Es tremenda. Te revuelve algo por dentro y cuando acaba te sientes muy incómodo. Cuando la puse pensaba que iba a ver un western, pero eso solo es la excusa, el escenario, porque en verdad la película no va de eso. Yo me quedo con el reflejo de la estupidez de la masa, con la atormentada conciencia de uno mismo que surge cuando ya estamos solos, la descripción de la violencia y el comportamiento hacia ella, y concreto con el comportamiento de algunos hombres.
El cabecilla del linchamiento, quien añora poseer el poder y el destino de la vida de un hombre que le fue arrebatado al finalizar la guerra. O ese hombre perdido que en el fondo sabe que eso no es hacer justicia pero tiene miedo de enfrentarse a los demás y a sí mismo. Ese pobre chaval al que su sensibilidad no le deja ni mirar lo que hacen a no ser que le obligue el miedo hacía su autoritario padre. El amigo ciego de ira que no quiere saber qué ni cómo han pasado las cosas, solo quiere venganza...
Y así unos cuantos más, porque a pesar de la escasa duración de la película, describe la personalidad de cada personaje perfectamente, y eso que algunos son muy distintos. Es un reparto coral muy bien elaborado, con unos personajes que sobresalen en su momento justo, y unas actuaciones fantásticas.
Pero es que además tiene un ritmo perfecto, todo está condensado en poco más de 70 minutos ofreciendo un ejemplo de que solo hay que utilizar los minutos necesarios para contar las cosas, ni más ni menos. Tiene unas escenas fabulosas, como
ese momento en el que se ponen todos a comer alegremente con las sogas colgando detrás de ellos, sin que sus conciencias se lo impida. O esos 7 hombres erguidos y de mirada serena, frente al popuchalo con expresiones de odio y regocijo por lo que van a hacer. Porque es el odio quien guia a todas esas personas, sin importarles a quienes van a ajusticiar, a un asesino que se lo merece, a un viejo que no sabe lo que está pasando, o a un padre de familia inocente.
En el fondo eso no importa. porque el odio y la violencia está tan arraigado en ellos que solo quieren exteriorizarlo, no importa cómo.