Jumper
Director: Doug Liman
Intérpretes: Hayden Christensen (David Rice) / Jamie Bell (Griffin) / Samuel L. Jackson (Roland) / Rachel Bilson (Millie) / Diane Lane (Mary Rice) / Michael Rooker (William Rice) / Max Thieriot (Joven David) / Annasophia Robb (Joven Millie) / Jesse James (Joven Mark) / Teddy Dunn (Mark Kobold) / Tom Hulce (Mr. Bowker) / Barbara Garrick (Ellen) / Kristen Stewart (Sophie) / Sean Baek (Lawrence Simmons)
Duración: 88 minutos
Sinopsis: David, un joven tímido cuyo padre no le hace caso y que es objeto de burlas por parte de sus compañeros de instituto, descubre que tiene el poder de teletransportarse de un lugar a otro. Las posibilidades son infinitas, y David [...]
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Estreno en España: 15 de Febrero 2008

CRÍTICA

Cuando David Rice descubre casualmente que es capaz de teletransportarse a cualquier lugar que desee, empieza la diversión. Viajes a cada rincón del mundo, ligues en cada país y mucho, mucho dinero. Lo que no sabe David es que no es el único y que pronto se verá inmerso en una guerra que dura siglos, en la que los “jumpers” como él son cazados y asesinados.

Después de la saga Bourne y Sr. y Sra. Smith, el director Doug Liman se afianza como director de películas de acción con “Jumper”, un producto lleno de efectos especiales y localizaciones repartidas por el mundo. El éxito de sus películas anteriores y su experiencia como productor ejecutivo, probablemente le han reportado carta blanca a la hora de desarrollar este título que tira la casa por la ventana y acumula tecnología en cada plano.

Hayden Christensen (David) sigue en su línea. Su registro parece no ir más allá de Anakin Skywalker, aunque al menos aquí no tiene que sufrir y pasarse al lado oscuro. El chico es poco expresivo, pero para este tipo de productos encaja como un guante. Alto, guapo, con un puntito misterioso, es el perfecto anti-héroe de acción. Nada de chicos buenos a los que todo les sale bien, ahora los protagonistas tienen un lado oculto contra el que deben luchar.
Como compañero inesperado, David Rice cuenta con Griffin, un “jumper” experimentado que dedica su vida a acabar con sus perseguidores. Un sorprendente Jamie Bell (ex-Billy Elliot) se hace con las riendas de la película y se convierte en el personaje más interesante, el centro de una lucha en medio de la que se mete el despistado protagonista. Si los papeles se hubieran invertido, probablemente la película ganaría en fuerza y posibilidades. Una pena que Bell no encaje en el modelo de héroe cachas, aunque seguro que el futuro le depara caminos mucho más interesantes.

Frente a los “jumpers” se sitúan los “paladines”, miembros de una organización religiosa que lucha contra las anomalías genéticas de los saltadores. A su cabeza, el despiadado Roland, el principal táctico del grupo. Samuel L. Jackson se hace cargo de este papel que parece una reconversión de su personaje de El protegido pero sin dificultades de movimiento. Su estética ya de por sí recuerda a aquel lector de cómics, y sin embargo su personaje queda un poco perdido, sin terminan de perfilar. Aunque se nos presenta como temible y cruel, a lo largo de la película pierde brío y casi desarrolla una relación paternal con David. Poco a poco deja de resultar amenazador y flojea.

“Jumper” es una buena forma de pasar un par de horas entretenido. La trama es efectiva pero resulta incompleta, la resolución es precipitada como suele pasar en estas películas últimamente y algunos personajes quedan olvidados sin resolución. Quizá la obsesión por las secuelas motivó que el esperado desenlace se quede en tibio nada más, y en lugar de resolverse elevando la cota de espectacularidad, se quedan a medio gas para reservarse posibilidades para una segunda parte. De todas formas ésta no es una película de análisis sesudo. Es un producto para disfrutar con las maravillas que la tecnología es capaz de hacer. En ese sentido, las dosis de efectos especiales están mejor racionadas que el guión. Mientras éste sube y baja en interés, los efectos cada vez son más y más espectaculares a medida que David va aprendiendo a controlar sus poderes. Lo mejor: cómo librarse de los atascos subido en un lujoso descapotable.

De las pirámides de Egipto a las olas de Jamaica. De la sofisticación de Tokio a los ambientes underground de Londres. De Roma a Nueva York y de allí al desierto africano. Un paseo por las maravillas del mundo que David puede completar en un abrir y cerrar de ojos. ¡Quién lo pillara!