Vamos al baile

Después de que un avión que lleva sapos psicodélicos desde Colombia se estrelle en Quahog, el lamido de sapos se convierte en la nueva droga de elección en el instituto de Quahog. Peter se infiltra de incógnito en el instituto como un tío enrollado y convence a todos de que dejen de lamer los sapos. Meg intenta ser popular así que un tío enrollado le preguntará si quiere acompañarlo al baile del instituto, y decide asistir con su padre ya que él mismo se define como una persona muy enrollada. Sin embargo, Peter no puede soportar seguir siendo el tío más enrollado del instituto ya que no le puede decir que no a la chica más popular cuando ésta le pide que la lleve al baile, así que planta a Meg. Cuando Peter y su acompañante son elegidos rey y reina del baile, a Peter le invade un sentimiento de culpabilidad y anuncia a todo el instituto que Meg le ha partido el corazón al deshacerse de él y hace ver que su personaje del instituto se cae por un precipicio mientras iba en moto.