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Crítica - Una Historia del Bronx

Poster

'Historia de una realidad'

20/09/2005 - Por Heku

(4/5)

Bandas callejeras, matones, mafias, juego y negocios turbios. 1960, el Bronx, Nueva York.

"Una historia del Bronx" nos cuenta una historia muy personal, nos cuenta como un crio de nueve años se gana la confianza de un capo local de la mafia y se convierte en su protegido y casi su brazo derecho. Nos encontramos antes un panorama conocido: bandas italoamericanas que dominan zonas de la ciudad, en este caso un barrio del Bronx, con el que siempre existen conflictos raciales con los barrios de comunidades de negros. Una realidad social que nos es familiar, todos hemos visto El Padrino o Los Intocables de Elliot Ness, conocemos como funcionan las antiguas mafias. Pero en este caso nos lo muestran de una forma mucho más íntima, más humana. Es decir, la película nos muestra las bandas locales sin mitificar al capo.

En El Padrino, Vito Corleone era un extorsionador, monopolista y un criminal, al igual que Michael, pero su imagen aparecía mitificada, como si realmente la ley estuviera al margen de ellos. Sin embargo, en este film nos muestran como estos mafiosos, de menor embergadura, no son hombres buenos, es más, se les llega a tachar de malos, de criminales. Pero tampoco se los demoniza, se les muestra tal y como son. Esto ayuda a comprender el por qué Calogero, un niño de nueve años no es capaz de discernir la realidad, lo bueno de lo malo, y de como su padre, Lorenzo (De Niro) se esfuerza en ayudarle a comprender que el camino correcto no es el de la mafia.

De Niro hace un papel secundario muy correcto, no es especialmente dramático, es un honrado conductor de autobus que saca a su familia, rechazando favores y regalos poco limpios, a raiz de que su joven hijo se acerque a la mafia local. Es realmente dificil ver a De Niro pasar de hacer El Cabo del Miedo en el 91, siendo Max Caddy, un aterrador ex-convicto, a ser Lorenzo, un trabajador y honrado italiano que trata de educar a su hijo sin privarle de nada. Realmente es un actor maravilloso. No fué nominado por su papel a ningún premio relevante, y teniendo en cuenta que el Oscar de ese año al mejor secundario se lo llevó Tommy Lee Jones por el Fugitivo, deja un muy mal sabor de boca.

Las películas conducidas por niños, suelen aportar ese toque de inocencia que humaniza a los seres más crueles, como en este caso el capo del barrio, un hombre muy respetado por todo el mundo, pero no por ser un buen hombre, sino porque es él quien mueve el dinero, quien tiene las pistolas y quien mantiene el crimen callejero a raya en su barrio. Es un hombre muy sensato y que siempre tratará de enseñar al joven Calogero que la violencia no es siempre un buen método.

La película tiene un ritmo constante, nunca hay escenas pesadas o aburridas, siempre apetece seguir viendo como un pequeño muchacho se gana el favor de un gangster. Todos los actores están muy correctos, siempre encuadrando bien sus personajes, desde los jóvenes pandilleros hasta los matones de la banda de Sonny, creando un ambiente que nos es familiar: el NY de los sesenta.

Otro detalle que me ha gustado mucho ha sido la música, desde Sinatra hasta Hendrix con mucho jazz por medio, hacen ganar vitalidad a la película, y de nuevo mejora una gran ambientación. La música te guia en cada situación, en cada estilo de la ciudad, en cada barrio.

En definitiva, esta no es la típica película de mafiosos, ni de gangsters, sino una historia de una realidad, de un momento de la historia de NY y de la comunidad italoamericana. Una historia del Bronx.

8/10

 

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