No a la guerra

Dentro de la primera etapa como cineasta de Brian De Palma, nos podemos encontrar títulos tan agradecidos como energéticos como Hola Mamá o este anterior Greetings también conocido aquí como Saludos.

Que De Palma siempre ha sido un director (re)conocido por sus influencias, que dicho sea de paso todos las tienen aunque quizás no lo demuestren tanto, es sabido por todos, que su máxima influencia es el cine de Hitchcock también, aunque viendo esta dislocada comedia que es Greetings pocos lo dirían, aquí las influencias son mas el free cinema, el cine de John Cassavetes, padre del indie americano, y por que no también la Nouvelle Vague, la historia de tres amigos a los que solo vemos juntos durante el primer tercio de la película, uno obsesionado con las conspiraciones en especial con la del asesinato de Kennedy, otro más preocupado por encontrar citas, y el último un mirón al que le gusta observar a las mujeres en sus momentos íntimos, como marco de toda la trama, la Guerra de Vietnam de la cual los tres amigos tratan de librarse.

De Palma opta por utilizar cualquier recurso narrativo a su alcance, no se ciñe a ningún estilo en concreto, más cerca como decimos del nuevo cine americano, se atreve a dividir su película por capítulos aleatorios, inserta algún rotulo en medio de la acción, manipula recursos propios del cine cómico mudo, usa la televisión como instrumento de cultura pop cínico y a la vez mensajero de que la guerra es cierta y está allí, admite De Palma, incluso que algún personaje se dirija en primera persona a la cámara de modo casual, todo ello le permite jugar con la narración, logrando sobre todo al inicio de la película, donde más se nota la influencia de Cassavetes, momentos verdaderamente libres donde la anécdota se convierte en historia, pero a medida que avanza el relato y se va centrando en cada uno de los personajes se nota que De Palma no dispone de la misma habilidad en los textos, ni en el reflejo de una determinada textura, el espíritu aparentemente burlón de toda la cinta, solo provoca un mayor tedio y distanciamiento por la arritmia de determinadas secuencias que solo logra desaparecer en su divertida y corrosiva secuencia final.

Por otro lado otra cosa que llama poderosamente la atención es el aire contestatario que desprende toda la cinta, que comienza con un discurso del presidente americano Lyndon B. Johnson, donde hace gala del patriotismo trasnochado que tristemente todavía se practica en algún sector de los USA, y que durante el desarrollo de la película hace más comprensible la actitud de los distintos protagonistas.

Se trata así pues de una obra al menos curiosa y de gran vitalidad, un ejemplo de lo que deberían ser las ganas de un director primerizo que demuestra muchísima pasión en la gestación de su obra, De Palma había visto mucho cine al rodar esta su segunda película y sus ganas y su pasión provocan los mayores logros y los mayores fracasos de esta cinta.

6/10