Riders to the Stars

[Staff CINeol]

Ficha


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[Damned Martian]

No todo en la serie B son aventuras donde lo realista se tira por la ventana o cintas de terror con monstruitos cutres. También hay otro subgénero de la scifi B mucho más satisfactorio, que es el que plantea interrogantes científicos, les intenta dar una respuesta más o menos realista (dentro de las limitaciones de las teorías de la época) y construye una historia sobria y seria, metódica y procedimental, que les permita desplegar multitud de matices psicológicos y humanos que ayuden a dar una base reconocible e identificable a la exploración scifi.

Puede ser el viaje espacial (Con destino a la Luna), una infección biológica extraterrestre (Spacemaster X-7), una nueva forma de magnetismo sentiente (The Magnetic Monster) o, como es el caso aquí, el intento por entender el espacio exterior y la forma de protegernos de sus peligros inexplorados. Es encomiable el cuidado de Ivan Tors por no apresurar la trama, por ir explorando paso a paso cada nueva evolución de la historia pero sin que ésta se detenga. Podría haber pasado directamente a la acción con el intento de coger un meteorito, haciendo que esa fuese la pieza central de su trama con mil recovecos inventados sobre la marcha, pero en lugar de eso se lo reserva para el clímax final y ocupa el resto de la película en permitirnos conocer a los hombres que emprenderán la misión... y a los que no. La sucesiva eliminación de candidatos le permite explorar las cualidades necesarias para llevar a cabo una misión, el entrenamiento nos ayuda a conocer las características del viaje y sus dificultades, y los momentos de reflexión de los personajes les hacen cercanos, reconocibles.

Todo ello contribuye a un crescendo para el clímax del viaje, que se hace más intenso y espectacular gracias a esta dosificación, a esta anticipación, y que se desarrolla de formas bastante sorprendentes desde el punto de vista psicológico, ya que no es nada común ver a los personajes principales de un film de tipos duros reaccionar de formas tan variadas y humanas. Cierto es que los FX son muy pero que muy limitados, pero no entorpecen el disfrute de una de las películas scifi más interesantes, inteligentes e infravaloradas de los 50.

8/10