Premonition (7 días)
Director: Mennan Yapo
Intérpretes: Sandra Bullock (Linda) / Julian McMahon (Jim) / Nia Long (Annie) / Amber Valletta (Claire) / Courtney Taylor Burness (Bridgette) / Shyann McClure (Megan Hanson) / Peter Stormare (Dr. Norman Roth)
Duración: 110 minutos
Sinopsis: Linda Hanson tiene una casa preciosa, un marido que la quiere y dos hijas adorables. Su vida es perfecta, hasta que recibe una devastadora noticia: su marido Jim ha fallecido en un accidente de coche. Es lo peor que le podía [...]
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Estreno en España: 27 de Abril de 2007
Nota I.M.D.b.: 5'3/10 (3209 votos)

CRÍTICA

Linda Hanson recibe una fatídica noticia: su marido Jim ha muerto en un brutal accidente automovilístico. Al despertarse al día siguiente, comprueba asombrada cómo su marido sigue con vida y parece que el tiempo no ha pasado en absoluto. Así, cada día, las circunstancias cambiarán y las sorpresas se sucederán, llevando a Linda hasta el borde de la locura.

El film narra siete días de la vida de Linda Hanson (Sandra Bullcok) -desde luego a la hora de ponerle un título en español a la película, la cabeza no se la rompieron- de manera misteriosamente deconstruida, despertándose alternadamente en uno u otro, descubriendo bien que Jim sigue vivo, bien que su hija ha sufrido misteriosas magulladuras, bien que va a ser internada en un psiquiátrico.

Nos encontramos ante un film cuya artificiosidad es total. No sólo por su estructura narrativa, que, como cualquiera se puede imaginar, bebe sin titubear de las fuentes de maestros como Lynch o Nolan, sino por que incluso en su base más simple, en los momentos que podrían haberse esforzado un poco a escribir un guión convincente, caen en lugares comunes con una facilidad pasmosa, y juega con trampas obvias y falsas pistas baratas que lastran al film hasta convertirlo en un fracaso estrepitoso, al menos en lo que a su pretendidamente sorpresivo argumento se refiere. Por ejemplo, cabe mencionar cómo al principio del filme Linda repite, paso por paso, todos los momentos del día anterior (en una secuencia que, por cierto, recuerda a Atrapado en el tiempo), engañando de manera demasiado simplona al espectador al que se le pondrá en duda sobre si lo acontecido es real u onírico constantemente. Para colmo, los momentos dramáticos carecen de pulso y resultan planos y poco originales… entre ellos, uno resalta por su ridiculez: cuando Linda se levanta un par de días antes de la muerte de su marido y va a buscarle a la ducha, creándose una situación idéntica al mítico momento en que Victoria Principal encontraba a su marido muerto un año atrás, Bobby (vivito y coleando), al final de una de las temporadas de Dallas. Eso por no hablar de la decisión tan inteligente del guionista de poner a su protagonista a hacer un calendario de los días que están sucediendo y lo que pasa en cada uno de ellos, supondremos que se trata de un recurso algo absurdo por si el público americano no está preparado para ver un producto tan complejo.

El director de semejante joya es el alemán Mennan Yapo, quien hasta el momento solo ha dirigido Soundless, el cual, todo sea dicho no debe de tener estilo propio ni es capaz de de dejar su propia impronta en lo que hace (o no se lo han permitido), puesto que la planicie dramática de la que hablábamos antes se refleja también en su tratamiento estético, en su fotografía sin fuste, en su banda sonora del montón y en sus pretendidos toques de género, lejanos homenajes a un expresionismo descafeinado que encontrará en los ramajes negruzcos y en los cuervos los únicos elementos remotamente referenciales (para muestra un botón, el cartel del film, que a primera vista puede resultar interesante y atrayente, lo destrozan intentando que con las ramas aparezca el rostro de una misteriosa mujer…).

A la hora de escoger el reparto, tampoco se quedaron cortos. Si poco convincente es la historia, Sandra Bullock aporta su granito de arena para que resulte aún más irrisorio todo el cotarro oscuro-inexplicable y lo dice un fan confeso de la actriz quien, sin duda, protagonizó un puñado de pelis memorables a mediados de los noventa; mientras que McMahon hace más llevadero el hecho de que su personaje esté muerto o vaya a morir, puesto que con su insipidez consigue que sea imposible sentir la menor pena por la situación. Quizá la única interpretación considerable sea la de Kate Nellingan, la memorable madre de El prícipe de las mareas, pero que tampoco cuenta con una participación demasiado estelar.

Con todo y con eso, hay que reconocer que el filme no resulta aburrido y que, si se consigue obviar todos sus elementos vergonzantes y entras en el juego de averiguar qué va a pasar a la mañana siguiente, uno puede pasar un buen rato y disfrutar con los rocambolescos giros de su desarrollo.