Truman Capote
Director: Bennett Miller
Intérpretes: Philip Seymour Hoffman (Truman Capote) / Clifton Collins Jr. (Perry Smith) / Catherine Keener (Nelle Harper Lee) / Bruce Greenwood (Jack Dunphy) / Chris Cooper (Alvin Dewey) / Bob Balaban (William Shawn) / Mark Pellegrino (Richard Hickock) / Amy Ryan (Marie Dewey) / Marshall Bell (Alcaide Krutch) / John MacLaren (Juez Roland Tate) / R.D. Reid (Roy Church) / Araby Lockhart (Dorothy Sanderson) / Adam Kimmel (Richard Avedon) / C. Ernst Harth (Lowell Lee Andrews) / Michelle Harrison (Babe Paley)
Duración: 110 minutos
Sinopsis: Biopic que relata uno de los capítulos de la vida de Truman Capote, célebre, controvertido y genial escritor de la literatura norteamericana del siglo XX. Para la realización de su libro "A Sangre Fría", Truman Capote inicia la investigación de unos [...]
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Estreno en España: 24 de Febrero de 2006
Nota I.M.D.B.: 8'1/10 (5311 votos)

CRÍTICA

Truman Capote tiene el ¿honor? de ser el último de los títulos nominados al Oscar a Mejor Película (y por ende a Mejor Director... por lo menos este año) que se estrena en nuestro país; y llega a nuestros cines cuando todas las quinielas están echadas y los premios repartidos. De modo que todos sabemos que probablemente se llevará un Oscar: el de Mejor Actor Principal. Y es que este film se ha convertido en todo un vehículo de lucimiento para uno de los mejores intérpretes de nuestros días: Philip Seymour Hoffman, de quien todo se ha dicho y que merece todas las alabanzas por una interpretación difícil como pocas en la que consigue que durante noventa minutos nadie acabe odiando a alguien tan particular (ese amaneramiento, ese tono de voz) como lo fue el escritor estadounidense.

Truman Capote ES Philip Seymour Hoffman, y eso que Truman Capote no es una biografía. Cualquiera podría pensar que ante un film con un título y un póster promocional como los de éste nos íbamos a encontrar con el típico biopic un tanto pastelero de esos de autoredención que tanto gustan a los americanos. Y es una grata sorpresa que no sea así. Truman Capote es una película que narra un periodo de tiempo en la vida de una persona, uno de esos momentos en que los astros se alinean y de repente nace algo nuevo, en este caso la novela de no-ficción. Porque este es, de forma somera, el argumento de esta película, debut en la dirección de Bennet Miller y fantástica cinta donde nada sobra y todo encaja.

En los años ’60 del pasado siglo XX, Truman Capote era un popular escritor en los E.E. U.U. Colaborador de revistas, autor de algunas preciosas novelas (la más famosa de ellas Desayuno en Tiffany’s) y asiduo a las fiestas más glamourosas, no era tomado demasiado en serio. Así, a más de uno le sorprendió el hecho de que tras leer una noticia en el periódico, quisiera escribir un reportaje de investigación. Esa noticia hablaba de cómo dos hombres habían matado a una familia en Kansas, y cómo lo habían hecho de la manera más dura y cruel. Estos asesinatos fascinaron al escritor, que poco a poco se vio inmerso en un mundo tan amplio que le llevó a decidir convertir su artículo en una novela, texto que en 1966, y tras la muerte en la horca de los dos asesinos, vería la luz con el título A Sangre Fría (y que incluso tuvo su adaptación cinematográfica en 1967).

Truman Capote dedicó muchos años de su vida a intentar averiguar las razones por las que Perry Smith y Richard Hickock (con los rostros de Clifton Collins Jr y Mark Pellegrino) asesinaron aquella noche a esa familia. Tanto tiempo dedicó a esto que acabó sacrificando sus relaciones personales, su vida, sus amigos,... Y precisamente esto es algo que la película, como tantas otras cosas, refleja con absoluta brillantez, el cómo Capote está tan absorbido por lo que él sabe será una obra maestra que descuida la relación con su novio, y con Nelle Harper Lee (autora de otra cinematográfica novela: Matar a un ruiseñor), su mejor amiga de la infancia aquí interpretada por una espléndida Catherine Keener. Y todo esto se debió a su extraña relación con uno de los presos (Perry Smith), un hombre hacia el que sentía extraños vínculos de unión, un hombre que le parecía ser el reverso de su misma moneda.

Sin embargo, la mayor grandeza de esta cinta no reside en estos hechos, sino que se concentra en la figura del escritor. El título de Miller juega a ser realista, sencillo, plano y directo, y a no posicionarse; y lo hace con colores fríos y postales de desolación invernal. Nos cuenta los hechos tal y como sucedieron (o más bien tal y como Gerald Clarke los dispuso en la obra en que se basa este Truman Capote) y se aleja de beatificación que suelen sufrir tantas personas reales cuando se convierten en personajes de cine. Truman Capote así no es un santo, un salvador. Truman Capote no busca abogados para los cautivos porque quiera salvarles, los busca porque quiere más tiempo para sonsacarles. No es sincero con ellos porque sólo busca “aprovecharse” de su situación, aunque a la vez no pueda evitar sentir que esa amistad es real, tanto como para estar con ellos a la hora de morir.

Poco más se puede decir que no sea recomendar esta fantástica película a cualquiera, no sólo a los interesados en la figura del escritor o en los títulos con más nominaciones a los Oscar. Porque Truman Capote se convierte en uno de esos ejercicios cinematográficos de espíritu sencillo y grandes interpretaciones que llenan de satisfacción a un espectador que siente cómo por un instante ha sido tocado por la grandeza de un personaje único e inigualable ante el que ninguna reivindicación sobra.