por Villano » 21 Mar 2008 23:57
Teniendo entre manos estos ingredientes, potencialmente interesantes aunque ya muy manidos (crisis matrimonial, infidelidad, dualidad de sentimientos, etc...), la forma de cocirnalos era necesario que fuese original para que quedara una película con un mínimo de interés, o más que eso, era indispensable, que la dirección de la película aportara consistencia a una historia que a mucha gente le sonará a déja-vu, más aún dentro del universo de Bergman. Y, por desgracia, Liv Ullman es una actriz extraordinaria pero como directora es casi lo contrario, un desastre. Porque vamos a ver, que ponga a Lena Endre a monologear sobre los hechos a los que hace referencia a modo de introducción es algo habitual y razonable, lo que no me parece tan bien es que la narración continue y te esté explicando durante toda la película justo lo que estás viendo, como si fueras gilipollas o ciego. Me parecía mal en 300 y aquí no va a ser menos.
Al coger el guión de Ingmar Bergman, Ullman ha heredado sus pecados, pero no sus cualidades. Es decir, que aquí los personajes perorean sobre sus sentimientos sin parar, con un lenguaje tan académico que queda falso y encima solo sueltan vacuidades sin interés. Si la cosa fuese un momento pues aún, pero se toman tantos minutos con las divagaciones, que frena el ritmo de los acontecimientos hasta matar la película y convertirla en la viva ilustración del sopor. Liv Ullman se recrea demasiado en esos tiempos muertos y no ofrece nada a cambio, enarbolando un discurso demasiado parecido a los de su ex amante sin que se note ninguna aportación especial por su parte. Y el tema ni siquiera me parece que esté bien diseccionado o esté tocado con sensibilidad, hay ratos en los que se pone bastante zafia y escenifica momentos de interés nulo (como un gatillazo que tiene David cuando se la está traginando). Ullman consigue crear algunas imágenes bonitas, pero son escasas y se reparten en medio de una narración que no sabe atrapar la atención del pobre diablo que la mira y lo castiga con esa ristra de eternos mónologos en sueco, que suenan como una viuda plañidera durante más de dos horas. Y esa es otra. El hecho que esta película se tome dos horas y media para explicar esta historieta atenta contra el artículo 5 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, pues es una tortura. Y además sádica.
Y no podría dejar de mencionar la actuación de su vedette principal, Lena Endre, la reina de las risitas estúpidas y forzadas soltadas a destiempo en momentos absurdos, casi con cualquier excusa, consiguiendo que su personaje parezca más imbécil de lo que ya es. Los actores son todos patéticos, pero ella y su manierismo melodrámatico se lleva la palma. Con que gusto la ponía debajo de una apisonadora.
En fin, que a esta película le doy un cate total y como quisiera seguir admirando a Liv Ullman, preferiría no acercarme a ninguna otra película diriga por ella.