Johnny Mad Dog

[Staff CINeol]

Ficha


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[katxan]

Película durísima en torno a los niños de la guerra africanos.

El film es una mirada a esta cruel realidad del continente vecino, de hecho, apenas aparecen media docena de adultos durante todo el metraje. No es una mirada condescendiente, amable o comprensiva. La película casi carece de argumento, solo nos muestra a un grupo de niños soldados a los que encomiendan la misión de derrocar al gobierno. Esta banda, una extraña mezcolanza de férrea disciplina, veteranía en el combate y total anarquía se dedica a vagabundear por la ciudad asesinando a todo aquel que les apetece, violando y saqueando.
Los niños muestran una crueldad de la que muchos adultos no serían capaces.

Supongo que lo fácil en este tema habría sido realizar un lacrimógeno dramón con el mensaje "qué pobrecitos niños, cómo les ha maltratado la vida y qué salvajadas se ven obligados a cometer". Sí, habría sido lo fácil. Y nada más lejos de lo que nos ofrece esta cinta. En todo momento los niños nos son mostrados como salvajes insensibles, seres que harían las delicias de cualquier sádico consumado. En ninguna de sus acciones vemos arrepentimiento, dolor o sentimentalismo. Antes al contrario, parece que disfrutan con el poder que les otorgan sus AK-47, son insensibles absolutamente al sufrimiento ajeno y no dudan en administrarlo en dosis masivas, como queda documentado en numerosos pasajes del film, como cuando uno de ellos le pide su hijo a una mujer porque, como le repite una y otra vez, "me voy a comer a tu bebé, puta dogo".

Entonces, ¿qué es lo que hace que el espectador empatice con estas bestias? ¿Por qué a pesar de ello no podemos odiarlos, no sentimos que deberían pagar con los sufrimientos más atroces que pudieran imaginarse? Pues no lo sé exactamente, pero creo que aquí radica la principal virtud de la película.
El que sin aspavientos, sin falsedades, sin una sola concesión a la sensiblería y a la cursilería, consigue que, por muy salvajes que sean estos niños soldados, el espectador los vea casi tan víctimas de la guerra y las circunstancias como el reguero de muertes, violaciones y saqueos que van dejando tras de sí.
Esto lo consigue el director dejando caer pequeñas pinceladas entre tanta sangre de que aún queda un pequeño rastro de humanidad en esos niños. Son hechos pequeños, casi insignificantes, pero que sumados y sabiamente dosificados a lo largo del metraje dejan en el espectador esa sensación: detrás de esos niños que juegan a la guerra con armas de verdad hay niños que sí sienten y a los que la guerra y las atrocidades están marcando con su cruel huella para siempre.

Por otro lado, otro acierto de la película es la sensación que deja de que esos niños no se toman lo que ocurre como si fuera real, sino que realmente están tomando el rol en un juego. Parece que no alcancen a comprender que la gente que matan se quedará muerta, que no es un juego en el que al finalizar todo el mundo se levanta, se ríe y se van a merendar juntos. Esto queda muy bien reflejado en los variopintos y pintorescos "uniformes" de los niños, niños que no van vestidos de soldados, sino que van disfrados de... algo.

En cuanto a los actores, están todos realmente magníficos, te crees totalmente a estos niños-soldado, ni por asomo dan ganas de reírse de esas figuras grotescas con uniformes, cascos y armas enormes sostenidos por cuerpos diminutos. Son peligrosos, lo saben, lo viven, lo desprenden y basta un vistazo a ese niño vestido con un traje de novia para que no parezca un espantajo ridículo, sino la mismísima imagen de la muerte más despiadada.
No sé de dónde salen todos estos actores, ni si en su vida real han llegado a tener contacto o experiencias con la guerra, pero ya quisiera mucho pedante actorzuelo del Actor's Studio con sueldazos de miedo interpretar la mitad de bien que esta gente. Me los creo totalmente.
Eso sí, aviso que el doblaje de algunos personajes es bastante penoso, aunque por suerte los diálogos son muy escasos en la película y se limitan casi solo a un par de frases (¿Quieres morir, eh, quieres morir? y poco más). No le hace falta, las imágenes son más que suficientes para explicar todo lo que hay que saber y aún sobra.

En fin, la recomiendo, en algunos momentos me recordó a Los gritos del silencio (esa población huyendo como pollos sin cabeza, sin rumbo ni dirección porque no hay lugar seguro al que ir para escapar de la muerte indiscriminada que suponen los fusiles de los niños), en otros hay pinceladas que me retrotrajeron a Ciudad de Dios (al parecer el binomio niños+armas siempre produce el mismo efecto).

Le casco un 7 y tan feliz.
Ahora que Hollywood solo produce mierdón tras mierdón me alegra ver que incluso en los países más remotos y con menos medios pueden surgir películas que merecen la pena.