Revisionada con el paso de los años lo primero que hay que destacar es la fuerza visual que sigue teniendo. Frank Darabont demostró que lo de Cadena perpetua no había sido casualidad y acompañado de un casting perfecto vuelve a rozar la excelencia. Se nota que la novela en su origen fue un serial. Hay partes que se estiran demasiado para ser una narración lineal y supongo que sería por distribuir la historia en los seis tomos en los que se editó. Realmente no se puede decir que le sobre ninguna escena, todas tienen su porqué y su consecuencia con el resto, pero no hacía falta llevar esta historia a tres horas de duración. La música de Thomas Newman en los momentos álgidos luce también a la perfección. Recuerdo haberla visto en su día en el cine y caerme los lagrimones en la escena cumbre. Hoy no he llegado a tanto pero sigue emocionando dicha escena.
Si no le casco un 10 es por la duración, a la que se le podría recortar fácil al menos 20 minutos, y por la bondadosa imagen que da de los vigilantes del corredor de la muerte, que no digo yo que deban ser todos tan hijos de puta como Percy (personaje con mayúsculas), pero coño, es que hay momentos que parecen monitores de un campamento de verano
9/10