por morfet » 13 Dic 2008 19:39
Bueno, quizás éste post no deba ni ir aquí ni levante interés, pero me apetecía ponerlo. Anoche cerraron el último cine de Huesca, y cómo homenaje proyectaron Sonrisas y lagrimas la misma película con la que lo inauguraron. Por 1 euro peliculón, palomitas y agua. Y mucha gente llorando. En vuestras ciudades aún quedan muchos cines? Imagino que no saldrá rentable ahora mismo el tener uno, y más frente a los multicines...
Entre sonrisas y lágrimas, como el título de la película que abrió la sala y la cerró ayer, vivió el público el último día del cine Avenida. Quien más quien menos sintió que estaba formando parte de la pequeña historia de la cinematografía oscense y es que, con la desaparición del Avenida, la ciudad pierde el último cine del siglo XX.
La gala de despedida organizada por la Fundación Anselmo Pie, propietaria del inmueble, fue todo un éxito. La sala, de 950 butacas, estaba abarrotada de público que pacientemente había hecho una larga cola para hacerse con la entrada al simbólico precio de 1 euro. Con ella, la Fundación ofreció a los espectadores una bolsa de palomitas y un botellín de agua.
Cuando las luces se apagaron comenzó una breve representación a cargo de actores del Club La Linterna Mágica. De forma divertida explicaron que el Avenida cierra para ser derribado y construir en su lugar un bloque de viviendas. Con esta operación la Fundación Anselmo Pie espera financiar la rehabilitación del teatro Olimpia. Seguidamente, un vídeo realizado por Ramón Día hizo un recorrido por la historia y el significado que ha tenido esta instalación a lo largo de sus 41 años de vida y que concluyó con esta petición: "mantengamos prendidas en nuestra memoria" las luces que hoy el cine Avenida enciende por última vez.
Y entonces empezó la parte más divertida. Los actores derivaron sus diálogos a la presentación de la película dirigida por Robert Wise (1965) y protagonizada por Julie Andrews, 'Sonrisas y Lágrimas' cantando una de sus más populares canciones 'Do, Re, Mi', que siguió coreando el público. Al nombre de cada nota, un espectador disparaba un cohete de serpentinas mientras todos seguían el ritmo tocando palmas que, al final, desembocaron en aplausos.
En la cabina esperaban nerviosos el operador Jesús Santolaria y su jubilado compañero Álvaro Bitrián, que proyectó la cinta en la inauguración, para poner en marcha las cámaras, "así Álvaro habrá hecho la apertura y la clausura", dijo Santolaria.
También fue un día de intensas emociones para los tres miembros de la Fundación, Manolo Pérez, Eduardo Estallo y Florencio Matías. "Vivimos con mucha tristeza el tener que dar cerrojazo a este cine, que cierra también innumerables vivencias de muchas personas".