El género bélico normalmente va asociado a un soldado y su fusil, a un campo de batalla y una misión concreta que realizar, pero Das Boot es totalmente diferente a lo visto anteriormente, el punto de vista del enemigo, el odiado soldado alemán, desde una perspectiva poco habitual, un submarino.
La guerra submarina siempre fue extraordinariamente dura. En un principio, se sujetó a las reglas previstas en las convenciones internacionales, pero con el paso del tiempo se dio a los submarinos alemanes la instrucción de que no debían rescatar a las tripulaciones de los barcos hundidos. De 41.000 tripulantes de los submarinos alemanes, 28.000 perdieron la vida en el océano.

Lo más increible de esta película es la manera de rodar de Petersen, de como se mete en un espacio reducido, mínimo y consigue siempre encontrar el plano perfecto, la situación adecuada, ver la expresión más sufrida de cada tripulante y de dar un realismo muy efectivo.
A veces uno se imagina a Petersen cámara en mano corriendo por el submarino, pero sus tomas tienen un equilibrio perfecto, una estabilidad que asombra, posiblemente una de las mejores demostraciones de como rodar una película, simplemente asombrosa.
No sólo ha hecho malabarismos con la cámara, sino que consigue transmitir de un modo extraordinario las sensaciones y miedos de los marineros del submarino.
El guión no ofrece una complicada trama con tecnicismos submarinísticos, sino que la plantea de una manera que no es complicada por el público en general, vemos que son gente normal, soldados que intentan no pensar en la guerra, y nos sentimos identificados por ese joven Teniente, que con su cámara fotografía en un principio lo que imaginaba él como un viaje de placer y luego se integra con los demás, siendo también parte del submarino.

Das Boot se puede considerar casi como una obra de suspense, claustrofóbica a veces, ya que en los momentos que el submarino sufre las cargas de profundidad, te invade la tensión y la enorme presión que sufren los marineros y la embarcación.
Montar esta película ha debido de ser una tarea costosa, juntar cada plano y seguidamente dar con el adecuado, es digno de alabar y se agradece esa nueva versión del director, no haciéndose pesada su duración a pesar de las casi cuatro horas de metraje y claro está, los efectos de sonido, un sonido terrorífico y con un silencio sobreacogedor, dentro de una realización técnica muy detallada , sobresaliendo el submarino y la espectacularidad de las tomas en superficie.
El cine europeo, en este caso alemán, es mejor en mostrar el dramatismo de la Segunda Guerra Mundial. No es una película de héroes, es de unos hombres que luchan por sobrevivir dentro de un espacio tan reducido, de sus relaciones personales y del profundo respeto que se tenían unos con otros.
Petersen logra que nos de igual si son alemanes o los aliados, queremos que siempre salgan vivos de cualquier situación y sentimos muy de cerca a estos soldados, que saben que su muerte es más probable en el submarino y que cada ataque lo sufren como si fuera a ser el último, me transmite sobretodo tensión, de un modo que ninguna otra película lo ha conseguido y consigue meterte de lleno en la historia .

Hablando de las actuaciones, Jurgen Pröchnow da una autenticidad al capitán del submarino muy buena y ninguno de los restantes personajes defrauda, es más, sus expresiones son de un realismo muy grande.
Sin duda es la mejor película de submarinos y posiblemente una de las mejores dramas bélicos de la historia del cine, y es una lástima que un director como Wolfgang Petersen, que ha demostrado talento rodando esta película, no nos haya ofrecido después algo que se aproxime a lo realizado, aunque pienso que es difícil hacer algo mejor.