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Crítica - Primavera, Verano, Otoño, Invierno... y Primavera

Poster

'Merece al menos un visionado'

25/08/2004 - Por delbruck

(3/5)

Dirección: Ki-duk Kim
Producción: Karl Baumgartner / Seung-jae Lee
Guión: Ki-duk Kim
Intérpretes: Yeong-su Oh (Monje anciano), Ki-duk Kim (Monje adulto), Young-min Kim (Monje joven), Jae-kyeong Seo (Monje niño), Yeo-jin Ha (Chica)


Estreno España: 10/Sep/2004



Sinopsis:


Historia dividida en cuatro episodios que siguen otros tantos momentos en la vida de un hombre, desde su niñez como aprendiz de un monje anciano (prodigiosa interpretación del veterano Oh Yeong-Su) hasta su edad adulta.





Crítica:


Desde que tuve las primeras referencias sobre el último trabajo del controvertido director Coreano Kim Ki-Duk he tenido ganas de ver esta película. ¿Ha merecido la pena la espera? pues si y no. Si porque el trabajo es de gran belleza y la historia tiene bastante profundidad. No porque o te gusta el cine oriental y eres un "iniciado" en su visionado o la lentitud de la cinta acabará con tu paciencia. Pasemos a analizar un poco estas conclusiones.

Comparto con jiXo, que tuvo la oportunidad de ver la cinta cuando se proyecto en el BAFF (noticia), la opinión sobre la belleza de la película, su excelente fotografía, sus buenas interpretaciones, destacando la del anciano maestro Yeong-su Oh. Pero es excesiva la obsesión por los planos largos sobre objetos inanimados, las escenas de meditación (del propio director) en las cuales cierto tipo de espectadores se aburrirá de forma soberana.

Superado el obstáculo de la lentitud, derivado en gran medida por el carácter y la cultura oriental, podremos disfrutar de una excelente película, que sorprenderá a más de uno, por su humor, su crudeza y su moraleja. El director y guionista que en este caso se aleja de la temática de sus anteriores trabajos, mucho más crudos y dramáticos, logra plasmar en 103 minutos el ciclo de la vida, siguiendo las estaciones del año, a lo largo de la vida de dos personas.

El guión es sencillo y predecible, pero te mantiene pegado a la pantalla esperando el siguiente capítulo. La constante sucesión de planos panorámicos de enorme belleza no dejan a la película adquirir ritmo alguno, pero le dan un carácter de fábula, de cuento de hadas que nos envuelve durante todo el metraje.

Antes de dar una opinión final he de destacar la belleza de las localizaciones del film. La totalidad de la película se desarrolla en un lago, en cuyo centro flota un monasterio, que solo es accesible mediante una barca (que parece tener vida propia y acata las ordenes del sabio maestro). Los reflejos en el agua, el bosque que rodea el lago, los colores de las estaciones... todo conforma un marco incomparable que cautiva al espectador. Especial mención para la escena de la talla en la madera del suelo del templo (que podéis ver en el cartel original que hemos puesto al comienzo de la preview).




En definitiva, nos encontramos ante una buena película, del ya afamado Ki-Duk, que por su estética, por su mensaje y por sus interpretaciones merece al menos un visionado. Tampoco hay muchas cosas mejores que ver ¿o si?

 

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