The Hidden Blade (2004)
La verdad es que no entiendo como he podido tardar tanto en completar esta apasionante trilogia de Yoji Yamada que comienza con "El Ocaso del samurai". Los argumentos de cada uno de las tres son totalmente distintos. Así como actores y personajes. Lo que las une a las tres, es la ambientación situada a finales del siglo XIX del japón feudal. Época en la que los Samurais comenzaban a resultar más inútiles que útiles debido a la implantación de las armas de fuego en los ejércitos. Aquellos que no encontraban "dueño" o señor de un castillo a quién proteger, se convertían en Ronnin. Y ya que la espada poco valor les ofrecían, debían encontrar otros oficios o morir con honor tras realizarse el Harakiri.
Ésta segunda entrega nos relata la historia de un Samurai soltero, que vive con su madre senil trabaja en un castillo a las ordenes de su señor, y aprendiendo los nuevos métodos de batalla al estilo occidental. Un día se entera de que la antigua criada, quién les dejó tras casarse, se encuentra gravemente enferma. Al visitarla también descubre que es cruelmente mal tratada y se la lleva consigo. Esto acarreará una serie de consecuencias que cambiarán sus vidas.
Película completísima en todos los sentidos. Una buena historia, plagada de detalles. Personajes perfectamente construídos, nada de estereotipos ni personajes planos. Un buen ritmo de montaje. No necesita dramatizar diálogos elocuentes pues consigue conmover con una pureza en las imágenes y las secuencias de las que sólo necesitas dejarte llevar. Por mi parte, todo un imprescindible de la década pasada y del chambara en general. Además con una "Takako Matsu" (Confessions), bellísima que hará las delicias de los paladares menos optimistas.
★★★★/5
Love & Honor (2006)
Fin de la trilogía de Samurais más emocionante y poética desde la dirigida en los años 50 por "Hiroshi Inagaki". En estos momentos me costaría decidir, cual de las tres me ha gustado más. Claro que hace mucho que vi el Ocaso del Samurai, y no tendría tan claro que fuese la mejor de las tres. De todas formas, todas tienen momentos mágicos que todo cinéfilo que se aprecie sabe disfrutar.
En el caso de "Love & Honor", tenemos al catador de venenos, convertido por así decirlo en un "Zatoichi" más realista del creado por Kitano (OJo, que no he visto las antiguas). Existe una historia de amor, quizás menos romántica que en la segunda "The Hidden Blade", y se centra más en el honor y el código Samurai. Un "Takuya Kimura" que realiza un trabajo de interpretación excepcional, acompañado de la bella "Rei Dan". En una obra repleta de subtexto, de poesía debajo de cada mirada o gesto. Y lo siguiente va no sólo para esta, si no a toda la trilogía; Bellísima banda sonora, de la cual me quiero hacer inmediatamente. También querría hacerme con el director de fotografía que realiza un trabajo impresionante. Hasta los más mínimos detalles están cuidados con gran habilidad.
Y después de tanto elogio, ¿De que podría quejarme ante tanta creatividad?. La verdad es que no se me ocurre nada. Quizá que no se convierta nunca en una tetralogía y no podamos disfrutar más del maestro Yamada con otras cintas de Samurais en declive.
★★★★/5
Un amor inmortal (1961)
Ampliando la filmografía de "Keisuke Kinoshita". Director del que preveo descubrir muchas más joyitas como esta "Eien no hito". En esta ocasión nos muestra las consecuencias de lo que una decisión en un momento determinado de tu vida, te puede llegar a obsesionar tanto, que no consigas disfrutar de tu vida, ni querer a los que te rodean, ni tan siquiera pensar en el futuro.
Me han gustado muchos las actuaciones, sobre todo la del gran "Tatsuya Nakadai" muy creíble en el papel de marido déspota y cobarde. Nada que envidiar tampoco por parte del papel protagonista por Hideko Takamine. Muy acertada también la banda sonora flamenca. Le da mucha vida al ritmo del montaje que hace que los apenas 100 minutos de duración pasen volando.
La conclusión final que yo le saco a esta historia es que, no hagas daño a tus hijos o seres queridos por haber sido tan cobarde al tomar una decisión de juventud. Ella podría haberse ido de su pueblo y dejar atrás a su amor, quién acaba rechazándola (menudo cabrón que fué él también) y vivir una nueva vida. Pero decide quedarse y martirizarse de por vida. Y con ella, arrastrando a sus hijos y a todos los que le rodean. Es mi punto de vista, y creo que es lo que el director tenía en mente, entre otras cosas claro. Al fin y al cabo los errores una vez cometidos, o los superas y sigues adelante, o intentas remediarlos y darles la vuelta. Martirizarse por ellos no es la solución. Ahora que lo pienso podría ser una interesante historia en algunos clubs sociales con gente con esta clase de problemas. Lo dejo ahí.
★★★★/5