Me ha gustado más de lo que pensaba, y de hecho no logro entender las críticas tan negativas que se ha llevado en USA. El filme es inteligente e interesante, se nota el cuidado con el que está escrito, y toda la parte de Jeremy Irons es muy buena. Las reflexiones que hace sobre el arte, el amor, la catarsis del escritor, la apropiación de una historia ajena, están bien construidas y, aunque a veces son lugares comunes, otras veces salen por direcciones inesperadas y enriquecedoras. Hay una escena en particular que me ha encantado:
cuando Zoe Saldana lee el libro y le dice a Bradley Cooper que tiene que publicarlo, que sabía que lo tenía dentro de sí, que ha visto cosas en esa obra que nunca le ha mostrado, etc. Y Cooper está ahí completamente destrozado al darse cuenta de que él es una mierda y de que su mujer solo está enamorada de la idea de lo que podría ser, no de lo que es ni de lo que puede alcanzar.
Eso sí, la parte de Dennis Quaid y Olivia Wilde me parece que sobra bastante, porque aunque quiere añadir un nivel de complejidad a la trama, lo que hace en realidad es convertirla en excesivamente contada en lugar de narrada, y luego no llega a ninguna parte particularmente memorable. El final es un poco vacuo en ese sentido: acaba como a la chita callando, sin nada que aporte mucho a lo ya visto. Lo cual hace que la historia central de Jeremy Irons cobre más fuerza en el conjunto, pero a fuerza de menospreciar el resto, no de encontrar algo que la eleve incluso otro peldaño.
7/10