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Crítica - Ray

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'Una buena película biográfica'

09/06/2005 - Por morneo

(3/5)

Cuando Ray Charles falleció en Junio de 2004, ascendió a un nivel más alto que una celebridad, se convirtió en una institución. Sin duda mereció llegar tan alto e incluso disfrutó de su fama, pero la estima y el reconocimiento universal no es siempre una bendición para un artista. Muchas de las canciones de Charles se nos hacen familiares y conocidas, aún siendo un artista lejano de nuestro país y cantando un idioma como el inglés que no está al alcance de muchos.

Este “Ray” es una biografía dirigida por Taylor Hackford (Sangre por sangre, Prueba de vida, Dolores Claiborne), pareciendo tal vez algo atípico que un director blanco dirija la biografía de un hombre de color, aunque ese hecho ya se repitió con una anterior biografía, “Ali”, protagonizada por Will Smith y dirigida por Michael Mann. Hackford sabe recoger la época y la música, el R&B (Rithmyn and Blues) de los éxitos de Charles a mediados de los 50, sus incursiones en la música Gospel o la música Country de principios de los 60. Es curioso observar como uno de sus más grandes éxitos, “Hit the Road Jack” surge casi espontáneamente de una discusión entre amantes en la habitación de un hotel, es decir Ray (Jaime Foxx) y Margie Hendrick (Regina King), una de las cantantes del coro.



“Ray” tiene éxito en su estilo biográfico, tan cercano a los hechos y circunstancias, ya que presenta un relato lleno de vitalidad y siendo convincente con la vida que llevó este artista. Claro que en ocasiones suele caer en los convencionalismos que arrastran muchas de estas biografías tan noveladas, ya que resulta demasiado rígida en muchos aspectos, provocando a veces cierta pesadez o una excesiva reiteración en ciertos hechos o situaciones de la vida de Ray. El guión de Hackford y James L. White se aparta del sentimentalismo o de una excesiva perfilación psicológica de la vida de Ray, dándonos a un personaje variado, sencillo de entender, con complejidades que resultan fácilmente asimilables. Vemos en Ray como ocasionalmente sufre destellos en su memoria y recuerdos que le hacen recordar los traumas sufridos por la muerte de su hermano menor y su propia ceguera y no huye de su condición de mujeriego o a la de ser adicto a la heroína, su única preocupación e interés es la música.

Aunque Hackford nos ofrece la vida de Ray, contando su difícil infancia o sus problemas matrimoniales, nos sentimos más interesados en la vida artística de Ray Charles, de cómo grababa sus discos, como iba ascendiendo, de sus vicisitudes en las giras, de esa forma de juntar toda esa música que surgió en el Estados Unidos de la posguerra, mezclándola a veces de manera transgresora, pero creando un nuevo ritmo que atraía a todo el mundo, blancos y negros. Hackford teje hábilmente esos momentos, dándoles el esplendor que merecen, realizando un montaje correcto donde apreciamos mejor la vida de Ray.

Pero lo que hace que “Ray” funcione satisfactoriamente es la actuación intuitiva, inventiva, desbordante y con gran inteligencia que ejerce Jamie Foxx. Viendo sus anteriores películas, no nos podíamos imaginar que hiciera tal interpretación a tan gran nivel. Foxx domina con una perfección casi increíble todos los movimientos y gestos de Ray, como el balanceo de su cojera, su risa boquiabierta o su inclinación de cabeza, además del estilo con el que habla (recomendable ver la película en versión original), que suena a veces como si estuviera cantando. Pero hay mucho más que una simple imitación. En su anterior mejor trabajo como Drew ‘Bundini’ Brown en “Ali” o también como el joven quaterback en “Un Domingo cualquiera”, Jamie Foxx ha mostrado una mezcla intrigante de vitalidad, alarde y sensibilidad, y el reconocimiento de esas cualidades son la clave del funcionamiento de su personaje de “Ray”. No ves en Foxx a alguien que pretende ser Ray Charles, sino a alguien que lo entiende perfectamente, comunicándonos toda su interpretación en cada palabra y gesto sin aparentar apenas esfuerzo.



Durante la película vemos la popularidad de la cultura afro americana en una época de segregación racial y vemos también la tremenda competencia que existe en el negocio de la música. Además de genio musical, vemos en Ray a un agudo hombre de negocios. Su experiencia le curtió, siendo alguien en momentos despiadado, muy tenaz, desprendiendo gran inteligencia y sabiendo encontrar a los que quieren engañarle aprovechándose de su ceguera. Esos rasgos son algo sorpresivos, cualquier profano de la vida de Ray Charles se verá asombrado por la perspicacia de este hombre ciego.

Siendo una película que trata sobre un drama biográfico, en muchos momentos nos olvidamos de todo lo que hay detrás de la vida de Ray y la interpretación de Foxx. Uno de los aspectos más destacados es el sonido (sabiamente premiado con un Oscar), un elemento que un personaje ciego como Ray debe explotar al máximo y la película lo hace, con momentos llenos de una nitidez sonora asombrosa, como cuando escucha a un colibrí en la ventana o como cuando es niño y su atención se dirige hacia a cualquier sonido. Como era de suponer, el funcionamiento musical es excelente y en muchas ocasiones escuchamos al verdadero Ray Charles interpretando sus propias canciones. Todo esto junto con un exquisito vestuario, una adecuada ambientación y unas interpretaciones secundarias a un buen nivel, hace de “Ray” una buena película biográfica, tal vez excesivamente pesada, con un argumento en momentos un poco recurrente, que el espectador más avezado sabe como va a acontecer, pero eso no es obstáculo para observar una de las mejores interpretaciones de los últimos años.

 

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