Allá por los años 40, Hollywood hizo un montón de películas de propaganda bélica. Esta se puede enmarcar dentro de ese subgénero, entrelazando ciertos patrones del género de aventuras, thriller y drama. Aquí se potencia la figura del agente secreto. Huston centró la psicología de su personaje de igual manera que lo hizo en su anterior "El halcón maltés": un individuo en aparencia ambiguo y cínico. Y quien mejor que Bogart. La sombra del halcón era alargada y a la peli se unen también Mary Astor y Sydney Greenstreet, dos personajes inquietantes y que encajan físicamente en la turbiedad del film.
A pesar de ser un excelente equipo técnico, la trama está llena de incoherencias argumentales y situaciones forzadas, contando unos japoneses de tebeo. El argumento no "llega" en ningún momento. No queda claro como es Bogart, ni como es Astor y Greenstreet no ofrece credibilidad en su personaje. Y ya para colmo, ese final
un Bogart que se desata sorprendentemente de sus ataduras, consigue un arma y se zafa de sus enemigos con una ametralladora que casualmente apunta a sus enemigos
Es una película fallida. Esa pretendida densidad "noir" no encaja en ese contexto bélico y la elaboración de los personajes deja mucho que desear. En fin, que no todo lo de Bogart y Huston iba a ser bueno.