El cambio tranquilo

Entre las películas que conforman ese subgénero que son las invasiones extraterrestres, minoría son las que optan por un punto de vista más sosegado, dejan a un lado el lado el terreno belicoso, quizás mas directo y primario y optan por situarse en los márgenes de géneros tan amplios como el drama, el thriller o la cinta en clave de suspense, La invasión de los ladrones de cuerpos es una de las mas representativas de estas últimas, encontrándonos con una de las películas más sugerentes e interesantes de la serie B norteamericana.

Todo comienza con la llegada de un hombre, el Dr Miles, sucio, cansado e histérico a una comisaría de Los Angeles, en ella empieza a narrar los terribles sucesos acaecidos en Santa Mira una pequeña población rural donde ejerce de medico.La cinta introduce rápidamente al espectador en la trama gracias a este vibrante comienzo, a partir de allí toda la historia será un largo flashback donde empezaremos a ver primero como la conducta de los vecinos cambia radicalmente , niños que no reconocen a su madre, restaurantes vacíos, sobrinas que extrañan a su anciano tío, narrada en voz en off por el Dr Miles, la historia irá cogiendo intensidad conforme la "normalidad" se vaya haciendo general en Santa Mira.

Lo que más llama la atención de esta extraordinaria película es la planificación de prácticamente la totalidad de las secuencias, lo que hace que la cinta mantenga una envidiable vitalidad aún habiendo pasado ya casi 50 años de su estreno, de entre todas esas secuencias hay un trío a destacar, como son las rodadas en casa de Jack con el cuerpo en la mesa de billar, la del invernadero en casa del Dr Miles y la escena de este con Becky al final de la cinta cuando todo parece perderse para siempre, Siegel consigue imprimir mas fuerza a los fotogramas dotando de una relativa cotidianeidad a todos los actos en los que se ven envueltos los protagonistas, por otro lado la relativa calma con la que se mueve la ciudad provoca un mayor desasosiego en los que desde fuera vemos como si fueramos Miles y Becky el tan temido cambio tranquilo.

A todo eso ayuda además la gran interpretación del por otro lado muy reivindicable Kevin McCarthy que soporta todo el peso de la trama y consigue plasmar a la perfección la locura de un hombre perseguido por toda una comunidad que hasta hace unos días resultaba idílica y también la magnífica fotografía de Ellsworth Fredericks que acentúa el magnífico uso de las luces y sombras.

Pero la autentica lectura que se desprende de la cinta, es la de luchar contra una sociedad deshumanizada, la invasión de Santa Mira pretende acabar con todo síntoma de emoción, pretende la desaparición del amor y por lo tanto de la belleza, es contra ello por lo que el Dr Miles y su pareja Becky tratan de huir, en verdad es mejor morir que simplemente vivir, esta visión como digo más moderna que actual permite que la película hoy por hoy mantenga una frescura que ya quisieran para sí muchos de los estrenos que rellenan la cartelera cada fin de semana. En definitiva y por encima de cualquier consideración política anticomunista que impregnó gran parte del cine de su época, estamos ante una obra inmortal y una verdadera demostración de clase cinematográfica.