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Crítica - ¡Al fuego, Bomberos!

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'Comedia costumbrista de la etapa checa de Milos Forman'

22/07/2012 - Por Dr. Mabuse

(4/5)

Antes de emprender una exitosa carrera en Estados Unidos con títulos como Alguien voló sobre el Nido del Cuco (1975), Hair (1979) o Ragtime (1981), Milos Forman era una de las más destacadas figuras del renaciente cine checo de los años 60. El último film que realizaría en su República Checa natal fue esta curiosa comedia ambientada en un baile de bomberos. El guión lo escribió junto a Jaroslav Papousek (que ya había colaborado con él en sus dos anteriores films) e Ivan Passer, otro de los cineastas más destacados del país. Al parecer la idea surgió de algo tan simple como un baile de bomberos real al que acudieron por curiosidad y que les pareció tan horrible que el guión tomó forma enseguida.

El resultado final es un film costumbrista y coral poblado por personajes extravagantes y situaciones absurdas. Aunque no está exento de sentido del humor, está claro que sus autores no buscan crear gags claramente humorísticos sino más bien hacer un retrato general sobre el caos y el absurdo que rodean a todo el baile.

Así pues, los premios de la tómbola son robados a lo largo del baile y el anciano presidente en honor del que se hace el baile persiste en ir hacia el podio a dar su discurso en los momentos en que no toca. El momento más chocante es sin duda el concurso de belleza, en que los maduros bomberos examinan a una serie de jóvenes intimidadas y una de ellas de repente se desnuda espontáneamente para que la vean en su traje de baño. La situación llega a un punto más absurdo cuando uno de los bomberos intenta explicarles cómo caminar y las pobres chicas empiezan a dar vueltas con cara de humillación. Esta escena refleja a la perfección que la intención de Forman no es tanto crear gags puramente humorísticos como crear situaciones absurdas.

En el tramo final la situación se descontrola del todo: se produce un incendio que los bomberos no saben impedir, intentan en vano que la gente devuelva lo que ha robado de la tómbola y finalmente se quedan solos con el pobre anciano presidente del cuerpo de bomberos, esa solitaria y entrañable figura patética que parece seguir sin ser consciente de lo que sucede y a quien han olvidado durante todo el baile aún cuando se suponía que era en su honor.

Aunque en comparación con otros films de la Europa del Este de la época su tono no es abiertamente político, no fue interpretado así por las autoridades, que no tardaron en prohibirlo al ver en él una alegoría a la situación política. Seguramente se vieron reflejados en ese cuerpo de bomberos incompetente y caótico que es incapaz de llevar adelante una celebración ni su trabajo, pero lo más curioso es que realmente no hay nada explícito en la película que dé a entender que pretenda mostrar algo más que lo que se ve.

Quizás no es formalmente tan buena como otras obras posteriores de Forman que le darían mayor fama, pero ese tono tan marcadamente autóctono y su estilo costumbrista creo que la hacen más interesante a día de hoy.

Extraída de: El Gabinete del Doctor Mabuse

 

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