Durante los primeros 10 minutos uno podría pensar que se encuentra nada más y nada menos que ante una versión con actores de carne y hueso de la mítica Ghost In The Shell. Después de los títulos iniciales esta sospecha parece confirmarse, pero desaparece poco después. En efecto, las similitudes argumentales entre las dos películas son numerosas. Avalon también transcurre en un futuro de sentido ciber-punk donde la realidad virtual es la vía de escape a esos cielos cuyo color definió tan bién William Gibson: cielos de un color de televisor sintonizado en un canal muerto.
La estética del film es sorprendente. Mezcla escenarios reales con decorados digitales. El tratamiento de la luz, en tonos acre, le da a la película un aspecto muy especial. Al mismo tiempo, los efectos especiales, como explosiones o las armas, están muy logrados.
La banda sonora de Kenji Kawai es demoledora. Los dos temas principales son solemnes. Uno es potente y espectacular, el otro es el que canta la soprano y le da el toque nostálgico que Oshii da siempre a sus películas.
Argumentalmente se coge fácilmente, aquellas personas que sepan de videojuegos lo tendrán mucho más fácil.
Una de las cosas que más me sorprendió es que Avalon es una producción japonesa-polaca. Creo que Oshii decidió rodarla en Polonia para reducir costes. Dejando de lado este detalle, cabe decir que las calles y el ambiente de Polonia le van que ni pintadas a la películas. No todo el ciber-punk ha de beber de la estela de Blade Runner!!!
En resumen, una película muy recomendable.
Y por cierto, la protagonista (Malgorzata Foremniak, vaya nombre
) es la reencarnación de la mayor Kusanagi.