El principal problema de esta película es la subtrama de los jóvenes árabes. Durante toda la peli uno se está preguntando qué leches pinta ahí esa subtrama sin relación alguna con el caso en cuestión. Y cuando por fin llega la respuesta, es la que uno se lleva imaginando desde que aparecieron esos personajes. Pero OH GIRO SORPRESA DE GUIÓN! Un giro tramposo que no aporta nada. De hecho convierte a la trama en aún más inútil e innecesaria. ¿Qué aporta a la historia? Nada. ¿Y a los personajes? Nada tampoco. ¿Acaso aporta algo al mensaje? Ni un ápice. Vamos, que lo único que hace es llenar minutos, desviar la atención de lo importante y romper el ritmo. Si por lo menos lo que cuenta no estuviese lleno de tópicos, o si el giro tuviese algún sentido narrativamente hablando (y no recordase al de Saw 2), se podría disculpar. Pero no.
Aparte de eso, el film está bastante bien. No es una obra maestra ni de lejos, pero es una obra interesante sobre un tema peliagudo. Los actores están sólidos, aunque la mayoría de personajes sean bastante funcionales, y hay unas cuantas escenas verdaderamente brillantes - las que tocan los temas en cuestión desde varias perspectivas, más concretamente aquellas en las que intervienen Meryl Streep, Alan Arkin o Peter Sarsgaard. El resto del film no se salva de cosillas maniqueas puntuales (oh casualidad, los torturadores son árabes y el único yanki es un observador con cargo de conciencia...) y de alguna cosilla con tufo de telefilm (lo concerniente a Reese Witherspoon), pero se mantiene a cierto nivel. Una pena que el film no ahonde lo suficiente en el tema de las torturas como para salvar esos defectos, y se quede meramente en correcto.
Bueno, siempre nos quedará
Taxi al Lado Oscuro.
6/10