Lo de Alfonso Cuarón con los planos-secuencia es una pasada. Me he lanzado a ver Hijos de los Hombres tras la alegría superlativa que significó para mí Gravity y, aunque no llega al nivel de esta última, es una película buenísima.
La historia no tiene mucho que contar, de hecho es hasta simple: una epidemia desconocida que esteriliza a todas las mujeres del mundo y la civilización se va al carajo.
Aparece una chica embarazada y se produce un conflicto de intereses en el que se difumina quiénes son los buenos y quién los malos en una sociedad militarizada combatida por unos idealistas pro-derechos de los inmigrantes.
Lo que hace grande a esta película es la soberbia ambientación que hace que tengas una sensación de pesadumbre viendo el mundo que nos enseña la cinta, pero sobre todo el uso que Cuarón hace de las cámaras. Cada escena es una delicia para el espectador. Hay algunos planos-secuencia que son de lo mejor que he visto en mi vida, que te meten tanto en la historia como lo haría un videojuego en primera persona. Alucinante. Cuarón se está convirtiendo en uno de mis directores favoritos.
Si a esto le añades un plantel de caras conocidas (Clive Owen, Julianne Moore, un Michael Caine incombustible...) tienes un buen resultado casi asegurado, como así pasa en este caso.
8,5/10
P.D: Para los seriéfilos, sale de secundario un entonces desconocido Charlie Hunnam que ha lanzado su carrera con Sons of Anarchy en el papel de Jacks Teller.