por Villano » 16 Sep 2007 21:45
Compruebo que con los segundos revisionados, las grandes películas de Fellini me entran mejor y dejan de ser películas confusas pero con buena factura técnica para pasar a ser películas que me gustan. La primera vez no entendía a cuento de qué venían esas escenas tan extrañas en la sauna, la escena de los niños que se van a dormir o la del harén, cuando en realidad es cuestión de fijarse y ver que en la escena que le precede hay claros indicios y que están son un escapismo que sucede en la mente de Guido para evadirse de una realidad tediosa y anodina, que le tiene sumido en ese hastío vital. Me quedé impresionado por algunas de sus imágenes, sobretodo la del balneario, con la luz del sol bañándolo todo y la gente campando por ahí tranquilamente, pero no conseguí quedarme con la copla, la verdad. Cuestión entonces de verla con la mente un poco abierta y despierta para poder sumergirse en ella.
Ahora sí que me doy cuenta de que es una película sobre el bloqueo creativo de un director de cine y como la película va de mostrarnos las causas: una escasa inspiración por parte de Guido que encima se ve saboteada por un escritor petulante nada constructivo, su crisis matrimonial, la falta de control sobre la situación, teniendo a montones de personajes esperpénticos diciéndole lo que ha de hacer, atosiguándole a todas horas pero sin encontrar el amparo espiritual cuando lo requiere para poder hallar la serenidad necesaria, ya sea cuando recurre al cardenal o a su mujer, a la que sus aventuras extramatrimoniales le provocan una silenciosa ira. A pesar que es una película semi autobiográfica (si Mastroianni es una especie de Fellini, Luisa claramente es un alter ego de Giulietta Masina) y un ejercicio de meta-cine una de las cosas que más cachondas de esta película es encontrarse en plena película claras autocríticas y autoparodias, que mayormente por boca del escritor escuchamos las críticas que los detractores de la película utilizan en su contra, pues entre otras cosas le reprocha lo gratuito y nostálgico de sus escenas oníricas y la estructura del fim, etc.... Un tipo que es capaz de autoparodiarse como lo hace a través del personaje de Guido y por las críticas que se va insertando contra él mismo me parece que está libre de cualquier acusasión de pedenatería o pretenciosidad.
Por otro lado, la dirección de Fellini aún me parece mejor que cuando la vi hace cosa de un año. La estética apoyada por la excelente fotografía en blanco y negro es puro arte, los numerosos primeros planos a los actores me parecieron muy jugosos por lo bien puestos que están, el manejo de la cámara es elegante pero sin excesivas cabriolas estílisticas. Normalmente Fellini es un autor que predica una estética de alta calidad, pero en 8 y 1/2 alcanzó su techo. En ninguna otra de sus películas he llegado a encontrar tal número de imágenes absorbentes.
Y ni que decir tiene que Marcello Mastroianni está sensacional, colosal, monumental, magistral, más aún teniendo la dificultad que entraña su personaje pues se trata de un tipo extravagante, un tanto payaso pero con unos conflictos internos muy profundos y Mastoianni refleja todo eso con una trasparencia y una credibilidad indiscutibles, consiguiendo que cosas dispares tengan un sentido en el conjunto del personaje evitando las estridencias. No se me ocurren muchos actores capaces de transmitir ese carisma sin caer en la payasada. Es tan sublime su trabajo que por poco no eclipsa el gran trabajo de todos los actores que aparecen por pantalla, pero rayan a tan buen nivel que es inevitable no fijarse en el resto del reparto, destacando especialmente a Anouk Aimée y, porque no, a la angelical Claudia Cardinale. Sensacionales.
La peliculita se las trae, cuesta pillarle el rollo. No se le puede exigir que se ajuste a nuestra manera de entender y ver las cosas, ha de ser al revés, intentar de pillarle el rollo a Fellini. Por eso mismo creo que lo más sensato antes de ver esta película es ver los trabajos anteriores del director de Rimini. Eso y un poco de paciencia acaban compensando al final. Y no digo la nota para evitar chistes cutres.