El título del episodio fue uno de los primeros títulos que se barajaron para el programa.

Cliente: Buenos días. Quiero comprar un libro, por favor.
Librero: Bueno, me temo que no tenemos.
Cliente: ¿Perdón?
Librero: No tenemos libros, los hemos terminado. Buenos días.
Cliente: ¿Y qué son todos esos?
Librero: ¿Todos qué? Ah, estos. Ah... Se refiere a estos... ehm... libros.
Cliente: Sí.
Librero: Están... vendidos. Buenos días.
Cliente: ¿Todos?
Librero: Hasta el último. No queda ni uno solo por vender. Buenos días.
Cliente: ¿A quién?
Librero: ¿Qué?
Cliente: ¿A quién se los ha vendido?
Librero: Oh, a varios... ¡Dios mío! ¿Ya es esta hora? Tengo que cerrar para comer.
Cliente: Sólo son las 10:30.
Librero: Ah, sí, pero tengo bastante hambre. Mucha, en realidad. Creo que no volveré a abrir hoy. Me daré una buena comida. Ah, vaya. Mire qué librería tan bonita ahí enfrente. Tienen una selección mucho mejor y probablemente a precios ridículamente bajos. Justo ahí enfrente. Buenos días.
Cliente: Pero me dijeron que viniera aquí.
Librero: Bueno... Bueno... Entiendo... Me han dicho que las grosellas son buenas este año. Y también los mangos.
Cliente: ¿Perdone?
Librero: Oh, sólo decía... Pensando en el tiempo... Que me han dicho que las grosellas son buenas este año. Y también los mangos.
Cliente: Los míos no.
Librero: Continúe.
Cliente: ¿Qué?
Librero: Continúe. "Los míos no, pero..."
Cliente: ¿Qué?
Librero: ¿No va a decir algo como "Los míos no, pero el Gran Queso será atacado esta noche con la marea baja"?
Cliente: No.
Librero: Oh. Ah. Buenos días. Oiga, ¿quién le envió?
Cliente: La ancianita de la tienda de golosinas.
Librero: ¿No tenía una cicatriz aquí y un garfio?
Cliente: No.
Librero: No. Claro que no. Estaba pensando en otra persona. Buenos días.