Lars y una Chica de Verdad
Director: Craig Gillespie
Intérpretes: Ryan Gosling (Lars Lindstrom) / Emily Mortimer (Karin Lindstrom) / Paul Schneider [IV] (Gus Lindstrom) / Kelli Garner (Margo) / Patricia Clarkson (Doctora Dagmar) / R.D. Reid (Reverendo Bock) / Nancy Beatty (Sra. Gruner) / Joe Bostick (Sr. Shaw) / Nicky Guadagni (Sra. Petersen)
Duración: 106 minutos
Sinopsis: Lars es un joven solitario, callado y tímido que vive en un garaje junto a la casa de su hermano Gus y la esposa de éste, Karin. Gus y Karin hacen continuos esfuerzos para que Lars salga de su caparazón, pero [...]
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Estreno en España: 25 de Abril de 2008
Nota I.M.D.B.: 8,7/10 (11388 votos)

CRÍTICA

En un lugar de La Mancha…esto, digo, en un lugar del norte de los Estados Unidos de América de cuyo nombre no quiero acordarme, teniendo en cuenta que “lugar” en este contexto significa pueblo pequeño o aldea, y “quiero” tira más hacia el significado de “puedo” que no hacia la voluntad de querer, no ha mucho tiempo que vivía un joven tranquilo de los de casa apartada del pueblo, bigote bonachón, coche destartalado y ropa anticuada. Leña para el fuego, algo liviano para comer, electricidad para la televisión y gasolina para ir de compras al centro del pueblo y para ir a la oficina a trabajar, consumían las tres partes de su hacienda… Vivía sólo, en una casa garaje, vecino de su hermano y cuñada, evitando siempre la compañía de estos…Quieren decir que tenía el sobrenombre de Lars (Ryan Gosling), pero esto importa poco a nuestro cuento, porque Lars enseguida sería conocido en el pueblo por ir siempre acompañado de la que él, astuto y sincero, diría ser su mujer, novia, amante, mejor amiga: Bianca, una muñeca sacada directamente de una caja de madera, encargada por Internet en páginas de dudoso gusto. Bianca y Lars, Lars Y Bianca, corazón real y corazón de plástico unidos por la mente y la voluntad de un joven sensible dirían unos, enfermo y loco dirían otros, pero buena persona, siempre buena.

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Craig Gillespie podría haber empezado su película de esta manera, con una voz en off, con Lars sentado en una butaca frente al fuego de la chimenea, porque la historia de Lars, tanto su locura como la ubicación espacial de esta, es deudora del espíritu de la obra maestra de Cervantes, obra que todos conocemos pero que pocos han leído, pero que, sea como sea, Nancy Oliver, guionista del film (siendo este su único guión cinematrográfico además de haber trabajado como guionista en la que para muchos es la mejor serie televisiva, Six feet Under) sí que ha leído y no sólo eso, sino que hace una declaración de principios dedicando una escena del film a homenajear la obra de Cevantes cuando Lars lee a su amada plastificada un fragmento del Quijote sobre Dulcinea del Toboso.
La fuente cervantina, si es bien tratada, como bien la trata en este caso Nancy, es un seguro de éxito ya que la figura del personaje loco querido por el pueblo, su bondad, su manera especial de actuar, su humildad, son elementos que siempre se convierten en surtidor de simpatía que el público recibe con los brazos abiertos y, lo mejor que le puede ocurrir a una historia, lo mejor que le puede ocurrir a una película, es que el público sienta la necesidad de acercarse al personaje principal, de acompañarle en su locura, sobre todo eso, de acompañarle en su locura, sea o no sea por falta de cordura, para, al final, haber sido parte de la historia, porque eso es lo que más gusta a cualquier cinéfilo: formar parte de las historias.
Y sí, Lars y una chica de verdad (“Lars and the real girl”) gustará porque Ryan Gosling y todo un elenco de secundarios sobresalientes serán acogidos con cariño por el espectador desde los primeros minutos: la buena confección de Lars como personaje y la maestría con que Gosling lo interpreta, el sutil humor que se desprende de cada uno de los diálogos, los silencios de Bianca la muñeca, la sutileza de los pueblerinos frente a la locura de Lars, la incredulidad y esfuerzo de Emily Mortimer y Paul Schneider, la sabiduría de Patricia Clarkson, la belleza e ingenuidad de Kelli Garner…. En definitiva, una larga serie de elementos que automáticamente harán que, sin despegarnos de la butaca del cine, pasemos a formar parte de esa comunidad cerrada en la que todos sus habitantes se conocen y desde la que todos participan de la locura de Lars con el único fin de ayudarle, de acompañarle hasta donde Nancy lo quiera llevar y nos quiera llevar.

La historia de Don Quijote empezó siendo una pequeña novela ejemplar (lo que ahora llamaríamos narración corta o cuento), pero, por suerte, Cervantes se dio cuenta de que ese hidalgo que "se enfrascó tanto en sus lecturas, que se pasaba las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio” y a quien “del poco dormir, se le secó el cerebro, y vino a perder el juicio” daba tanto juego literario que continuó hasta hacer dos volúmenes en un periodo de diez años de su vida. “Lars y una chica de verdad” es una película discreta, de pocos recursos económicos, confeccionada a partir de un guión escrito por una escritora de guiones televisivos, rodada en 31 días… pero que, al igual que se dio cuenta Cervantes del valor de su primer capítulo, el espectador sabrá apreciar los entresijos de la locura de Lars impregnándose de toda la bondad que se desprende de su historia y de toda la sabiduría y sensibilidad que Nancy Oliver nos ha regalado con esta pequeña joya del cine actual.