la crítica le diese su aprobación unánime (hasta el punto de que muchos la consideran la mejor entrega de la saga, y otros tantos creen que está al nivel de las mejores), la charla sobre su nominación se apagó pronto. Para noviembre solo quedaba algún iluso que aún creía en ella, y en enero, tras estar ausente de toda la temporada de premios, ya era obvio que la Academia no iba a sentirse obligada a darle una oportunidad. Y claro, si no fuerzas un poco a los académicos a que valoren una película familiar-juvenil, de género fantástico, que requiere haber visto siete entregas anteriores para poder apreciarla (y entenderla), ellos no van a poner de su parte. Es lo que siempre sucede con las cintas de género: se las ve como algo superficial y para pasar el rato, pero no como algo que se deba premiar en unos galardones que aspiran a ser serios.



LOS MUPPETS
Expectativas: Cualquiera que haya visto Paso de Ti sabrá que Jason Segel y Nicholas Stoller eran la pareja ideal para devolver a la vida a los Teleñecos. Fans declarados del programa de Jim Henson, eso fue lo que hicieron, y si bien había dudas sobre si la nueva generación de espectadores seguiría queriendo ver a Gustado y Peggy, pocas habían de que sería una película familiar de calidad.
Realidad: La cosa fue incluso mejor de lo previsto, ya que la cinta ha sido la película con mejor ‘tomatómetro’ del año en Rotten Tomatoes. Un 97% de críticas positivas, muchas de ellas entusiastas, que la ponían como la mejor cinta para toda la familia del año, como un musical de calidad y como una comedia tronchante que podía gustar a niños y mayores. Y también fue un éxito de taquilla. ¿La nominaron los Oscar? Ni siquiera fue una manchita casual en su radar, hasta el punto de que solo tomaron en consideración una de las tres canciones que optaban a premio, único lugar donde una película de este género es tomada en serio por los supertacañones de la Academia. Aunque claro, la culpa no es solo de ellos, porque ni los críticos ni las asociaciones que entregan premios se desmarcaron de este prejuicio.

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Expectativas: Siendo sinceros, todo el mundo se esperaba una mierda como un piano. Y los materiales promocionales que fueron sacando tampoco hicieron nada para cambiar esa idea: todo parecía un rutinario y bastante cutre intenta de ordeñar aún más la vaca de los monos habladores. Ni siquiera parecía que tuviese mucho que hacer en premios técnicos.
Realidad: Ha sido posiblemente el ‘zas en toda la boca’ del año. Primero sorprendió a los críticos, luego conectó a la perfección con el público y acabó convirtiéndose en una de las cintas más taquilleras del año gracias sobre todo al boca a boca. Y lo que es más: sus efectos especiales son magistrales. Pero aparte de eso, hay una buena historia, inteligente, emocionante, desarrollada con solidez y sin fisuras… Es una gran película comercial. ¿Por qué no puede la Academia premiar algo así? Dos palabras: simios inteligentes. La ciencia ficción y el cine de acción están vetados en los Oscar a no ser que ocurra alguna confluencia extraña de factores. Y ni así. Que se lo pregunten a Michael Mann o a Ridley Scott.

LAS AVENTURAS DE TINTÍN: EL SECRETO DEL UNICORNIO
Expectativas: Con Steven Spielberg y Peter Jackson detrás, cualquier película va a ser esperada como agua de mayo no solo entre la comunidad cinéfila, sino también entre el público de a pie. Y más si se proponen adaptar a la gran pantalla a uno de los personajes clave del cómic europeo, un aventurero con muchos lazos en común con Indiana Jones que prometía devolver a Spielberg a sus mejores años de cineasta comercial de calidad.
Realidad: Aunque hubo algunos decepcionados, sobre todo allende los mares donde no acabaron de conectar bien con el personaje, las sensaciones fueron eminentemente positivas. Una aventura sin descanso, llena de escenas memorables y con algunas de las mejores ideas visuales de la carrera del Rey Midas de Hollywood, y un entretenimiento de primera para jóvenes y mayores. Lástima que entre el desinterés por el reportero belga en Estados Unidos, su carácter de cinta de animación y su género de aventuras familiares, lo tuviese absolutamente todo en contra para ser tomada en serio por una anquilosada Academia.

Menciones especiales: Rango, Un Lugar Para Soñar, Super 8, Misión Imposible: Protocolo Fantasma, Hanna, X-Men: Primera Generación, Attack the Block, Código Fuente, Crazy, Stupid, Love, Destino Oculto, Footloose.







LOS INDIES


Una parte importante para ser nominado al Oscar es que suficientes miembros de la Academia vean tu película. Y aquí, como en toda votación de miles de personas, los pequeños tienen las de perder. Las distribuidoras de cine independiente no suelen tener muchos medios para promocionar sus cintas, y aunque envíen DVDs a los académicos para que las vean, si estos no han oído hablar de ellas las pondrán en la parte inferior de su (bastante larga) lista. Y por si eso fuera poco, el cine independiente suele tratar temas más arriesgados y de formas menos convencionales y más desasosegantes que las películas de estudio, lo que no suele generar un apoyo mayoritario. Por eso la mayoría de las indies siempre salen perjudicadas, al menos con la Academia.

MARTHA MARCY MAY MARLENE
Expectativas: Dado que normalmente de las películas indies se sabe muy poco antes de que se estrenen en alguna parte, vamos a tomar como expectativa lo que se esperaba de ella tras mostrarse en el Festival de Sundance. Allí fue una de las claras triunfadoras, acaparando elogios de toda la prensa y resaltando Elizabeth Olsen como una de las actrices a seguir este año. La expectativa, pues, era que repitiese el éxito que tuvo Winter's Bone el año pasado, que logró una respetable taquilla, excelentes críticas y varias nominaciones al Oscar, incluido mejor película.
Realidad: No todos los años puede haber un Winter's Bone. Lo cierto es que cuando la película se estrenó, la crítica general respondió con más frialdad que los que fueron a Sundance, aun manteniéndose el clima positivo alrededor del filme. Solo con el tiempo han ido surgiendo más críticas apasionadas, que en el momento de llegar a los cines quedaron bastante enmudecidas por cierta apatía. Y en taquilla pasó más o menos desapercibida. Como resultado de ello, la constante promoción y tratamiento mediático que necesita una película pequeña como esta para que los académicos le den una oportunidad no se produjo, o lo hizo pero a pequeña escala, quedando ensombrecida por otros filmes con más medios aunque menos seguidores fervientes. Posiblemente a estas alturas la mayoría de la Academia no la haya descubierto todavía. Tampoco es seguro que, de haberlo hecho, la hubiesen nominado. Al fin y al cabo el tema de las sectas, el lavado de cerebro de la religión y las aristas más oscuras de la personalidad humana no son plato de sabor dulce para los paladares más timoratos.



TAKE SHELTER
Expectativas: Al igual que la anterior, fue otra de las grandes triunfadoras del Festival de Sundance, con un Michael Shannon que parecía que iba directo a comerse la estatuilla. La película en sí también fue recibida con una calidez normalmente reservada a las que llegan muy lejos y se convierten en iconos del año.
Realidad: Similar también a la de MMMM. El recibimiento de la crítica fue bastante más potente y, sobre todo, más inmediato en su entusiasmo, pero en taquilla le fue incluso peor. Hay poca gente que la haya visto realmente. Y es que este ha sido un año en el que las películas independientes han tenido serias dificultades para salir de su gueto y alcanzar una audiencia mayoritaria. Eso las ha perjudicado de cara a la Academia: menos visibilidad hace que haya que invertir más dinero en motivar a los académicos a que la vean, y los pequeños productores y distribuidores no se lo pueden permitir. Además, quizá una película sobre el fin del mundo, el fanatismo religioso y la paranoia americana, que busca ser perturbador sobre todo, no sea lo que los votantes anden buscando.

WIN WIN (GANAMOS TODOS)
Expectativas: Otra criatura de Sundance, pero esta vez se podía hacer una valoración previa con más fiabilidad que en los casos anteriores. Y es que Thomas McCarthy ya es un viejo conocido de la crítica, que siempre ha alabado su trabajo, e incluso se ha quedado con sus dos anteriores cintas a punto de lograr ser nominado al Oscar como guionista. Era lógico pensar que a la tercera iría la vencida, y en vista de que ya contaba con cierto pedigrí, quizá incluso más.
Realidad: Ni por esas. Aunque la película era más abierta y accesible que sus dos anteriores trabajos (que ya de por sí eran de esos que enamoran al espectador con su sencillez y honestidad), y que esta vez contaba con el apoyo de la Fox como distribuidora, la Academia siguió pasando de él. Quizá el hecho de ser precisamente tan ‘blanco’ en sus conflictos, tan capriano en una época ya cargada de cierto cinismo, le perjudicó para obtener la pasión necesaria entre los votantes (o entre la crítica, ya que aunque la respuesta fue unánimemente positiva entre la prensa, estuvo muy desaparecida de la temporada de premios). O quizá es que su estreno muy tempranero (en marzo) y una falta de confianza del estudio para darle un empujón significativo la condenaron al olvido.

50/50
Expectativas: La historia de esta película es la de Will Reiser, un joven guionista que superó un cáncer que tenía muchas probabilidades de haberlo matado. Reiser volcó sus experiencias en un guion a medio camino entre el drama y la comedia y de ahí, con un director indie con algunas credenciales interesantes, un protagonista que se ha convertido en un símbolo del cine independiente y un cómico que afrontaba por primera vez un papel dramático, surgió una cinta que podía dar mucho que hablar durante el año.
Realidad: Pese a que el filme fue un moderado éxito de taquilla a su nivel y a que la crítica la alabó hasta niveles inesperados, destacando la perfecta mezcla entre el humor y la tragedia, la cinta solo consiguió ser destacada durante la temporada de premios por su guion, quedando enmudecida en cualquier otro aspecto. Lo que los críticos dan, muchas veces también lo quitan. Es posible que su tono de comedia fuese lo que la perjudicase a la hora de que la tomasen más en serio, tanto en la prensa como en la Academia. Al final, su visibilidad se redujo casi a cero, y quizá incluso su tono cómico sobre un tema muy serio pudo enfadar a alguno de los que la vieron.

Menciones especiales: Margaret, Like Crazy, Higher Ground, Submarine, Pariah, El Irlandés, Everything Must Go, Convención en Cedar Rapids, Putty Hill.







LOS OLVIDADOS


Esta categoría la podríamos calificar de cajón de sastre para incluir todas aquellas cintas que no encajan bien en los anteriores apartados, pero que sin embargo en un mundo paralelo podrían estar nominadas. Son cintas con buenas críticas y/o nombres destacados delante y detrás de las cámaras que, sin embargo, se han quedado en nada. Estrenos tempraneros, escaso apoyo de los estudios, críticas uniformemente positivas pero no pasionales, fracasos de taquilla… Otro año cualquiera, con otra confluencia de factores, la misma película podría haber estado nominada. Pero no este, en donde solo recibieron silencio.

JANE EYRE
Expectativas: Las películas de época y las adaptaciones de grandes clásicos literarios son dos cosas que siempre han sido favoritas de la Academia, hasta el punto de que es raro el año en el que no hay al menos una de las dos cosas nominadas. Que un director indie se pasase al cine victoriano con una nueva versión de la novela más conocida de Charlotte Brontë con un reparto de lujo daba que pensar que esta sería una renovada forma de encarar el cine de época que no se iría sin un buen puñado de nominaciones.
Realidad: Cumplió con lo que se esperaba de ella en cuanto a calidad, con críticas excelentes y una taquilla bastante buena para tratarse de un estreno en plataforma (primero se lanza en unas pocas salas limitadas y luego se va expandiendo el número de cines y ciudades mientras la cinta sigue mostrando signos de que le queda fuelle en las velas). El problema es que se estrenó en marzo. Es encomiable que Focus Features se atreviese a lanzarla en un periodo muerto del calendario para que hubiese cine de calidad hasta en invierno, pero eso la mató por completo de cara al Oscar. En primer lugar, las mentes de los académicos son seniles y apenas recuerdan nada que se estrenase en verano (aunque normalmente tampoco hay mucho que recordar, así que tienen excusa). En segundo lugar, al estrenarla en plena resaca de Oscar, la crítica apenas habló de ella como posible candidata de cara a los del siguiente año: la gente estaba ya harta del tema y aparte quedaba demasiado lejos para pensar en ello tan pronto. Como resultado, en verano ya era agua pasada. Y el estudio no le dio ningún empujón promocional significativo en otoño, que necesitaba como el comer para volver a figurar en la conversación y aprovechar el hecho de que mucha gente ya la habría visto, más de los que seguramente verían todas las que se estrenaban en manada en los últimos dos meses. Lo más grave del caso es que si la película se hubiese estrenado en noviembre no solo habría optado al Oscar (quizá no a mejor película, pero sí a unos cuantos más), sino que posiblemente habría multiplicado por dos o por tres su taquilla como antecedente y consecuencia de ello. Por un lado, habría recibido una cobertura mediática más intensa y adjetivada; por otro, habría despertado más curiosidad en el espectador. Como curiosidad hay que decir que de las 33 versiones de la historia que se han rodado hasta el momento (incluyendo miniseries, telefilmes y cortos), la nominación al Oscar a mejor vestuario de esta es la primera que reciben.



UN MÉTODO PELIGROSO
Expectativas: David Cronenberg se ha convertido en los últimos años en un autor mucho más respetado globalmente de lo que era en sus momentos más cárnicos y frikis. Ahora hace películas que incluso pueden atraer a la Academia, cosa impensable en 1986. Por eso, que se atreviese con la historia del psicoanálisis a partir de un material escrito por el oscarizado Christopher Hampton no sonaba perverso, sino virtuoso. Con un reparto con dos nominados al Oscar y un futuro ganador (tiempo al tiempo), la cosa parecía que no podía fallar. Billete al exTeatro Kodak asegurado, para saldar una cuenta histórica con el canadiense.
Realidad: El problema de la película es que cuando se mostró en el Festival de Venecia fue acogida con frialdad por la crítica. Parecía un escaparate ideal, pero no cuajó. Tras ese jarro de agua fría, Sony Classics se acobardó y apenas luchó por ella. La estrenó en el momento más saturado de estrenos de Oscar (finales de noviembre) y apenas la expandió, pese a que las críticas fueron mucho más positivas de lo que inicialmente apuntada la Mostra. De hecho, si hubiese tenido un lanzamiento a escala nacional, posiblemente habría conseguido al menos 20 millones de dólares y la suficiente exposición para que alguno de sus actores resultase nominado (o se quedase a las puertas, cosa que ni siquiera pasó). No solo eso, sino que a la hora de perseguir el voto de los académicos, el estudio apenas gastó dinero en su promoción y difusión. Como resultado, a día de hoy tres cuartas partes de los votantes seguramente no saben ni que la película existe.

WARRIOR
Expectativas: Las artes marciales mixtas no son lo que se dice un material clásico de Oscar. Nadie esperaría, por ejemplo, que a una peli de Van Damme le diesen una estatuilla, así que no había motivo para pensar que esta iba a ser distinta. Excepto por su director, Gavin O'Connor, que no suele hacer películas de acción banales, y por su reparto, compuesto por una vieja gloria aún sin Oscar y por dos actores en alza con personalidad y talento arrollador que están llamados a ser grandes estrellas. Estaba claro que no iba a ser otra película de artes marciales más.
Realidad: Como ya se intuía, el filme resultó ser un peliculón, con los críticos alabándola de forma casi unánime y los pases para el público arrojando datos muy positivos. El Rocky de las artes marciales, vamos. Además, Lionsgate apostó por ella con cierta fuerza, estrenándola de forma no saturada, pero sí bastante amplia y potente para ser un drama deportivo sin grandes nombres. El resultado, sin embargo, fue uno de los fracasos del año. No se sabe exactamente el motivo. Unos apuntan a la fecha de estreno (septiembre, uno de los peores meses para la taquilla). Otros a que ese estilo de lucha es un gueto que solo le interesa a un círculo muy limitado y nada al resto de la población, que incluso lo rechazan activamente. Y precisamente, los fans de este deporte no son los que desean ver un drama sobre padres e hijos. El estudio, sencillamente, no supo vencer esos prejuicios en su promoción, y el filme se hundió en el olvido antes siquiera de que llegasen los peces gordos.

UN DIOS SALVAJE
Expectativas: Cualquier película rodada por Roman Polanski está en el radar del buen cinéfilo como cita señalada. Además, después de quedarse a medio gas (solo para la Academia, porque el resto se inclinó ante él) con El Escritor, adaptar una obra teatral ganadora de varios premios Tony con un reparto que acumulaba cuatro Oscars de doce nominaciones parecía una receta segura para llegar al exTeatro Kodak. Puede que el material fuese muy ‘teatral’, en el sentido de ser un único escenario, pero la fuerza de sus diálogos tenía que ser suficiente para que los académicos se volviesen locos con el guion y el reparto.
Realidad: Lo comparte prácticamente todo con la cinta de Cronenberg. El mismo estudio, el mismo estreno en Venecia acogido con críticas mediocres, el mismo estreno limitado y tardío (mitad de diciembre, de hecho), la misma escasa promoción y automático olvido en cuanto llegó a las salas, la misma taquilla insignificante, las mismas críticas estadounidenses bastante más entusiastas de lo que anunciaba el certamen italiano… No es que hubiese excesiva pasión alrededor del filme, pero con un poco de empuje y un plan de estreno más inteligente, podría haber sido una competidora potente como mínimo en las categorías actorales. Cosas más raras se han visto, como que una película muda gane el Oscar.

Menciones especiales: Contagio, Coriolano, Agua Para Elefantes, En Tierra de Sangre y Miel, The Company Men, La Deuda, La Conspiración, Rampart, The Whistleblower.

 

Fuente: CINeol | Visitada: 4126 veces


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Comentarios (9)

16:06 - 26/02/2012

Dorengord

Buenas

Excelente artículo. Mehagustado, en especial, las partes en las que dices cosas como bodrios infumables que nadie sabe cómo se han podido hacer o lo de que la ciencia aún está estudiando a Tom Hanks y Julia Roberts para intentar comprender por qué razón participaron en semejante proyecto :)
Y también muy bueno el "homenaje" a Peter Griffin con el zas en toda la boca del año.

Salu2

16:37 - 26/02/2012

Graham Hess

- Genial. Como cada año, este es mi artículo preferido de todos los (excelentes) artículos del especial de los Oscar.



[oki] [qmparto] [oki]

19:03 - 26/02/2012

Rocha

Coincido, este articulo siempre se sale. Felicidades y gracias! [oki]

20:33 - 26/02/2012

Zell

Graham Hess escribió:- Genial. Como cada año, este es mi artículo preferido de todos los (excelentes) artículos del especial de los Oscar.

[oki] [qmparto] [oki]
Creo que todos los años posteo en este artículo para decir lo mismo. +1.

23:39 - 26/02/2012

Corleone12

Igual que yo [qmparto] Pero es que es verdad [beer]

10:26 - 27/02/2012

tylerdurden99

Pues lo dicho por todos, genial artículo, sobre todo para añadir películas a la lista de pendientes [cinecito]

09:33 - 28/02/2012

p4dr1n0

Respecto al artículo, magnífico. (ése "excepto si eres Stephen Daldry" me ha sacado una carcajada), y respecto a las conclusiones... dolorosamente, tengo que decir que este ha sido de los años que más películas he visto de las mentadas (así como de las de los Oscar), no todas pero casi, y de los años que menos me ha entusiasmado ninguna. Para mi gusto, un año definitivamente flojísimo. La tradición para mí era que la Academia pasaba olímpicamente de darles nada a lo que para mí eran un par o tres de películas maravillosas... Este año, sin embargo, creo que maravillas maravillas no ha habido ninguna, premiada por la Academia o no.

Esperemos que este año se invierta la tendencia y veamos una hornada de películas inolvidables, de momento entre los estrenos anticipados, las más comerciales, caben esperanzas en Prometheus, TDKR, Brave, Skyfall... esperemos que sean el lado "populista" de un año mucho mejor.

22:16 - 29/02/2012

Graham Hess

p4dr1n0 escribió:... Este año, sin embargo, creo que maravillas maravillas no ha habido ninguna, premiada por la Academia o no.


http://www.youtube.com/watch?v=CWX34ShfcsE XD


[oki] [qmparto] [oki]

10:23 - 01/03/2012

p4dr1n0

Graham Hess escribió:
p4dr1n0 escribió:... Este año, sin embargo, creo que maravillas maravillas no ha habido ninguna, premiada por la Academia o no.


http://www.youtube.com/watch?v=CWX34ShfcsE XD


[oki] [qmparto] [oki]


Me gusto mucho, pero coincidirás conmigo en que no es ninguna "maravilla maravilla". Por lo menos, yo no la veo como tal.


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