Por culpa de la abundante cantidad de tópicos y salidas fáciles que tiene la película iba a encasquetarle un modesto 6, pero me he dado cuenta que me ha resultado la mar de entretenida y dado que estamos hablando de cine comercial, consdieraremos que misión cumplida.
Algunas de sus escenas son realmente estupendas como los tiroteo en las calles de Freetown, y también otras más tranquilas, como el segundo encuentro entre los personajes de Di Caprio y Connelly, en la fiesta nocturna en la playa, cuya moderada sofisticación refleja el ambiente que lujoso para turistas de un lugar humilde como Sierra Leona. Su apartado técnico, sin llegar a resultar asombroso, si le da algo sal a la película, es bastane notable, claro que con cien millones de piédrolares de presupuesto como no se va a conseguir un equipo técnico competente, no? Me da la impresión que es más el presupuesto para poder gastar y el entorno dónde se mueve lo que hace que la película entre bien por los ojos, pero en realdiad Edward Zwick no resulta tan habilidoso, no es demasiado valiente con la cámara, ya que tampoco hace nada especialmente extraordinario, en ese aspecto (la de empatizar con el medio natural africano y emarcar la historia en ese contiente) E
l Jardinero Fiel de Fernando Meirelles le pasa la mano por la cara a Diamante de Sangre sobradamente.
Al contrario que a
Miniviciao@, a mí el Di Caprio que más me ha gustado de sus dos últimas películas es este, el Daniel Archer. Me ha transmitido más este personaje. En cualquier caso, muy lejos me queda aquel niñato al que tanto tenía manía en películas como Titanic o El hombre de la máscara de hierro, no lo voy a descubrir a nadie, pero para mí con esta película Di Caprio me ha dejado bien clara que es u actorazo, una estrella con derecho a serlo.
Pero mejor hablemos de los motivos que iban a llevarme a un seis. Abudante solución fácil. Por ejemplo, la única manera que se les ocurre de hacer que Solomon y Archer tengan que ir juntos es lo típico de la película de aventuras: la súbita irrupción de un peligro de muerte, aunque cuanto menos no es así desde el primer momento, pero vamos, que lo único que parece que se les ocurre unirlos es de la misma manera que se ha ido viendo en todas las películas desde hace 60 años. Casi hubiese preferido viendo a ese traficante curtido que es Archer convenciéndolo a base de astucia. O si no, cuando el hallazgo del diamante, que típico eso de que súbitamente haya algo que distraiga la atención de los guardias justo en el preciso momento más necesario y oportuno. O el primer encuentro entre Archer y Solomon, cuando él sale del coche dónde ha dormido y parece que Archer haya estado esperando toda la noche esperando en la postura que más mola, fumando un cigarrillo, como no, el recurso barato para dejar bien claro que se trata de un tipo duro (se apoya tanto en el tabaco que Nick Naylor se sentiría orgulloso de él).
Y bueno, como disfrutan subrayando innecesariamente, se han explayado agusto. Odio que a estas alturas de la vida nos pongan pianitos en las escenas emotivas, como si no lo hubiésemos visto ya unas ochocientas mil veces. Qué cansinos, sólo les ha faltado poner un subtítulo con letras bien gordas en el que se leyera
EMOCIONESE AQUÍ. O para colmo de subrayados esa escena en la que se ve el collar de diamantes en en el escaparate... como si no fuese algo ya más que evidente para el espectador.
Y en la parte final le sobran unos cuantos minutos, algunos de ellos dando escenas inverosímiles, como ahora
cuando Archer encañona a Solomon... qué tensión más artificial, como si alguien se pudiera tragar que realmente le pudiera volar la tapa de los seso para que le dejara sin "su pasaporte", venga ya. Justo después, por cierto, van a un campamento a mirar sin que eso sirva para nada nada.
En fin, que se nota que es el típico producto Hollywoodiense, aunque tiene un poquito más de fondo y como ya he dicho resulta la mar de entretenida. Es una película muy eficaz y enérgica, pero es mejor no mirársela con lupa para que no resulte molesto el aire como didáctico que veces desprende.