Vivir sin Nosotros
Director: David Färdmar
Intérpretes: Björn Elgerd (Adrian) / Jonathan Andersson (Hampus) / Micki Stoltt (Rasmus) / Nemanja Stojanovic (Julian) / Victor Iván (Jack) / Melker Wernberg (Léon) / Shirin Golchin (Helena) / Michaela Thorsén (A-K) / Lisbeth Johansson (Camarera) / Maria Hedborg (Enfermera) / William-Patrik Molvén (Modelo) / Daniel Långelid (Papá)
Duración: 104 minutos
Sinopsis: Una joven pareja afronta su ruptura. Para Hampus es un alivio romper con su autodestructiva relación, mientras que Adrian está devastado y desconsolado. ¿Podrá Adrian podrá sobrevivir sin el amor de su vida?, ¿Existe alguna posible manera de recuperar al amor [...]
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Estreno 21 de Mayo de 2021

CRÍTICA

Como si de una especie de terapia se tratara, el director sueco David Färdmar que sufrió él mismo lo que sucede en la película, afronta la ruptura de una relación desde el punto de vista del “después”. Qué sucede después con ambas personas, en el desenlace de una pareja homosexual.

En algunos aspectos, nos recuerda a aquella maravillosa película de Abdellatif Kechiche, La Vida de Adèle. Pero lo cierto es que hay mucha distancia entre una película y otra, y aunque las intenciones son bastante buenas, Vivir se ahoga muy frecuentemente en su propio discurso amoroso y emotivo, y no es por una plausible ambición de contar un relato de despedida de manera formalmente aceptable, sino quizás por la inexperiencia a la hora de enfocar el tema sin aires de solemnidad o con mayor naturalidad.

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Un primer plano de ambos sentados en la cama, sin mirarse, y con una ambientación blanca y clara, ya nos inicia de manera bastante brillante en la historia. Nos explicar que la rutina o la toxicidad ha penetrado en la relación con la intención de arrasarlo todo, y ante esta perspectiva surge la ruptura sentimental (sellada con un “te quiero, pero ya no hay un nosotros”) y con ella las nuevas vidas en paralelo de ambos, que en el desarrollo de la película comprobaremos que en bastantes momentos convergen de manera inevitable, al margen de la recién estrenada individualidad como personas.

Färdmar gusta de mostrar unos diálogos sencillos, pero importantes, alejados de la excesiva trascendencia, pero con la intención de que queden subrayados. El sexo (tan importante en esta película) está narrado con naturalidad y con belleza, así como los planos transparentes y lúcidos, en los que sus miradas, aunque esquivas, tienden a encontrarse. Todo un conjunto de elementos que hacen de esta película, un producto entretenido, y una historia agradable de conocer.

No termina de despegar en un plano de mayor nivel y nunca termina de deslumbrar, pero supone una ópera prima meritoria y con visos de estar quizás a ante un cineasta a seguir.



@sergio_roma