Escapa totalmente de mi comprensión como ser humano que alguien pueda calificar a esta película de "floja", "sosa" o "vulgar". Para mí, el que mejor la define es Sergitron:
esta película es "El Imperio Contraataca" de la saga
Así, tal cual. Ojalá todo el cine comercial llegado de Hollywood tuviese tanta inteligencia, humanidad y criterio como esta película. El guion es magnífico, no solo por la facilidad con la que define su docena larga de personajes y sus relaciones entre ellos, engarzándolas con la trama y el mensaje con fluidez y equilibrio, sino por su profundidad temática. Xixar decía:
¿A quién apoyo? Porque en una escena estoy con los humanos, pero en la siguiente las tornas se cambian para volver a cambiar en la siguiente.
Y no se da cuenta de que precisamente eso es lo que hace grande, enorme a este trabajo. Porque pese a lo que afirme de que solo hay personajes extremos, sus reacciones están perfectamente motivadas y fundamentadas tanto por un lado como por otro, se establecen claros paralelismos entre humanos y simios, tanto para lo bueno como para lo malo, e incluso entre ambas posturas, que permiten que el debate sociopolítico planteado esté lleno de matices y de complejidad. Efectivamente, no se puede uno situar claramente a favor de un bando porque todos tienen su parte de razón y su parte de locura/error, pero es que esa falibilidad es precisamente lo que les hace más humanos y honestos: el filme se niega a delimitar claramente la línea de buenos y malos, a estereotipar así a sus personajes, porque confía en la inteligencia del espectador para debatir internamente qué opción considera más acertada. Está claro que el filme apuesta por la paz y el entendimiento, pero también expone los motivos por los que es en muchos sentidos una utopía inalcanzable en tanto que no tiene en cuenta las motivaciones y prejuicios radicalmente distintos de cada individuo involucrado en la situación, que no los hacen buenos ni malos, sino acertados o equivocados. Y a veces, ambas cosas al mismo tiempo. Y por eso su mensaje es si cabe más efectivo: porque reconoce la dificultad de sus aspiraciones y admite el pesimismo respecto al futuro.
Además de eso, también hay que tener en cuenta la metáfora mesiánica que establece con César, que en esta película se convierte definitivamente en un símbolo cuasireligioso para los simios. En este sentido, la trama de la saga no solo avanza en cuanto a plantear el mundo postapocalíptico, la creación de una sociedad simia, la descomposición y decadencia de la sociedad humana, y la motivación detrás del exterminio final y la esclavitud, sino que establece una figura ideológica sobre la que se van a sustentar todos los futuros avances en la trama, esté presente César o no, lo que le da mayor libertad argumental para realizar elipsis temporales.
Y luego encima, es que la puesta en escena de Matt Reeves es soberbia, con un pulso narrativo férreo y un gran sentido del espectáculo inteligente, pero sin perder la vista nunca del componente humano y de la especial sensibilidad que hay que tener para que sean los personajes los que te atrapen, no las escenas de acción (de las que en realidad apenas hay en toda la peli). Tanto el guion como la dirección son muchísimo mejores que la primera parte, que era algo más irregular pero prometedora. Aquella era la semilla, esta es la planta. Esperemos que la tercera, el fruto, sea tan sabroso como debería. Desde luego, si continúan poniendo la construcción de la historia como cimiento de la saga, todo irá bien.
Lo que sí puedo decir que no me ha gustado es una parte del final, que me parece que choca demasiado con el resto del filme y por tanto me da en la nariz que se debe a injerencias del estudio:
la pelea final entre César y Koba (¡qué grandísimo personaje!) en la cima de la torre, desarrollada en uno de esos escenarios superCGI y planteada como un más difícil todavía de cosas que caen y se estrellan y han pum pam clash y brooom. Es un momento muy excesivo e irreal que parece más propio de una película de Bay o Emmerich que de un thriller que hasta el momento ha sabido mantener los pies en la tierra. Parece que la gente de la Fox pensó que no tenían suficiente acción y que la pelea final debería ser más climática, y les obligaron a hacer una con más parafernalia. Porque en Hollywood, lo que cuenta no es el pulso ni el significado, sino la cantidad de cosas que explotan.
8/10 con opción a subir.
PD: en la ficha de la anterior peli comentaba que los FX de los simios tenían una expresividad brutal, pero fallaban en las texturas. En esta no puedo quejarme de nada. Todo perfecto, todo increíble, todo de Oscar.