Abraham Lincoln: Cazador de vampiros
Director: Timur Bekmambetov
Intérpretes: Benjamin Walker (Abraham Lincoln) / Dominic Cooper (Henry Sturgess) / Anthony Mackie (Will Johnson) / Mary Elizabeth Winstead (Mary Todd Lincoln) / Rufus Sewell (Adam) / Marton Csokas (Jack Barts) / Jimmi Simpson (Joshua Speed) / Alan Tudyk (Stephen A. Douglas) / Erin Wasson (Vadoma) / Joseph Mawle (Thomas Lincoln) / Robin McLeavy (Nancy Lincoln) / John Rothman (Jefferson Davis) / Jaqueline Fleming (Harriet Tubman) / Frank Brennan (Senador Jeb Nolan) / Cameron M. Brown (Willie Lincoln) / Lux Haney-Jardine (Joven Abraham Lincoln)
Duración: 105 minutos
Sinopsis: Abraham Lincoln fue uno de los más importantes presidentes americanos, pero la historia que todos conocemos sobre él no es real. Detrás de las bambalinas de su ascenso político, de su lucha contra la esclavitud y de la Guerra de Secesión [...]
Lea más en su ficha

Estreno en España: 31 de Agosto de 2012

CRÍTICA

No hace falta tener mucha imaginación para ya desde el título saber lo que trata de ofrecer esta película. Abraham Lincoln: personaje histórico. Cazador de vampiros: la historia se la pasa el guionista por el forro. Debe ser que al bueno de Seth Grahame-Smith – guionista y autor de la novela en que se basa esta extraña mezcla- le parecía que la vida de Abraham Lincoln no era lo suficientemente interesante y decidió adornarla con los muchachos de los colmillos que tan de moda están en los últimos años tanto en cine y literatura como en series de televisión. Si a eso le añadimos al director kazajo Timur Bekmambetov, con experiencia en vampiros rusos en Guardianes de la Noche y Guardianes del día, y a Tim Burton en la producción – y aprovechando para fichar al guionista para la secuela de Bitelchus- el resultado refleja que si queremos ver algo de historia seria nos tendremos que esperar hasta el invierno para ver la versión más fiel del retratado a cargo de Steven Spielberg y Daniel Day-Lewis.

(Más imágenes en su galería

Ya puestos a saltarnos los hechos históricos, el guionista debió pensar en llevar todo un paso más allá y de paso dar un concepto nuevo a lo que a estas alturas todos sabemos de los vampiros. De esta forma, el bueno de Abe se las tiene que ver con vampiros diurnos cuya única protección para los más sensibles son unas escuetas gafas de sol. ¿Las estacas en el corazón? Tampoco. La única madera necesaria es la que forma el mango del hacha elegida por el que sería presidente de Estados unidos, eso sí, con una hoja recubierta de plata por si además de vampiros puedan tener dotes de licantropía. Vamos, que salvo coger algún concepto menor de la historia de Lincoln y adornarlo con colmillos, si no fuera por la puesta en escena estaríamos hablando de una aberración sin sentido.

Pero hay que reconocer que se salva por el aspecto visual de la cinta. Cuando se dispone de los medios y de un director con personalidad para darle un toque personal, hasta la historia más descabellada puede quedar resultona. La recreación del siglo XIX y más cuando la acción transcurre por latitudes sureñas llega a recordar a la estética de Entrevista con el Vampiro. Y puestos a recordar, el prácticamente desconocido protagonista Benjamin Walker luce como si hubieran mezclado en sus rasgos las caras de Eric Bana y Liam Neeson. Vamos, que al final lo único novedoso es la mezcla ya avisada en el mismo título.

Como cinta palomitera no es que vaya muy sobrada pero cumple su misión. Como curiosidad fantástica, olía bastante peor de lejos. Para todo lo demás, lo dicho: a esperar a Spielberg.