George Lucas es un grande, alguien que ha tenido un impacto enorme en la industria del cine y en nuestras vidas.
No sólo Lucasfilm en sí (con sus Guerras de las Galaxias, Indiana Jones, Dentro del Laberinto (un recuerdo sentido para el recientemente fallecido Rey Goblin
), Willow, American Graffiti, etc.), sino también con subsidiarias como la todopoderosa y omnipresente Industrial Light and Magic (ILM), Skywalker Sound, la certificación THX, LucasArts y sus inolvidables múltiples videojuegos (mención especial para tantas aventuras gráficas que nos robaron tantas noches de sueño
), etc. .
Además, en lugar de dejar que sus niños murieran con él, con la venta ha permitido que continúen vivos allende su padre.
Pero todo esto no es óbice para que cada cual pueda criticar sus películas o determinadas decisiones, algunas de difícil digestión como negarse a ofrecer a los fans las versiones originales de la saga de La Guerra de las Galaxias en la mejor calidad actual y sólo ofrecer las versiones retocadas.
Una cosa no quita la otra, lógicamente, ni niega que sin George Lucas y su abnegación, dedicación y visión, el mundo y nuestras vidas serían más tristes.