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Crítica - Harry Potter y la Orden del Fénix

Poster

'Más madurez y oscuridad'

11/07/2007 - Por Mrs de Winter

(2/5)

Harry Potter y la Orden del Fénix
Director: David Yates
Intérpretes: Daniel Radcliffe (Harry Potter) / Rupert Grint (Ron Weasley) / Emma Watson (Hermione Granger) / Imelda Staunton (Dolores Umbridge) / Gary Oldman (Sirius Black) / Michael Gambon (Albus Dumbledore) / Alan Rickman (Severus Snape) / Evanna Lynch (Luna Lovegood) / Matthew Lewis [III] (Neville Longbottom) / Ralph Fiennes (Lord Voldemort) / Robbie Coltrane (Rubeus Hagrid) / Jason Isaacs (Lucius Malfoy) / Katie Leung (Cho Chang) / James Phelps (Fred Weasley) / Oliver Phelps (George Weasley) / Bonnie Wright (Ginny Weasley) / Brendan Gleeson (Alastor 'Ojoloco' Moody) / Maggie Smith (Minerva McGonagall) / David Thewlis (Remus Lupin) / Helena Bonham Carter (Bellatrix Lestrange) / Robert Hardy (Cornelius Fudge) / Julie Walters (Molly Weasley) / Mark Williams [I] (Arthur Weasly) / Natalia Tena (Nymphadora Tonks) / Devon Murray (Seamus Finnigan) / Tom Felton (Draco Malfoy) / Richard Griffiths (Tío Vernon Dursley) / Fiona Shaw (Tía Petunia Dursley) / Harry Melling (Dudley Dursley) / David Bradley [IV] (Argus Filch) / George Harris (Kingsley Shacklebolt) / Emma Thompson (Sybil Trelawney) / Kathryn Hunter (Mrs. Arabella Figg) / Tony Maudsley (Grawp) / Jamie Waylett (Vincent Crabbe) / Josh Herdman (Gregory Goyle) / Afshan Azad (Padma Patil) / Shefali Chowdhury (Parvati Patil) / Warwick Davis (Filius Flitwick) / Peter Cartwright (Elphias Doge)
Duración: 138 minutos
Sinopsis: Harry vuelve para su quinto año de estudios en Hogwarts y descubre que la mayor parte de la mágica comunidad no cree en el reciente encuentro del adolescente con el maligno Lord Voldemort, prefiriendo negar las noticias de que El Que [...]
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Estreno en España: 11 de Julio de 2007
Nota I.M.D.B.: 7,9/10 (2748 votos)



CRÍTICA



Harry Potter está creciendo, y con él la saga que tiene enganchados a millones de personas que esperan con impaciencia esta quinta entrega cinematográfica de las aventuras del joven mago. Conforme crecen sus protagonistas, las películas van dejando atrás el enfoque infantil que Columbus dio a las dos primeras, acompañando en su evolución a toda una generación.

El hilo argumental de Harry Potter y la Orden del Fénix vuelve a ser bastante lineal y predecible, recurriendo a la estructura que Rowling fijara desde el principio. La historia comienza con el enfrentamiento de Harry con dos dementores en presencia de su detestable primo Dudley. Ante el quebrantamiento de las normas que supone el uso de la magia fuera del colegio, el ministerio de magia pretende expulsarle del colegio, pero Dumbledore recurre la sentencia y Harry conoce a los integrantes de la Orden del Fénix, creada para combatir a Voldemort. Mientras, el ministerio se empeña en negar las evidencias de que Voldemort ha regresado y designan a una nueva profesora para Defensa contra las artes oscuras que tomará el control del colegio. Harry y sus amigos comenzarán a reunirse en secreto para aprender a defenderse y estar preparados ante los posibles peligros a los que tengan que hacer frente en la batalla final.

En esta película hay más realismo, pero también más magia. La vida diaria de Harry, Ron y Hermione en la escuela y fuera de ella se presenta con más naturalidad que en anteriores ocasiones, en una línea ya iniciada en la tercera entrega. Tanto la ambientación, el vestuario e incluso la actitud de los personajes contribuyen a hacer más fácil la identificación con la situación: son como cualquier grupo de adolescentes, con su más que incipiente interés por el sexo opuesto, sus bromas de amiguetes, sus enfrentamientos y su sentimiento de incomprensión, solo que además hacen magia. Todos han crecido, pero llama la atención la presencia de un Daniel Radcliffe que empieza a parecer un tanto hipermusculado. Mucha testosterona en pantalla para un personaje que acapara demasiado la atención para mi gusto, aunque supongo que es lógico en una saga que lleva su nombre. El ambiente de cotidianeidad que se crea en el colegio contrasta con las escenas de acción, porque en esta ocasión hay muchos enfrentamientos mágicos y por tanto, muchos efectos especiales, que tienden a materializarse en lluvias de fuegos artificiales, destellos de todo tipo y texturas etéreas que intentan llevar esa magia al terreno de la imagen y lo consiguen de forma convincente.



La ambientación de todas las escenas es brillante. Espectacular el Ministerio de Magia, que se presenta como un orwelliano laberinto de burocracia, con claras reminiscencias de la propaganda soviética, y unas estancias con azulejos negros muy atrayentes visualmente. Muy acertado el despacho de Dolores Umbridge, profesora de Defensa, decorado con una candidez kitsch muy acorde con la imagen del personaje. De hecho, la actuación de Imelda Staunton como profesora Umbridge aporta algunos momentos realmente hilarantes a la trama. Y es solo una muestra de los excelentes intérpretes que vienen participando en cada entrega de Harry Potter. Repiten los más importantes, actores de la talla de Alan Rickman, Gary Oldman (la aparición de ambos se me antoja insuficiente), Emma Thompson, Maggie Smith, Michael Gambon… en definitiva, auténticos profesionales que ya no necesitan ni que los dirijan y que solo con su presencia dignifican la obra. A ellos se unen incorporaciones como la mencionada Staunton o la excesiva Helena Bonham Carter. Nunca dejaré de asombrarme ante el apabullante casting que han conseguido reunir estas películas. Sin embargo, los jóvenes protagonistas aún dejan que desear. Está claro que han evolucionado desde que hace 6 años fueran escogidos para el papel de sus vidas (que probablemente les esclavizará), pero siguen ofreciendo resultados irregulares. Radcliffe pone todo su empeño para ser el perfecto Harry Potter, pero no es capaz de expresar más emoción que fruncir el ceño y apretar los labios. Emma Watson (Hermione) y Rupert Grint (Ron) resultan acaso más creíbles, pero aún parecen forzados en algunas escenas. No puedo dejar de mencionar la aparición de Ralph Fiennes como Voldemort, que se limita a hacer aspavientos en una representación del villano que me defraudó desde su primera intervención.



El problema de Harry Potter y la Orden del Fénix radica en que según avanza la historia, nos parece haberla visto ya mil veces. En el libro se dan muchas subtramas y se desarrollan personajes aportando interesantes datos sobre su pasado (Luna, Neville, el mismo Snape...) con multitud de detalles que ayudan a conocer en profundidad a unos caracteres que a estas alturas no necesitan presentación, pero sí cierto acercamiento, que quizás en poco más de dos horas de metraje sea imposible alcanzar. David Yates, realizador desconocido y proveniente del mundo de la televisión, ha realizado un gran esfuerzo con esta adaptación, pero abusa de flashbacks innecesarios y se recrea en exceso en alguna de las escenas de acción, de modo que deja caer el ritmo en muchos momentos, perdiéndose en dar pinceladas de ciertos acontecimientos que nunca llega a desarrollar por completo.



Esta quinta entrega intenta retomar el espíritu de El Prisionero de Azkabán con más madurez y más oscuridad, pero no acaba de convencer. Desde luego que funciona como película de entretenimiento y cuenta con numerosos aciertos visuales (siempre dentro del universo creado por Rowling), momentos de humor distendido y más acción que nunca. Hay mucha magia en pantalla, pero se echa en falta la verdadera ‘magia’ de la serie.

 

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