Tenía cierta expectación a la hora de ver esta peli, producida más por sus nominaciones a los Oscar. Y una vez vista, se queda en simplemente correcta, ni más ni menos. El argumento es similar en varios aspectos a "El jardinero fiel", aunque también se encuentran ciertos elementos coincidentes con "Hotel Rwanda". Es un tipo de cine de denuncia social, ya que nos cuenta la situación de Africa, con sus guerras civiles producidas por culpa de los diamantes, oro o petróleo. En concreto se centra en la disputa de los "Diamantes Conflictivos" y el mercado negro que se esconde detrás de todo ello.
Una cualidad que contiene la película es mostrarnos sin paliativos la locura salvaje de los rebeldes, con esas matanzas en los poblados, mutilaciones, fusilamientos, etc. Claro que ese es un horror que se puede ver casi todos los días en los telediarios, pero por una extraña razón, cuando lo vemos en una película nos impacta más. En ese apartado, la película es acertada.
Pero para mostrarnos todo esto, hay que crear un fondo dramático de varios personajes. Leonardo Di Caprio interpreta a un mercenario obsesionado por encontrar un diamante. Su obsesión le hace tremendamente egoísta. Di Caprio interpreta a un personaje alejado de sus anteriores actuaciones, con un carácter más duro y decidido. Diría que su interpretación es sorpresiva, pero se adapta perfectamente al desarrollo de la película (atentos a su voz en versión original, ya que le da otro acento distinto). Jennifer Connelly es una intrépida periodista que quiere destapar todo ese mercado negro de los diamantes. Jennifer es una buena actriz y cumple con solvencia, pero ya está. Quien tiene una mejor interpretación es Djimon Hounsou, que seguramente por ser africano, se le ve más implicado en la película. Aunque también hay que indicar que su papel es el más sufrido de todos, ya que solo quiere encontrar a su hijo, reclutado por las guerrillas como niño-soldado.
Edward Zwick ejerce una dirección sin aspavientos, pero no se si será culpa de él o el guión, ya que la película carece de cierta fuerza para sentirnos atraídos por lo que narra (por lo menos en mi caso). Sus más de dos horas no se hacen pesadas, pero se podría haber resuelto la película en menos. La sensación que deja es de ser una película pues simplemente correcta, con tres buenos actores y una buena factura técnica (lo mínimo exigible en una película de ahora), pero que ha sido algo elevada por sus nominaciones a los Oscar. Eso no quita para que sea una buena opción para ver en los cines actualmente.