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Crítica - El Hilo Invisible

Poster

'El hilo fantasma'

05/02/2018 - Por Álvaro de Paz

(5/5)

El Hilo Invisible
Director: Paul Thomas Anderson
Intérpretes: Daniel Day-Lewis (Reynolds Woodcock) / Lesley Manville (Cyril) / Camilla Rutherford (Johanna) / Vicky Krieps (Alma) / Bern Collaco (Bailarina) / Richard Graham (George Riley) / Jane Perry (Mrs. Vaughan) / Pip Phillips (La chica de Rubio) / Ingrid Sophie Schram (Ingrid) / Sarah Lamesch (Steff) / Kelly Schembri (Bailarina) / Lujza Richter (Princesa Mona Braganza) / Dave Simon (Invitado en el Chelsea Arts club) / Sue Clark (Biddy) / Joan Brown (Nana)
Duración: 130 minutos
Sinopsis: Visión de los entresijos del mundo de la moda a través de Reynolds Woodcock, un prestigioso modisto que, en el Londres de los años 1950s, trabaja para la alta sociedad y la familia real. Reynolds lleva The House of Woodcock, su [...]
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Estreno 2 de Febrero de 2018

CRÍTICA



El Hilo Invisible” es la traducción hispana, el título original es “The Phantom Thread”. Cuando hará unos dos años se anunció en prensa que volvían a unir sus caminos dos amigos como se consideran ellos actor-director me puse nervioso.
Me puse nervioso porque el que se pone detrás de la cámara es un tipo (que te guste su cine o no) es de esos profesionales que dignifican el medio para el que trabajan porque lo respetan y lo aman; cosa que se ve en el acabado impoluto de su filmografía- un collar de brillantes perlas que lucirían perfectas en el cuello de una de las ínclitas mujeres a las que viste Reynolds Woodcock.


(Más imágenes en su galería)



PTA como se le conoce en la industria al Paul Thomas Anderson (AKA Matrix) es un señor cineasta de los pies a la cabeza. Aquí engrandece la sombra perfilada de Alfred Hitchcock asomando su barrigota en cada esquina. Los cuajados pozos negros de petróleo llenos de avaricia y ambición fueron su particular Ciudadano Kane, así como Magnolia (1999) el homenaje a Vidas Cruzadas que le debía a su mentor Robert Altman.

En su cine los actores surgen de la oscuridad como vampiros, todos hacen un viaje interior a las miserias humanas a lo largo de la historia del hombre.
El otro día le preguntaron en una entrevista porque solo hacia películas ambientadas en otra época, a lo que respondió: ¿Por qué debería hacerlas ahora, para sacar a gente hablando con un teléfono móvil?
No hay puntada sin hilo en este fantasmal tour hacia el corazón de dos personas que se encuentran, se fascinan, se odian y se necesitan.
La vertiente por donde son obligados a caminar estos dos personajes es la montaña mágica a la que nos enfrentamos día a día. Pasó así en los tiempos antiguos, en el medievo y en los 50 en esta recatada Inglaterra de la jet set.
Camarera- Modisto estrella, da igual… todos: Reyes o plebeyos- nos tenemos que sentar para hacer nuestras necesidades como el Casanova de Albert Serra, así que quítate que me toca a mi…

La tristeza vino para quedarse, dijo su actor protagonista (el actor por el que me dedico a este cómico oficio) y no se va…
Woodcock es Daniel Day-Lewis y viceversa. Si quitamos el concepto de la moda y ponemos el cinematográfico estaríamos hablando de prácticamente la misma persona. Compulsiva, enfermiza hasta el extremo, metódica, perfeccionista e insoportable es lo que debe ser este buen señor cuando está dentro de uno de sus viajes sin motor hacia una nueva creación (bendita la mujer que le aguanta)
Cuestiones a parte de cómo encara sus procesos mentales e interpretativos y con el antecedente de que ya se haya marchado otras veces de esto.
Su marcha, lejana, corta o perenne es una desgracia.
Mas dentro de esta espiral de cine comercial e infantil que reina en la cartelera mundial.
Un artista como este nace cada mucho y Daniel Day-Lewis lo es. Una persona que no sabe discernir entre su vida y la del personaje es un regalo al mundo entero cada vez que decide ponerse delante de una cámara, absteniéndonos de criticar su metodología o su manera tan particular y extrema de hacer las cosas es para que el técnico ordene bajar el telón y darle una larga ovación cerrada por sus servicios prestados como un veterano de guerra, por estar en la vanguardia entre tanta batalla librada entre su tormentosa mente y la clarividad de su día a día.

De nuevo ese binomio entre locura y razón a la que todos en nuestro interior nos enfrentamos casi a diario… bueno, al menos este hombre lo escupe dentro de este afanado oficio.
Gracias amigo, te digo amigo no porque lo sea como orgullosamente PTA habla de ti en las entrevistas, te lo digo por todo lo que me has dado.

Espero que tus detractores te odien si dentro de cinco años te va a buscar algún cineasta a tu zapatería escondida, los demás simplemente esperaremos a ir al cine de nuevo a saludarte.

 

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