Un Buen hombre
Director: Juan Martínez Moreno
Intérpretes: Tristán Ulloa (Vicente) / Nathalie Poza (Paula) / Alberto Jiménez (Daniel) / Emilio Gutiérrez Caba (Fernando) / Miguel de Lira (Teniente) / Noelia Noto (Marisa)
Duración: 97 minutos
Sinopsis: Cuenta la historia de dos amigos íntimos, Vicente y Fernando, ambos profesores de la Facultad de Derecho. Fernando, mayor que Vicente, es catedrático y ocupa una figura paternal en la vida del segundo. Es su referente profesional y moral, además de su [...]
Lea más en su ficha

Estreno en España: 30 de Abril de 2009

CRÍTICA

Buenos y malos (4/5)

La frase comercial que acompaña los carteles de Un buen hombre no puede ser más elocuente. Si vieras a tu mejor amigo cometer un crimen, ¿le delatarías? Con este sugerente arranque, Juan Martínez Moreno salta desde la comedia Dos tipos duros con la que fue su debut tras las cámaras, al thriller puro que tanto escasea por estos lares. Si esta película estuviera protagonizada por Edward Norton y Anthony Hopkins, seguramente rompería las taquillas este fin de semana, pero al ser Tristán Ulloa y Emilio Gutiérrez Caba, los prejuicios sobre el cine patrio harán que mucha gente se pierda una apuesta interesante y que precisamente escapa de los peyorativos que suelen aplicarse a nuestro cine.

(Más imágenes en su galería)

Pongo el ejemplo de los actores porque cuando una película está bien hecha, el origen de donde proceda es lo de menos, pero si tanto nos quejamos normalmente (y muchas veces con razón, todo sea dicho) de lo repetitivo o bajo de calidad de nuestro cine, cuando aparece un trabajo de calidad, hay que darle un espaldarazo para que los productores se animen a potenciar esta variedad y que el cine español no se considere en sí mismo un género. Cierto que lo justo es reconocer que cuando hay talento como en este caso, los resultados finales son muy satisfactorios. Para conseguir esto hace falta un guión inteligente y bien estructurado, una dirección a la altura de lo que cuenta la historia, y por supuesto, unos actores que soporten unos personajes bien dibujados. Cuando una de esas tres patas cojea, el resultado final se resiente, pero este no es el caso.

Partiendo de un asesinato y un espectador que no debería haberlo sido, Juan Martínez Moreno monta un entramado sobre la amistad, pero también sobre esas virtudes no tan honestas como son la codicia y la envidia. Cuando al personaje de Tristán Ulloa, su mundo de fuertes convicciones e ideales fijos se le derrumba, el guión fluye en cuatro direcciones, las de los cuatro personajes principales, consiguiendo grandes duelos interpretativos sobre los que sin duda se cimienta toda la historia. Los tijeretazos de la sala de montaje y algún punto flojo del guión, hacen una pequeña mella en el hilo narrativo a modo de la credibilidad ofrecida, pero aún así el resultado final es bastante bueno y lo que en el cine actual es difícil de conseguir, hacer al espectador ponerse en la situación de los personajes y hacer pensar sobre quién es el bueno o malo de todo el asunto, si es que alguno de ellos puede entrar en esas categorías.

Por si fuera poco, todo lo anterior se ofrece desde una escenografía detallista, destacando sobre todo el metraje la escena lluviosa del parking de la universidad donde confluyen los tres protagonistas masculinos, y por supuesto, un uso inteligente de la fotografía adecuada en cada escena con las luces y las sombras que potencian las escenas más intensas de la película. Sin duda una película agradable de ver, bien elaborada, ágil y dinámica y que hace pensar al espectador. ¿Se puede pedir más?