El Cambiazo
Director: David Dobkin
Intérpretes: Ryan Reynolds (Mitch) / Jason Bateman (Dave) / Olivia Wilde (Sabrina) / Leslie Mann (Jamie) / Alan Arkin (Padre de Mitch) / Mircea Monroe (Tatiana) / Dax Griffin / Ed Ackerman (Victor) / Gregory Itzin (Flemming Steel) / Ned Schmidtke (Ted Norton) / Ming Lo (Ken Kinkabe) / Craig Bierko (Valtan)
Duración: 112 minutos
Sinopsis: Mitch y Dave eran amigos inseparables de niños y adolescentes, pero con el paso de los años, se han alejado. Dave es un abogado enganchado al trabajo, se ha casado y tiene tres hijos, pero Mitch sigue soltero, un hombre niño [...]
Lea más en su ficha

Estreno en España: 28 de Diciembre de 2011

CRÍTICA

A ver, ya de entrada, original, lo que se dice original no es El Cambiazo. Debe ser uno de los argumentos base más trillados de la comedia en las últimas décadas y raro es el lustro donde no aparece en pantalla una variación sobre el tema. Desde padres que se intercambian con sus hijos a niños que se hacen adultos de la noche a la mañana y viceversa. Incluso ya rizando el rizo, ha habido cambios de sexo de ida y vuelta o solo de ida, y yendo aún más allá, John Woo se sacó de la manga un cambio de cuerpos literal.. ¿Qué tienen en común todas ellas? Pues aparte de que vista una, vistas todas, el resultado final, dentro de lo pasable, nunca ha dado mucho de sí.

(Mas imágenes en su galería)

El pequeño cambio que aporta la cinta de Dobkin es situar el contexto entre dos adultos, amigos de toda la vida, uno con la vida resuelta y el otro un calavera de cuidado. Ya dice el refrán que la suerte de la fea la guapa la desea. El caso es que de todas las propuestas anteriores a ésta, desde luego es la que más me llamaba la atención por tener ese mismo debate con un amigo cercano - no especificaré en este caso quién es quién... - y así ver en imágenes como plasmar las virtudes que vemos en el otro sin valorar todo lo debido las que pueda tener uno mismo. En este caso el éxito o no del nuevo giro sobre el argumento pasaba por el tono a tomar para contar la historia, y Dobkin, fiel al estilo que caracteriza su filmografía, opta por la gamberrada en vez de por un humor más adulto, a la altura de los personajes, con el que hubieran disfrutado como enanos directores como Judd Apatow o Todd Phillips, que no es que sean precisamente paradigmas del humor fino e inteligente, pero que sí al menos en los últimos tiempos aportan algo más del caca, culo, pedo, pis a sus producciones.

Porque ahí es donde patina El Cambiazo, en el tono tosco y chabacano que acompaña todo el metraje casi desde el primer minuto, ignorando que todo en su justa medida puede llegar a tener cabida, pero tratar de montar una fábula sobre la madurez y la falta de ella a costa de humor escatológico hace un flaco favor al total del conjunto. De no haber saturado con dichas situaciones podía haber salido algo decente dentro de lo que cabe ya que el reparto cumple sobradamente pese al marrón que les toca interpretar. Ryan Reynolds ya nos había demostrado que era capaz de moverse entre géneros, por eso quizás sorprende más ver a un Jason Bateman desatado y lejos de los registros a los que nos tiene más acostumbrados. La química entre ambos es lo que al menos mantiene la función en un punto casi aceptable.

Por desgracia, cuando el guión trata de moverse por la parte más interesante y por donde debería haberse desarrollado en su totalidad, como es la aceptación de cómo te ve la gente que te rodea y que concepto tienen de ti, a esas alturas ya tienes el cerebro semidesconectado por las ráfagas de chistes de patio de colegio a los que nos hemos visto obligados a asistir. Tan solo las apariciones de Olivia Wilde hacen que los ojos se te abran como platos cuando creías que ya no querías ver más. Para colmo, ni siquiera queda claro si la historia deja una moraleja para los implicados.