Al Encuentro de Mr. Banks
Director: John Lee Hancock
Intérpretes: Emma Thompson (P.L. Travers) / Tom Hanks (Walt Disney) / Annie Rose Buckley (Ginty) / Colin Farrell [I] (Travers Robert Goff) / Ruth Wilson (Margaret Goff) / Paul Giamatti (Ralph) / Bradley Whitford (Don DaGradi) / Jason Schwartzman (Richard Sherman) / B.J. Novak (Robert Sherman) / Kathy Baker (Tommie) / Rachel Griffiths (Tía Ellie) / Lily Bigham (Biddy) / Melanie Paxson (Dolly) / Andy McPhee (Mr. Belhatchett) / Ronan Vibert (Diarmuid Russell)
Duración: 125 minutos
Sinopsis: La escritora P.L. Travers viaja a Hollywood para colaborar en la adaptación de su novela más conocida, Mary Poppins. Ha sido un largo proceso de más de 20 años en los que Walt Disney ha luchado por convencerla de que le [...]
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Estreno 31 de Enero de 2014

CRÍTICA

No es nuevo que Hollywood decida recuperar la figura de algún director, actor o actriz o retratar cómo fue el rodaje de determinada de película para acercarlo a las nuevas generaciones o simplemente para hacer caja. Desde Ed Wood o Hitchcock hasta La Sombra del Vampiro o El Aviador y pasando incluso por TV-movies como RKO 281 o The Girl. En esta ocasión Disney ha decidido contarnos cómo se gestó uno de sus mayores éxitos tanto a nivel de crítica como de público, Mary Poppins.

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Al Encuentro de Mr. Banks puede decepcionar a más de uno si van con la idea, equivocada, de encontrarse con una película que profundice en la creación de la película sobre la niñera mágica, pues si bien dicho proceso ocupa parte del metraje del film, la verdadera protagonista de la historia es P.L. Travers, la escritora que dio vida en sus libros a Mary Poppins y a la que Walt Disney persiguió durante 20 años para que le vendiese los derechos para poder adaptar sus obras, y que mediante un magnífico desarrollo en paralelo a la pre-producción del clásico film vamos descubriendo las vivencias de su infancia que después le servirían de inspiración para escribir el personaje que le daría la fama.

Desde la aparición de las primeras noticias sobre el film, parecía que esta podría ser una de esas películas que estarían en todos los premios de la temporada pero que finalmente se ha visto relegada a un más que segundo plano, lo que podría hacernos dudar de su calidad, pero nada más lejos de la realidad, John Lee Hancock vuelve a apostar por una historia real (ya lo hizo en El Álamo y en The Blind side (Un sueño posible)) para llevarla a la gran pantalla y como en su anterior film, que consiguió colocar en las nominaciones a mejor película en los Oscar y por el que Sandra Bullock recibió su primera estatuilla, lo hace con una puesta formal que, adaptándose a la historia, rezuma cine clásico por cada fotograma. También como en The Blind side (Un sueño posible) y en la gran mayoría de películas Disney de la historia, Hancock, nos sirve el producto con algunos kilos más de azúcar de los que muchos críticos y espectadores estarán dispuestos a soportar, pero que a un servidor no le molestan e incluso emocionan en la parte final del film.

Además de la notable dirección del texano, la película se sustenta en una maravillosa Emma Thompson que consigue hacer que el público acabe amando y emocionándose con la repelente Miss Travers, además de ser suyos los mejores momentos cómicos del film. Un papel de señora inglesa irónica, incisiva y con muy mala leche que Thompson resuelve de manera brillante y que una vez vista se hace imposible creer que no haya sido nominada a los Oscar y sí lo esté la sobreactuada y agotadora actuación de Meryl Streep. Y más cuando durante los títulos de crédito podemos escuchar las grabaciones originales que tuvieron lugar durante la pre-producción de Mary Poppins y descubrimos que es realmente complicado diferenciar la voz original de la escritora de la de la propia Thompson. Tom Hanks, aunque relegado a un segundo plano, no por su actuación sino por la importancia de su personaje en la trama, construye un magnífico Walt Disney que, al margen de la fidelidad o no al personaje real, consigue que el espectador esté deseando que vuelva a aparecer en pantalla y que nos invite a seguir soñando.

Podríamos decir que la película habla sobre la redención y la búsqueda de perdón pero quizás sería darle más importancia y profundidad de la que el propio film busca. Estamos ante un producto que si bien no tiene momentos excelentes, sí que mantiene durante todo su metraje un nivel notable, es un regalo técnicamente precioso, que traslada al que lo descubra al Hollywood de los años 60 y busca, a veces descaradamente, emocionar al espectador y que en su mayor parte acaba consiguiéndolo, sin renunciar en ningún momento al entretenimiento.