Animales

[Hattie Carroll]

Este hilo está dedicado a todos los grandes animalejos que han conocido los foreros. Porque hay animales dignos de ser recordados.

A mí siempre me han gustado mucho y no recuerdo haber estado nunca sin tener contacto regular con algún bicho. Y la verdad es que me fascinan. Y no me fío de la gente a la que no le gustan.

Uno de los animales a los que más he querido es Sil. Era un perro que tenían los vecinos en el pueblo de mi madre. Se parecía bastante a un lobo, por el tamaño y el pelaje, y tenía muchísimo carácter. El primer verano que lo ví yo tendría unos doce años. Iba a saludar a los vecinos pero no estaban en casa. El perro estaba atado con una cadena y cuando me vio se quedó quieto un instante y luego empezó a menear el rabo. No parecía peligroso, así que empecé a jugar con él. Cuando llegaron los vecinos me preguntaron extrañados si no me había ladrado. Siempre ladraba a los desconocidos e incluso había gente a la que estaba acostumbrado que no podía acercarse a él. Tenía bastante mala hostia el bicho. Yo supongo que algo tendría que ver el pasarse todo el día atado con aquella cadena que se le enredaba en las patas y los palos que se llevaba por cualquier cosa. Sólo lo soltaban un ratito por la mañana y otro por la noche. Y en verano nos lo llevábamos por ahí toda la mañana y toda la tarde y daba gusto verlo corretear y meterse en el río para sacar piedras más grandes que su propia cabeza. También recuerdo que hizo amistad con un gato y se echaban juntos unas siestas cojonudas. Ni que decir tiene que nos pasábamos horas jugando con el perro y le enseñamos la mítica de dar la pata. Años después cuando ya no pasaba los veranos allí fui un fin de semana y Sil estaba hecho un despojo, tenía no sé que movida que literalmente le iba comiendo los pies y estaba tan jodido que no podía levantarse ni casi moverse. Me acerqué a él y le rasqué la cabeza... y joer, el puñetero perro alzó la cabeza, me miró a los ojos y yo no sé... pero ví algo como intenso afecto, esa mirada que sólo tienen los perros pero muy triste, bajó la cabeza, lentamente levantó la pata y me la puso en la rodilla y me miró otra vez. Y joer me emocioné mucho. Poco después me enteré de que el dueño lo había matado, para que no sufriera más. Un tiro y ala. Y lloré bastante aquel día.

Perdón por el tochazo, no es nada en plan "mi perro recorrió trescientos kilómetros para ir a verme al hospital donde agonizaba".

[JuaninDJ]

Yo también me llevo bastante bien con los animales, pero lo más jodido que me ha pasado a mí fue con un pobre conejo en mi pueblo. Vereis, volvía a casa en mi coche cuando se me cruzó un conejo por la travesía de mi pueblo, tenía 2 opciones: esquivarlo y ostiarme o no mover el volante y que sea lo que Dios quiera, de modo que moví el volante lo suficiente como para no pisarle con las ruedas. Le golpeé con el parachoques y el bichejo se quedo atontado en el sitio pero no parecía estar herido. Paré el coche en la cuneta para cogerlo y llevarlo al campo. Me disponía a hacerlo cuando vino el típico macarra paleto con su coche en plan trunning a 100 km/h por la travesia de 50 y se llevó al pobre conejo por delante, matándolo en el acto. Lo peor de todo es que el tío ni siquiera frenó al atropellarle, alomejor iría con su Poki de mierda a todo volumen y no se daría ni cuenta.
En fin, que el pobre conejo murió después de haberse librado por poco de haberle matado yo y cuando la salvación estaba muy cerca.

Saludos.

[Hattie Carroll]

Lo del conejo me recuerda a la típica historia infantil que seguro tenemos la mayoría. Otro verano en el mismo pueblo con unos siete años a mis padres les dieron dos conejos. Los tenían en la cuadra y yo iba a darles de comer y jugaba con ellos. Uno era blanco y otro marrón. Un día estábamos comiendo y mientras saboreaba la comida, que estaba muy rica, me quedé quieta y le pregunté a mi madre qué era lo que comíamos. Mi madre dijo "pollo". Y yo "esto no es pollo... es coneejoooooo!!!!" Y con cara de soisunosasesinoshijosdeputa les pregunté si era el blanco o el marrón. Resultó ser el blanco. No dije nada más y acabe de comer con total entereza, luego me fui a la habitación y lloré y lloré y lloré. Eso sí, no me pillé ningún trauma chungo en plan "no volveré a comer conejo nunca más"... pero comerse a un coleguita fue algo muy extraño.

[Vanderhoff]

y joer, el puñetero perro alzó la cabeza, me miró a los ojos y yo no sé... pero ví algo como intenso afecto, esa mirada que sólo tienen los perros pero muy triste, bajó la cabeza, lentamente levantó la pata y me la puso en la rodilla y me miró otra vez. Y joer me emocioné mucho.

Es que todo aquel que ha tenido contacto con perros sabe que son animales que tienen sentimientos totalmente. Están tristes, están contentos, tienen empatía para saber cómo se encuentran sus dueños... son geniales.

Yo recuerdo mucho a Lupo, mi perro. Era un encanto pero le sacrificamos hace ya 5 años cuando estaba agonizando. Estuvo 10 años con nosotros y era un encanto, aunque muy cabezón para algunas cosas.

Echo de menos tener mascotas pero ahora mismo me es imposible. Como mucho podría tener un gato o un conejo, pero entre que mi novia es antimascotas y que tampoco me motivan lo suficiente, pues sólo tengo un par de plantas que no me alegran la vida

Vosotros: tenéis mascotas? Poned fotos!

[Hattie Carroll]

Vosotros: tenéis mascotas? Poned fotos!

El Chuti!!!! El Chutino es el mejor animal del mundo. La historia de este gato es bastante peculiar. Cuando tenía un mes se coló en el bar de una amiga. Estaba limpio, se le veía sano y era muy afable. El caso es que lo adoptó el padre de otra amiga y lo llamó Skunk (es una variedad de marihuana, este hombre le da a la maria que flipas). El caso es que es marino y la siguiente vez que embarcó nos pidió que nos lo quedáramos hasta que volviera, él se haría cargo de todos los gastos. Eramos reticentes pero aceptamos. Me acuerdo perfectamente del día que fuimos a buscarlo, que era la primera vez que lo veíamos, entró en el salón correteando con una arrogancia y un porte digno de un gran felino. Nos lo llevamos a casa y lo dejamos que investigara. Y hollis y yo nos miramos y dijimos a la vez "me cae bien este gato". No sé qué tenía pero desprendía carisma el jodío. Nos encariñamos tanto con él y sus tontunas que poco a poco dejamos de pedir dinero y tácitamente todos aceptamos que el gato era nuestro. Y ya lleva con nosotros ¿cinco? años. Y es un grande. El mejor. Lo queremos muchísimo y todavía hoy nos lo quedamos mirando y nos entra la risa floja (igual tiene que ver el consumo de ciertas sustancias). En serio que nos alegra mucho la vida. Lo que más me llama la atención es el impresionante registro de maullidos que tiene, para cuando tiene hambre, cuando quiere jugar, cuando se desespera porque no juegas con él... acojonante. Y tiene un tamaño descomunal. Y es majísimo, de verdad. Un solete, muy cariñoso y juguetón. Y, sobre todo, muy afable y noblote.

[Rocha]

En mi casa nunca me han dejado tener perros ni gatos, por lo de que necesitan espacio, cuidados, dedicacion, tiempo... estas cosas que suelen decir los padres. Pero a cambio me las he apañado para tener bichos de todo tipo bichos.

Recuerdo especialmente a dos tortugas, Alberta y Javiera. Me las regalaron mis amigos Javi y Alberto, porque segun sus padres "se habian hecho demasiado grandes" (no medirian mas de 7 centimetros). Eran dos tortuguitas de estas de Florida, las de la mancha roja en ambos lados de la cara. Al principio eran dos animales como cualquier otro, pero supongo que debi ser el peor padre del mundo, porque acabaron convirtiendose en un par de hijas de puta en toda regla.

Para empezar estas tortugas crecen segun el espacio del que dispongan, yo las tenia en una pecera bastante grande porque nunca he soportado que los animales no tengan espacio ni para respirar, y claro, crecieron, en poco tiempo median 15 centimetros cada una, y por alguna extraña razon, dejaron de comer. Les echaba comida para tortugas de la que venden en las tiendas, pero no le hacian ni caso. El tio de la tienda me dijo que probase a darles carne... y madre mia si comian esos bicharracos, cada dia se zampaban un filete crudo de pechuga de pollo, y peleaban con un ansia por el que daba miedo (no precisamente porque pasasen hambre, porque las dos estaban tan gordas que la carne les rebosaba por fuera del caparazon). De solo comer carne se volvieron increiblemente voraces, si se te ocurria acercarles un dedo a la cara ten por seguro que te ibas a llevar un mordisco que te hacia una herida considerable, ya que tenian un pico mas duro que una piedra.

Y seguian creciendo. Cuando llegaron a los 20 centimetros ya no cabian en la pecera, eran demasiado grandes y estaban demasiado gordas, no podian ni moverse. Me costo bastante convencer a mis padres para cambiarlas de ubicacion, el balcon. Que error... Las malditas, con tanto espacio, siguieron creciendo, no paraban nunca de crecer (la mas grande llego a los 29 cm). Y claro, a mas tamaño, mas feroces y agresivas. Ahora ya habia que tirarles un filete a cada una, porque si les dabas solo uno peleaban de tal forma por el que hasta se hacian daño, de hecho una de ellas dejo ciega de un ojo a la otra en una ocasion. Era como ver a Gamera y su gemela luchando. Acabaron por hacer del balcon su casa, era mas suyo que nuestro.

Finalmente hasta yo, que era el que siempre habia sido reacio a deshacerme de ellas, acabe hasta los huevos y acabamos dejandolas en un refugio de reptiles, alli tenian todo el espacio que querian y supongo que siguieron creciendo hasta que murieron. Pero eso ya era problema de otro

Por lo demas siempre me han gustado los animales. He llevado a mi casa perros, gatos y pajaros de todo tipo que me he encontrado en la calle (que se han quedado como mucho una semana hasta que encontraba a alguien a quien darselos), hasta que hace un par de años le cogi alergia al pelo de los perros y gatos, y se acabo lo de hospedar animalitos. Y la verdad es que me jode bastante El ultimo fue hace un mes o asi, un gatito, el gato mas bueno que he visto en mi vida, incluso era mas simpatico que un perro. Al dia siguiente ya tenia dueño, se lo quedo mi vecino en cuanto lo vio. Eso si, me entro la alergia y me tire un par de dias hinchado

Esta foto es genial

[el predicador]

A mí siempre me han gustado mucho y no recuerdo haber estado nunca sin tener contacto regular con algún bicho. Y la verdad es que me fascinan. Y no me fío de la gente a la que no le gustan.

¿No te fías de mí?


Yo nunca he tenido perros (sacarlos es un coñazo) o gatos, más allá de algún fin de semana en que lo haya dejado a nuestro cuidado el amigo de turno. Eso sí; desde que tengo uso de razón, he querido tener un pato en el pueblo. Son pequeños, de aspecto entrañable y autosuficientes, ya que ingieren su propia mierda. Joooooo, quiero un patoooo!!!

[hollis brown]

A mí siempre me han gustado mucho y no recuerdo haber estado nunca sin tener contacto regular con algún bicho. Y la verdad es que me fascinan. Y no me fío de la gente a la que no le gustan.

Bueno, tengo que decir que esto no es del todo cierto. Al buenazo de Rafa, uno de nuestros mejores amigos (por cierto, gran cinéfilo) no le gustan los animales. O al menos eso dice él... porque ya lo tengo pillado haciéndole carantoñas al gatuno.

[josegolem]

Mi hermana y yo nos plantamos en casa un día, hará como siete años ya, con un coker . A mi padre no le gustan pero tuvo que tragar y al principio lo pasé mal para que nos vamos a engañar, pero ahora viéndolo en perspectiva me di cuenta que esa "locura" fue una de las mejores decisiones que tomé en mi vida. Se llama coke, la verdad es que es un santo, nunca ha roto nada, es cariñoso como el que más y muy juguetón, se lanza a cualquiera que le hace una caricia y se hace el remolón. Eso sí, es puro nervio cuando llaman a la puerta o cuando le saco a la calle, se vuelve loco el tío. La verdad es que lo dan todo a cambia de nada, son muy nobles y se les quiere muchísimo.

En su momento tambien tuve un pollo, pobre, siempre me acuerdo cuando le pilló un diluvio y le pusimos al secador. He tenido una tortuga que se tiró por la terraza un día cualquiera por razones que aún desconozco. Tambien tuve un gato.

[Alexliam]

Yo me llevo bien con lo que vienen siendo los mamíferos, sobre todo con los perros. Me encantan los perros.

He tenido dos. Una perra y un perro.

La perra se llamaba Beatriz y era lo mas listo que he conocido jamas. Dormía en el taller de mi padre y cada mañana cuando abría la perra venia sola a mi casa, andando por la calle y se ponía a ladrar en la puerta de mi casa hasta que le abriéramos. Si no estábamos esperaba a que alguien abriera el portal y se iba a ladrarle a la puerta de la vecina, hasta que llegábamos nosotros y mi madre la recogía. Era la rehostia.

El otro que tuve se llamaba Keung (por el personaje de Jackie Chan en Duro de Matar). Vivía en casa, no como la otra, y murió de un infarto. Cada noche mientras mi madre preparaba la cena me ponía a jugar con el por el pasillo.

El día que murió fue muy jodido, porque lo llevamos a una escuela de estas que los adiestran y el adiestrador le dio tanto miedo que le dio un infarto ahí mismo, en nuestras narices.

[kobaïa]

Nuestro perro, ha tenido ya cuatro nombres, lo encontramos abandonado cuando tenia 3 meses, con cara de miedo y con pinta de haberle zurrado lo suyo, como no sabiamos el nombre le pusimos Rocco, (nombre cinefilo por excelencia)[+risas], pero al cabo de un mes, por miedo a que cuando fuera mayor no diera la "talla", se lo cambiamos por Leonardo, (por Da vinci), mucho mas artististico, pero despues viendo el caracter chulesco que tenia, se lo volvimos a cambiar por Leonidas, (nombre 300 veces mas cinefilo)....de este ultimo cambio no se dió cuenta,..... por que le seguimos llamando Leo

Uno de los animales a los que más he querido es Sil. Era un perro que tenían los vecinos en el pueblo de mi madre.

Un juego de adivinación, a ver si acierto....¿El pueblo de tu madre, no será un pueblo de El Bierzo?

[Hattie Carroll]

Un juego de adivinación, a ver si acierto....¿El pueblo de tu madre, no será un pueblo de El Bierzo?

Uy, pues no, de Lugo al lado de la frontera con Asturias ... pero me has dejado intrigada con la pregunta...

[kobaïa]

Uy, pues no, de Lugo al lado de la frontera con Asturias ... pero me has dejado intrigada con la pregunta...

Muy facil, cada zona tiene unos nombres que se repiten a menudo con los animales, sobre todo en las zonas ganaderas, Sil es un nombre típico de perro de pastor de la zona norte de El bierzo y de la zona de Laciana, ya rayando con Asturias y con Lugo, asi que de todas formas no iba muy descaminado......aunque bueno un poco de farol si que fué

[morfet]

Yo también he sido de los que han tenido siempre animales en casa.
Cuando yo era pequeño mi padre criaba canarios y según mi madre llego a haber hasta unos 25 a la vez, aun tenemos hasta las incubadoras, pero fué dejando la afición hasta que nos quedemos sin.
Luego tuve dos patos, pero inevitablemente acabaron en la cazuela. La verdad que creia que tendría un trauma más grande, pero no (sería por que estaban cojonudos )
Finalmente y como todo estudiante que se precie empecé con los hamster, el mejor amigo del hombre sin duda.
También tenemos en casa desde hace 13 años a una perra (Katy ) es un nervio, aunque ahora ya se le empiezan a notar los años.
Y nuestras mascotas contra nuestra voluntad son los Jabalís, que aquí como todo el norte de Huesca está plagado. (huertas pateadas, accidentes con coches...) pero bueno, es la naturaleza

PD: Odio los gatos.

[Hattie Carroll]

Muy facil, cada zona tiene unos nombres que se repiten a menudo con los animales, sobre todo en las zonas ganaderas, Sil es un nombre típico de perro de pastor de la zona norte de El bierzo y de la zona de Laciana, ya rayando con Asturias y con Lugo, asi que de todas formas no iba muy descaminado......aunque bueno un poco de farol si que fué

Claro, qué tonta, es por el río...

Venga, y ya qué estoy otra historia de chuskeles... en el mismo pueblo. Este se llamaba Zar y era un puto acojonado de mierda. No hay otra manera de definirlo. Era un perruco de caza muy guapo y ese me coincidió verlo el día que lo trajeron, justo antes de que se acabara el verano. Era increíble lo que temblaba aquel animal. Al año siguiente no te podías acercar a él porque el pobre primero empezaba a ladrar dándoselas de gallito hasta que se meaba encima y si lo tocabas entraba en estado de shock y daba pena de verdad. Una tarde que estaba sola (no recuerdo la edad, unos catorce, recuerdo que coincidió en el tiempo con Sil) me senté cerca de él y allí me pasé unas cinco horas hasta que el perruco cansado de temblar y mearse de puro pánico se me acercó muy despacito, en cuanto hice ademán de tocarlo... reculó muy deprisa y se meó otra vez. Pero al poco volvió y dejó que lo acariciara. Y resultó ser un cachondo juguetón. Cuando me fui empezó a lloriquear y allí me pasé no sé cuanto tiempo haciéndole mimos... hasta que mi abuela salió de casa y me dijo que parecía subnormal, que hiciera el favor de entrar a cenar. Al año siguiente todavía eramos coleguitas pero luego deje de ir con regularidad y la siguiente vez ya no era cariñoso conmigo. Tenía graves problemas emocionales el bicho. Si ya era cagón de por naturaleza el trato agradable y familiar de aquellos rudos aldeanos lo dejó tocado para siempre. Luego creo recordar que se le dieron a alguien porque el dueño estaba hasta los cojones de soltarlo por la mañana y no ser capaz de atarlo porque el perro le tenía miedo. Claro, somanta de palos por no ir cuando lo llamaban y cada vez más miedo. Animalico, qué vida más perra le tocó al pobre.

Uff, y me queda el tema de los gatucos, que eran la rehostia. Mismo pueblo, eso fue ya con 19 años que me rayé un verano y me pasé dos meses allí con mi abuela y dedicada a la vida contemplativa. Los gatucos eran pequeños (atigrados los dos, uno amarillo y el otro gris) y a diferencia del resto de gatos que no había dios que les echara mano estos estaban acostumbrados a dejarse coger. Pronto hicimos amistad y me tiraba horas viéndolos jugar y cazar ratones que me traían con gesto satisfecho, a mí me daba mal rollo ver como chillaban los ratonucos y como morían despedazados, pero tenía su punto . El caso es que los gatos eran más mios que de sus dueños y se pasaban el día en nuestra casa. Parece ser que el día que nos marchamos los gatos se pasaron horas maullando desesperadamente y los fines de semana, que iban mis padres, hacían vida allí. El gris murió atropellado y el amarillo apareció muerto en el huerto. Creemos que lo mató el dueño.