Estupenda película, que hace añorar al mejor western sin por ello dejar de resultar actual.Tanto las escenas de acción como las más intimistas están muy trabajadas, pero mentiría si dijera que no esperaba mayor hincapié en el espectáculo, quizá algo menos intenso de lo que me habría gustado.
Los protagonistas están francamente bien; Bale, mucho mejor que en The Dark Knight (hala, ya podéis preparar la cruz!) y Russell Crowe imprimiendo toneladas de carisma y talento en su personaje, sin duda lo mejor del film. Bonita manera de aparecer en escena, homenaje a Gladiator incluido, con ese pájaro echando el vuelo ante la mirada de Crowe. Lo que no me ha gustado...
es la forma algo chusca en que Ben Wade resulta capturado. Demasiado forzada y poco creíble para un criminal de su recorrido.
El final, no obstante, me ha parecido BRUTAL. Aunque no se trate de un desenlace para todos los gustos:
Desde que acontece la tragedia, la muerte de Evans, los acontecimientos se suceden uno detrás de otro con diabólica precisión. Ben Wade ordena que no le maten demasiado tarde; Charlie Prince le dispara, cabreado por la interminable persecución; se da la vuelta y comprende que Wade se ha ablandado, quiere ser el nuevo jefe; Wade lo mata justo cuando Prince comprende esto último (es importante saber que Wade no lo tenía planeado de antemano); el hijo de Evans apunta a Wade, pero comprende que si le dispara, la muerte, el ejemplo de su padre, habrán sido en vano; Wade se sube al tren.
Wade duda, duda tal vez sólo un minuto, acojonado por la lección moral que le acaban de dar estos dos tipos, rancheros muertos de hambre. Al final llama a su caballo, porque si no habría sido un desenlace cursi y relamido, además de incongruente con su personalidad. O tal vez no duda en ningún momento y sólo piensa: "Bueno chaval, ya has tenido la satisfacción de verme subir al tren. Hasta otra"
Todo ello aderezado por un genial, acompasado, latido de la locomotora. En serio, final muy grande.