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Crítica - Match Point

Poster

'Vacía'

01/11/2005 - Por Korben Dallas

(1/5)

Match Point
Director: Woody Allen
Intérpretes: Jonathan Rhys-Meyers (Chris Wilton) / Scarlett Johansson (Nola Rice) / Emily Mortimer (Chloe Hewett Wilton) / Matthew Goode (Tom Hewett) / Brian Cox (Alec Hewett) / Penelope Wilton (Eleanor Hewett) / Ewen Bremner (Inspector Dowd) / James Nesbitt (Detective Banner) / Colin Salmon (Ian) / Rupert Penry-Jones (Henry) / Paul Kaye (Inspector)
Duración: 124 minutos
Sinopsis: Chris es una ex-estrella del tenis que se dedica a dar clases en un prestigioso club de tenis para gente de la alta sociedad. Allí conoce a Tom, un joven de familia adinerada con el que trabará amistad y que lo [...]
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Estreno 4 de Noviembre de 2005

Nota IMDB (01-11-05): 7,9/10 (270 votos)

Crítica



Woody Allen vuelve a las pantallas con esta cinta que, al igual que han hecho sus últimos trabajos, desmerece su filmografía anterior. Y es que a pesar de la buena acogida en el Festival de Venecia, esta película no supone una ruptura en la tónica crepuscular en la que el director parece sumido desde hace años.

El guión de Match Point presenta una típica historia de romance y engaño, habitual en la imaginería Alleniana, pero que no profundiza ni termina de funcionar en ningún momento. Chris (Johnathan Rhys Meyers), tenista retirado, consigue un trabajo como profesor en un exclusivo club londinense, donde conoce a Tom Hewett (Matthew Goode), que en breve se hace su amigo y le presenta a su hermana, Chloe (Emily Mortimer), con quien inicia una relación. En una fiesta familiar Chris conoce a Nola (Scarlett Johanson), la novia de Tom, que acabará convirtiéndose en su amante. Partiendo de estas premisas, el film desbarra departiéndose en una sucesión de imágenes y situaciones muchas de ellas innecesarias y que hacen que el producto final sea largo y a ratos tedioso, acusándose la falta del ritmo y la genialidad de los diálogos. Y quizá sea precisamente esta carencia, la de unos diálogos brillantes, lo que emborrone y malogre este flojo guión. Por otra parte, abandonando su ya mítico y siempre particular Nueva York, el director centra el argumento en un Londres actual, realizando así un homenaje a la ciudad que dista del que perpetrara hace una década al París de Todos dicen I Love You, aún estando sustentado en una buena fotografía. Así mismo, la temporalidad del argumento no ayuda al espectador a centrarse y a introducirse en el film, produciéndose constantemente saltos sustanciales en las vidas de los personajes sin que lleguemos a darnos cuenta de cuál es el ritmo ni de sus devenires, ni de la película en sí misma.

En cuanto a los actores se refiere, ni Scarlett Johanson ni Johnathan Rhys Meyers están a la altura de sus personajes: sus interpretaciones son vacías, lasitas, apreciándose una insuficiencia de naturalidad que sí está presente en el resto del reparto (sobre todo en Emily Mortimer) y que podríamos considerar como otro de los pilares del cine de Allen. El personaje de Nola, en varias ocasiones descrito por los coprotagonistas como “mujer fatal”, se debate entre una pose de chica mala e histérica sin llegar a producir emociones reales al espectador, ni a hacer verosímil su tragedia particular. Por otro lado, Chris parece afrontar el temporal de dos horas (largas) de metraje sin pena ni gloria, simplemente estando, la mayor parte del tiempo poniendo morritos. Ni seduce, ni da pena, ni produce una triste sonrisa. Solo está. A lo largo de la casi cincuentenaria carrera de Woody Allen, muchos actores se han enfrentado a “esos” personajes que todos interpretamos como una especie de “alter ego” del mismo Allen, y probablemente sea Johnathan Rhys Meyers el que peor parado salga de esta lista.

En conclusión, podemos decir que Match Point es una película vacía, dispersa, que toma muchos golpes de efecto de otros filmes del propio Allen (escenas calcadas, como el encuentro de Chris y Nola en la puerta de Ralph Lauren, idéntica a la mítica secuencia en la que Michael Caine persigue a Barbara Hershey en Hanna y sus Hermanas) y que pierde fuste devaneándose en planos propios de un catálogo de Ikea o un anuncio de Calvin Klein (la escena en la que Chris y Nola hacen el amor en el campo puede parecer formalmente bellísima, pero narrativamente absurda), sustentada en unos actores deficientes y que toma un poco de empuje del trabajo de los secundarios, y de un final llamativo y prometedor, (que también recuerda a Delitos y Faltas, por supuesto sin el dramatismo y la trascendencia de esta obra maestra) que no son suficientes para sacarla a flote.

 

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