por El Pinguino » 01 Mar 2009 15:52
En películas así la forma pasa a ser algo secundario, pues el contenido es tan demoledor que todo lo demás deja de importar.
Es una película que duele, pero que hay que ver. Todos hemos leído historias escalofriantes de chicas del este explotadas sexualmente, pero poner cara y alma a una en concreto resulta mucho más efectivo. Es el progresivamente devastado rostro de Lilja el que domina el film, filmado por Moodysson con frialdad y distancia, sin caer en la truculencia, y con un profundo respeto hacia ella, que nunca se rinde, nunca pierde su dignidad, a pesar del calvario por el que pasa. La única cosa que tenía ganas de hacer mientras veía la película era atravesar la pantalla y darle un abrazo, decirle que no está sola.
Por otro lado, Moodyson no se olvida de apuntar las causas de esta situación: el fracaso del comunismo, que dejó una tierra llena de personas huérfanas y desamparadas, y la permisividad de los ricos países occidentales, en los que, en cierta manera, el capitalismo salvaje justifica algo tan repugnante como la trata de blancas: lo que el mercado demanda ha de ser ofertado, salga de dónde salga, para que los ricos puedan sentirse patéticamente superiores. Qué asco, de veras.
Una de esas pelis necesarias que no se olvidan nunca.